jueves, 30 de enero de 2020

EL ARTE, LA CULTURA Y LA CREATIVIDAD COMO TERAPIAS

La creación artístico-cultural siempre ha sido un medio de expresión, un canal para transmitir ideas y emociones y provocarlas en el receptor del mensaje. A través de la pintura, la literatura, el teatro, el cine, la danza, la música u otras disciplinas, creador y espectador conectan y se evaden.

Pero, ¿es eso bueno? ¿Es evadirse una solución a los problemas?

Depende... de a qué pregunta, de las dos anteriores, queramos contestar. Si es la primera, por supuesto que evadirse puede ser muy bueno y tener efectos terapéuticos en nuestro bienestar psico-emocional. Si nos evadimos de los problemas, lo que estamos haciendo es procrastinar o evitar, y eso, lógicamente, no solo no soluciona el problema sino que lo mantiene y puede llegar a agravarlo.

Los problemas se solucionan afrontándolos o, si no tienen solución, aceptando que no tienen solución y buscando una alternativa compensatoria.

Ahora bien, según el diccionario, el término "evadirse" tiene dos significados: el primero es huir o escapar (si nos referimos a "evadirse ante los problemas", sería evitarlos), y el segundo es "distraer o apartar la atención de un asunto o situación".

Y eso no es bueno; es buenísimo. Eso no es terapéutico, es terapeutiquísimo.

Porque, a veces, y a veces muchas veces, nuestra atención está completamente secuestrada. Abducida por una mente que no hace más que generar problemas donde no los hay, anticiparlos, magnificarlos y recrearlos una y otra vez y una y otra vez. Entonces, hacer cualquier actividad que nos evada de la propia mente, como la meditación, el deporte, y por supuesto también el arte y la cultura, resulta liberador, reparador y sanador.

De hecho, en psicología existe un concepto llamado flujo, acuñado por el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi (no intentes pronunciar su apellido o te dará un síncope), uno de los precursores de la Psicología Positiva (la corriente de la psicología que se encarga del estudio de la felicidad). El flujo se refiere a aquel estado en el que estamos tan absorbidos por la tarea que realizamos, que nos situamos fuera de nuestra mente ególatra (la mente que se centra en nosotros y, por tanto, en nuestros "grandes" problemas), y entonces no pensamos, no transitamos del pasado al futuro, simplemente estamos en el aquí y ahora, disfrutando de una actividad que nos gusta y nos llena. Y, por supuesto, nos sentimos muy bien. Tan bien que las horas se nos pasan volando.

Esto puede pasar simplemente viendo una maratón de series como creando una composición musical, es decir, el flujo es un estado al que llegan tanto receptores como creadores. Así que, solo por ello, merece la pena ir más a conciertos, a museos, leer más...

Sin embargo, dentro de lo que es solo la creación artístico-cultural, encontramos otra serie de beneficios terapéuticos:

- A través de la creatividad me libero de pensamientos, neuras, traumas, miedos... La creatividad es un vehículo para sacar cosas que están dentro de mí, quizá haciéndome daño y limitándome, y convertirlas en algo hermoso y con sentido.

- Gracias a la creatividad puedo interaccionar con otras personas para perseguir un mismo fin (los escritores con correctores y editores; los músicos con la banda; los actores con compañeros de reparto y equipo técnico); es por tanto un medio para sociabilizar y conectar con los demás. Esto puede aportar distintos apoyos sociales y hacernos sentir conexión y pertenencia a un grupo.

- Por medio de la creatividad me autorrealizo. Esto quiere decir que me acerco un poco más a quien verdaderamente soy y a hacer lo que realmente quiero, a través de la expresión de mi verdadero ser. Por ello, puedo llegar a tener sentimientos de autenticidad y plenitud.

Por todos estos efectos y algunos más, son muchas las escuelas, corrientes y terapias que se valen de las disciplinas artísticas para trabajar con sus pacientes o usuarios. Y muchos estudios los que avalan los resultados. Puede que el arte y la cultura no solucionen tus problemas. Pero te ayudan a no pensar tanto en ellos y mejora tu calidad de vida.

Así que, creo que tengo motivos para defender que a toda la sociedad nos beneficiaría que se crearan más bibliotecas, salas de concierto, teatros... El mundo sería más bonito si hiciéramos menos la guerra y más el amor.

Y el arte y la cultura, por supuesto, son maneras de hacer el amor.

Y, como me encantaría hacer el amor contigo, te invito este fin de semana a asistir al microteatro que yo mismo he escrito y dirigido, "¡Soy infeliz y me alegro", una obra terapéutica en la que una mujer en crisis va por primera vez a la consulta de un psicólogo y... la terapia no será exactamente lo que se imaginaba. La representamos viernes 31 de enero, y sábado 1 y domingo 2 de febrero en Zulo Teatro, el nuevo microteatro de Málaga, en sesiones a las 20:00, a las 21:00 y a las 22:00, y estará muy bien interpretada por los actores Juan Aragón y Emi Moreno. Reservas gratis: 633 84 05 79

Cuestiona todo lo que escribo, la duda nos acerca más a la verdad.

Si te gustó el post, no te lo quedes solo para ti porfa, compártelo.

Y que viva el arte, que viva la cultura, que viva el amor, ¡y que vivan los abrazos!

lunes, 20 de enero de 2020

CAMBIAR EL SIGNIFICADO

Hoy vuelve a ser, una vez más, Blue Monday, el mal llamado "día más triste del año". Mal llamado porque todo parte de una fórmula con poco rigor científico ya que, en realidad, los criterios por los que se rige (clima frío, resfriados, economía mermada tras las fiestas, propósitos abandonados...) no se cumplen para muchas personas en el mundo.

El caso es que, a pesar de la manía que le he cogido a este día y a la formulita que lo justifica, siempre aprovecho para escribir un post. Y lo suelo hacer para hablar de la tristeza. Esa emoción tan injustamente menospreciada y rechazada.

Y hoy, más concretamente, voy a hablar del significado negativo que le damos a la tristeza y a otros fenómenos y que no nos ayuda para nada a manejarlos.

Si pienso que la tristeza es mala, que no debería sentirme triste o qué soy un desgraciado por sentirme así, estaré distorsionando una emoción que es natural y que es ¡útil! (la tristeza nos ayuda a asimilar acontecimientos negativos y favorece la conducta altruista), y la estaré convirtiendo yo mismo en algo más intenso y duradero, por ejemplo, en un trastorno del estado del ánimo como puede ser la depresión.

Sin embargo, si le cambio el significado, cambiaré mi propia manera de vivenciar esa emoción y por tanto el dolor que esta me provoca. Ahora bien, no se trata de otorgarle un sentido irreal a la experiencia: ¡yupi, me encanta estar triste, qué bien! No. Se trata de ampliar el significado, para no quedarme solo con lo malo ni engrandecerlo: estar triste es doloroso, sí, pero es normal, es natural, es humano, puedo permitírmelo, no soy peor persona que nadie por estar triste y, además, algo bueno me puede enseñar para el futuro este sentimiento que estoy teniendo ahora.

Pues así con otros fenómenos, tanto internos (estados de miedo, ira, vergüenza, soledad...) como externos (un despido, una ruptura, un fracaso...). No se trata de cambiar el significado de tal  forma que lo que es negro lo convirtamos en blanco y nuestra tristeza la transformemos en alegría.

Se trata de tomar distancia y ampliar el significado,
para darnos cuenta,
de que no existen negros ni blancos totales.

Y cambiando, a través de esa ampliación, el significado de las cosas que me pasan y de mis propias emociones, cambiaré también mi manera de vivirlas.

Por eso, a mí me encantaría cambiar la etiqueta que se le ha puesto a los terceros lunes de enero y que pasaran de llamarse "el día más triste del año" (una expresión que parece invitar a vivir este lunes con malestar) a renombrarlos como el Día internacional de la tristeza, es decir, un día que sirve para recordar que la tristeza es importante.

¡Y ya lo creo que lo es!

De todas maneras, no olvides cuestionar todo lo que escribo, porque a través de la duda también ampliamos la perspectiva e información sobre las cosas.

Si te gustó este post, compártelo, y así me echas una mano con la iniciativa de darle a la tristeza su merecido día internacional.

Y, ya estés más triste o lo estés meno, ¡recibe este abrazo!

miércoles, 15 de enero de 2020

TENGO DERECHO

Muchas personas somos víctimas de la maldición.

Muchas personas (sino todas) a veces (a veces más, a veces menos) nos ponemos corazas, nos escondemos, nos rechazamos los primeros antes que nadie lo haya hecho.

Muchas personas hemos aprendido (malaprendido) que algo hay en nosotros o algo somos que está mal y que por tanto no debe ser descubierto.

Y muchas personas, por ello, fruto de una creencia autolimitante (la maldita maldición), nos cohibimos. No nos permitimos mostrarnos tal como somos.

Pero ha llegado la hora de liberarse de la maldición. Y por eso he escrito este Manifiesto del Tengo Derecho. Para ayudarte (para ayudarme) a dejar de ocultarnos, salir de "la cueva" y ser un poquito más libres. Un poquito más felices.

TENGO DERECHO

Tengo derecho a decir lo que pienso, siento y quiero.

Tengo derecho a equivocarme.

Tengo derecho a desdecirme.

Tengo derecho a pedir perdón y ser perdonado.

Tengo derecho a tener defectos.

Tengo derecho a que se me reconozcan mis virtudes y logros.

Tengo derecho a expresar desacuerdo, molestia y desagrado.

Tengo derecho a llorar, a estar triste o de mal humor.

Tengo mucho derecho a tener mucho miedo... y a superarlo.

Tengo derecho a decir que no. Y tengo derecho a decirme que sí a mí.

Tengo derecho a ser egoísta.

Tengo derecho a no saber.

Tengo derecho al mal desenvolvimiento, al fallo y al fracaso.

Tengo derecho a pedir, a buscar y a encontrar.

Tengo derecho a no gustar a todo el mundo.

Tengo derecho a disfrutar de mi soledad.

Tengo derecho a tener mis propios gustos, intereses e ideas.

Tengo derecho a mis rarezas. Y tengo derecho a amarlas.

Y por supuesto, con todo lo anterior, no pierdo ni nunca perderé mi derecho a amar y ser amado y ser merecedor y merecedora de que me pasen cosas buenas en esta vida que es imperfecta para todos, como nosotros mismos lo somos.

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Coge este texto y cópialo o imprímelo, apréndetelo y repítetelo cuantas veces te haga falta si crees que con ello te puedes ayudar a ser más tú, sin sentir más miedo por serlo.

Aunque, como suelo decir, no se trata de hacerlo sin miedo, sino con él. Así que por mucho miedo que te dé, ¡atrévete! PORQUE TIENES DERECHO A SER TÚ.

Y además... qué narices, si no hay otra cosa que se te dé mejor. ¡Así que hazlo!

Como siempre, cuestiona todo lo que escribo, ya que la duda nos acerca un poco más a la verdad.

Si te gustó el post, no te lo quedes solo para ti, compártelo por favor, que dar a los demás es una de las cosas más bonitas que podemos hacer (y que mejor nos hace sentir).

Y recibe, cómo no, ¡este abrazo!

miércoles, 8 de enero de 2020

LO MEJOR DEL 2019 (III)

Como cada año, un repaso en tres partes a lo mejor que he publicado en Redes Sociales sobre psicología y crecimiento personal. Un 2019 cargado de aprendizajes que quiero compartir contigo ahora... ¡y ojalá que por muchos años más!

Y aquí va la tercera y última parte:





"La resignación es un punto de llegada. La aceptación es un punto de partida".  Borja Vilaseca. Y ese punto de partida, inicia el cambio.


Quitarse la ropa es desnudar el cuerpo. Decir "te quiero", "te echo de menos" o "me siento herido", es desnudar el alma.




El humor es imprescindible. Nos ayuda a ver los problemas de otra manera. Y así quizá no se resuelvan. Pero cambia mi predisposición para afrontarlos.


Muy interesantes reflexiones sobre la felicidad, nuestro estilo de vida y la importancia (por no decir necesidad) de desarrollar el pensamiento crítico.




¿Es posible amar a dos personas a la vez? Una pregunta que sirve como excusa (como buena excusa) para entender mejor el amor y tener relaciones más profundas y significativas.


Sobre el Ego y su falsa necesidad de compararnos con los demás, por Borja Vilaseca.


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jueves, 2 de enero de 2020

LO MEJOR DEL 2019 (II)

Como cada año, un repaso en tres partes a lo mejor que he publicado en Redes Sociales sobre psicología y crecimiento personal. Un 2019 cargado de aprendizajes que quiero compartir contigo ahora... ¡y ojalá que por muchos años más!



Aquí va la segunda parte:




Imprescindible conferencia que va mucho más allá de las diferencias entre hombres y mujeres y llega a qué nos hace felices por iguales.



Una muy buena noticia, esperanzadora. Ahora a seguir el ejemplo en el resto de España y a seguir persistiendo para convertir la educación emocional en obligatoria. Porque es necesaria.






La teoría del amor de Pablo Motos. Interesante y basada (sólo basada) en literatura científica al respecto. Para reflexionar.


No hay por qué vivir la soltería como una época de carencia, puede ser un estado de plenitud. Si aparece alguien que lo mejore, ¡estupendo!, si no: seguro que hay otras muchas personas, cosas, vivencias... ¡que le dan vida a nuestra vida!





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