miércoles, 24 de febrero de 2021

CUIDA LO QUE TE DICES

Rescato uno de mis posts antiguos más leídos. Así, revisamos ideas muy útiles
las que siempre viene bien hacer un repaso. Porque en psicología tan importante es lo que conviene aprender, como desaprender, como reforzar.


Esta semana, CUIDA LO QUE TE DICES, un post que publiqué en Mayo de 2016 y que nos recuerda la importancia de la calidad de nuestro discurso interior para cuidarnos. A veces cuesta (ya lo que creo que cuesta) no mandar todo ni a uno mismo a la mierda, pero es un esfuerzo que merece la pena. Espero que os guste y os sirva.


----------------------------------


En otro de mis posts, La Opresión del Todobienismo, explicaba que no tenemos por qué condicionar completamente nuestro bienestar emocional al hecho de hacer una tarea de manera eficaz, a ser lo que se espera de nosotros, o a que las cosas vayan por el camino que pensamos que deberían ir.


Hacer las cosas bien, o que la fortuna nos sonría, no son condiciones ni necesarias ni suficientes para sentirnos bien. Y aunque no podemos, ¡ni debemos!, reprimir emociones desagradables, incómodas o doloras, sí que podemos evitar quedarnos con esas emociones, arrastrarlas, permitir que dirijan nuestra conducta y que nos limiten, paralicen o bloqueen.


No podemos no sentir; sentimos sin más.

Pero sí podemos soltar o quedarnos con la emoción.


Una llave que cierra o abre la puerta a la emoción es nuestro propio diálogo interior.


Nos hablamos a nosotros mismos. Muchas veces, a lo largo de un solo día. De hecho, somos la persona que más nos habla. Y nuestro diálogo interior, al igual que el exterior, está muy influenciado por nuestros aprendizajes:


"Si no te portas correctamente se reirán de ti".

"No lo sabes hacer, ¿es que eres tonto?"

¡Dame, torpe, yo lo haré!"

"Si lloras es porque eres una nenazas".

"¿No tienes novio?, eso es que eres muy fea".

"¡No tienes amigos porque eres un nerd!"


Y pasan los años y el eco de esos aprendizajes se sigue reproduciendo en nuestras mentes, sólo que ahora somos nosotros quienes nos bombardeamos con estos mensajes. Y nos llamamos tontos o inútiles por no saber hacer algo, nos clasificamos como débiles por sentir dolor, nos menospreciamos si no tenemos pareja, o nos automarginamos por ser diferentes. 


No lo hacemos por gusto, no somos masoquistas. Todos estos mensajes negativos tienen un fin: culparnos y castigarnos. Porque si me culpo y me castigo mucho cuando no haga las cosas bien, eso me incentivará para hacerlas mejor, y entonces, sólo entonces, podré ser feliz. MENTIRA: 


No hay sentimiento más inmovilizador que la culpa. La culpa coarta el cambio. La culpa es la excusa perfecta para decir "es que soy así".


El castigo no produce conductas nuevas. Las puede erradicar, pero no sustituir por otras más eficaces.


Y sobre todo: ¿por qué esperar a ser feliz solo cuando las cosas te salgan bien? Y si cambiases el planteamiento. Y si por un momento...


Y si por un momento la vida no fuera como nos han dicho siempre, y fuera así:


No necesito que todo esté bien para sentirme bien.

Lo que necesito es sentirme bien.


Porque así, incluso aunque no todo esté bien, que seguramente no lo estará... estarás bien. Y, a veces (y a veces muchas veces), te sentirás mal... y estará bien.


Entonces, cuando hayas fallado, cuando no conseguiste lo que querías, cuando decepcionaste a alguien o cuando todo el Universo pareció ponerse de acuerdo para conspirar contra ti, por qué no pruebas a:


Quitarle hierro al asunto.

Reírte de ti mismo de una manera sana, sin menosprecio.

Recordarte que no eres perfecto... ni existe nadie que lo sea.

Poner el foco de atención sobre tus cualidades positivas.

Ser tan amable contigo como lo eres con la gente a la que respetas y quieres.

Quererte. Demostrártelo con palabras de aprecio, con autoamor.


¿Qué puede fallar si lo haces, qué puede ir mal? ¿Que no te esfuerces por ser lo suficientemente bueno? ¿Bueno para quién...?


Sé bueno para ti primero y, luego, más fácilmente podrás serlo para el resto.


Recuerda: el mundo está lleno de gentes con culpas, castigándose a sí mismos o los unos a los otros. Por eso las guerras, por eso los resentimientos y los odios. Pero allá donde siembres amor, recogerás amor.


¿A qué esperas para poner una semilla... dentro de ti?


---------------------------------


Cuestiona lo que te digo; la duda nos acerca más a la verdad.


Si te gustó el post, no te lo quedes solo para ti, porfa, compártelo. También puedes dejar tus comentarios más abajo.


Si te gusté yo, hago terapia psicológica en consulta en Málaga y online para el resto del mundo.


¡Un abrazo!

miércoles, 17 de febrero de 2021

LA EXCESIVA (Y FALSA) NECESIDAD DE CONTROL

Las personas necesitamos cierta sensación de control. 


Por eso tenemos rutinas, hábitos y costumbres. Por eso planificamos, organizamos y agendamos. 


Pero, como todo, el defecto y el exceso son perjudiciales. Entonces, pretender tener demasiado control para así poder quedarnos tranquilos, provoca un efecto paradójico: nos agobia. 


Ese exceso de control se manifiesta a través del análisis constante de todo, el perfeccionismo y la pretensión de certidumbre. Lo que nos lleva a rumiaciones, autoexigencias elevadas y pensamiento anticipatorio. Lo que nos lleva a inseguridad, ansiedad, malestar general, depresión...


El simple hecho de tomar consciencia de esto te servirá para identificar esos patrones tóxicos y, aunque a veces caigas en ellos (lo cual es normal, nos pasa a todos), salirte pronto para sustituirlos por patrones más saludables y funcionales: estar presente, dejarse llevar, hacerlo lo mejor que puedas/sepas.


Por tanto:


- Sustituye el darle vueltas y vueltas a las cosas por la aceptación, el entendimiento y el foco en lo que puedes hacer (y cuando no se pueda hacer nada, de nuevo, ACEPTA).


- Sustituye el querer llevarlo todo para delante siempre y de manera perfecta por ponerte tareas, plazos y metas que sean realistas y AMABLES contigo.


- Y sustituye los pensamientos anticipatorios como estrategia para saber lo que va a pasar por aceptar tu incertidumbre, tomar decisiones que pueden llevar a buen resultado o no (y no pasa nada), y estar presente para FLUIR en el aquí y ahora.


Una nota importante: no te frustres cuando no puedas hacerlo. Se cambia más y mejor desde la aceptación, la paciencia y la amabilidad que desde las prisas y la negación que conducen a frustración y autocrítica destructiva.


Al fin y al cabo, todos somos aprendices de la vida.


Pero, recuerda, al igual que no habrá ser más infeliz que aquel que quiera ser feliz
siempre, no perderemos más el control sobre nuestra paz interior que cuando pretendamos tenerlo todo fuera controlado.


Así que propóntelo como máxima de vida: renuncia a esa excesiva (y falsa) necesidad de control.


Cuestiona todo lo que digo; la duda nos acerca más a la verdad.


Si te gustó el post, no te lo quedes solo para ti, porfa, compártelo. Me encantará también que dejes tus comentarios más abajo.


Si te gusté yo, hago terapia psicológica en consulta en Málaga y online para el resto del mundo.


Y, como siempre, ¡recibe este abrazo! 

miércoles, 10 de febrero de 2021

¿TE ENAMORAS DE AMORES IMPOSIBLES?

Nos acercamos al, para muchos, muy temido 14 de febrero, y Cupido está a punto
de salir a volar para apuntarnos con sus flechas el muy hijo de...

Perdonadme. Los que me conocéis ya sabéis que mi enemistad con San Valentín surge hace siete años, cuando hice mi primer taller "Desarmando a Cupido. Eliminación de Creencias Tóxicas sobre el amor". Y es que, desde que vengo desarrollando mi labor terapéutica, no han sido pocas las personas que han pasado por mi consulta y talleres víctimas del desamor.

Algo va mal en el amor cuando hay tantas personas que sufren por amor. Y no me refiero a enamorarse y desenamorarse; eso es algo normal. El amor es un encuentro y el algún momento (a los dos días, a los ochenta años) se produce el desencuentro. Pero, ya sea dentro de una relación como cuando se produce la ruptura, si sufrimos de forma intensa y prolongada, bien puede ser porque nuestras creencias y pensamientos están haciendo que nos relacionemos de manera tóxica con el otro o, lo que es peor, con nosotros mismos.

Nuestra forma de pensar el amor puede ser muy decisiva también a la hora de establecer patrones de comportamiento a través de los cuáles salimos perjudicados en la elección de la persona con la que deseamos estar. Bien porque siempre nos va a rechazar o bien porque la relación está destinada al fracaso desde un principio. Y esto se vuelve algo recurrente, un "siempre me pasa lo mismo". No, no te pasa. Siempre haces lo mismo. Solo que no te das cuenta.

Sirva este post para aflorar lo inconsciente y dotarnos de un poco de luz con la que servirnos para esquivar las flechas envenenadas de Maldito Cupido:

- ¿Te dejas llevar demasiado por la atracción sexual? No me gusta llamarla "atracción física" ya que la atracción que podemos llegar a sentir por alguien abarca más que lo puramente físico (la forma de expresarse, de actuar, el estatus, el olor, la voz...). En definitiva, la atracción sexual está marcada por las primeras impresiones, por una información muy superficial. Luego, hay que conocer bien a la persona y descubrir si, además de atraerme, es una candidata real a ser una buena compañera de vida. Hay veces que estamos tan cegados por la venda de la atracción sexual que, aunque las señales de incompatibilidad sean evidentes, seguimos adelante. Y es que el amor es ciego... pero la razón no debería serla nunca.

- ¿Crees que te autoboicoteas? Hay personas que tienen miedo a una relación, por sus inseguridades, por el miedo a la intimidad o por miedo a volver a pasarlo mal si la relación no funciona. Otras, simplemente, se sienten estupendamente estando solteras pero la presión social de tener una pareja les hace dudar de sí mismas. Entonces, como no se atreven a tener una relación o como no quieren, inconscientemente eligen a personas con las que será muy difícil que nazca algo de verdad: personas con las que no se da reciprocidad, que tienen pareja o cuyas diferencias son casi insalvables (por ejemplo, que uno de los dos quiera tener hijos y el otro no, o que vivan en lugares muy lejanos). Y así una y otra vez. La salida del bucle en el caso del miedo a la intimidad sería trabajar esas inseguridades a nivel terapéutico. En el caso de la persona que ama su soledad, no hay nada de malo, ¡no estamos obligados a estar en una relación! Pero si aparece una persona en tu vida con la que te gustaría estar y te da pereza porque te gusta estar solo, has de saber que estar en una relación no implica perder el espacio exclusivo que te gusta dedicarte a ti. No se puede tener todo. A veces el secreto está en dejar la puerta entreabierta, darse la oportunidad de conocer, y si va bien, bien, y si no, ¡al menos habrás probado!

- Otros. Los orígenes de esos patrones de enamorarnos de "quien no debemos" pueden ser tantos como personas existen, ya que es la historia de cada cual, esa que forja nuestra personalidad (forma de pensar y actuar) la que va a explicar el por qué de nuestras desafortunadas elecciones. Por lo tanto, cuando hacemos terapia psicológica y se produce el tan deseado insigth (toma de consciencia), es decir, cuando descubro el porqué de mis errores en el pasado, las consecuencias de los mismos y las alternativas que hay a mi alcance para corregir el tiro... ¡entonces es cuando Cupido ya no tiene nada que hacer!

No se trata de enamorarnos con la cabeza, ya que eso es imposible. El amor es visceral, es un sentimiento. Nace del corazón (o, si nos atenemos a lo científico, del sistema límbico, la parte del cerebro que se ocupa de las emociones... el corazón del cerebro). Sigamos enamorándonos con el corazón... pero sin perder la cabeza. Siempre poniéndole consciencia y buen juicio. Para amar y amarnos mejor.

Este año, debido a la COVID-19, no podré hacer el taller que hago todos los años
acercándose el 14 de febrero, ¡pero no pasa nada!, porque en su lugar voy a hacer una charla online a través de videoconferencia. ¡Y además es gratuita! Será el viernes 12 de febrero de 19:00 a 20:30. En este enlace tienes más información: https://www.elgabinetededavidsalinas.es/evento/62/video-conferencia-desarmando-a-cupido

Cuestiona todo lo que digo, la duda nos acerca más a la verdad.

Si te gustó el post, no te lo quedes solo para ti, porfa, compártelo.

Si te gusté yo, hago terapia psicológica en consulta en Málaga y online para el resto del mundo

Y con corazón y con cabeza, ¡recibe este abrazo! 

miércoles, 3 de febrero de 2021

SOCIEDAD DE CRISTAL

Nos llaman La Generación de Cristal*, y no sin motivo. Como hemos tenido tanto,
nos creemos con derecho a todo y sin deber de nada. Entonces, en esa zona de confort tan amplia como frágil,  cualquier cosa que pase y no sea lo deseado, o cualquier cosa que se diga o haga (o que no se diga ni haga) y no guste, no es que no guste, sino que molesta. Y llega a molestar mucho. Demasiado. Nos ralla, nos rompe. Generación de cristal.


Exigimos respeto al otro para que no hiera nuestro ego, ignorando que este es como un globo al que si acercas un alfiler, por pequeño que sea el alquiler, acabará reventando. Reclamamos tolerancia, pero nos olvidamos de fortalecer nuestras propias tolerancias: a la frustración, a la adversidad, al rechazo, a la diferencia, al NO. Y sin ese fortalecimiento, nos volvemos susceptibles, blandos, ofendiditos. De cristal.


Quizá, el antídoto a esta pandemia universal que nos afecta a todos desde hace décadas, en mayor o menor medida, no resida en la queja, el enfado o el desprecio al otro. Quizá no haya que disfrazar con dignidad lo que es orgullo. Si no, precisamente, quitarse disfraces, despojarse de las identidades tras la que nos escondemos, de los yoes, y atreverse a mostrarse uno tal como es, dispuesto a recibir amor, pero también, a veces, rechazo e incluso odio. Porque... así es la vida.


Puede que no haya que poner gritos en el cielo ni sentirse caer a los infiernos ni colocar mordazas ni bloquear del whatsapp ni levantar muros de rencor (o de miedo... a que se rompa nuestro cristal). Yo pienso que es mejor ponerse la vacuna de la aceptación. Amar la historia de uno (eso que llamamos vida) y a uno mismo. Amar lo que es bueno y fuerte. Pero también lo que es caos y vulnerabilidad.


Porque creo firmemente en que cuando uno consigue aceptar que lo que es, es (con sus luces y sombras), y amarse a sí mismo de manera incondicional, lo que pase, lo que se diga y lo que se haga o lo que no pase ni se diga ni se haga, puede dañar... pero no romper.


* "La generación de cristal" es un término acuñado por la filósofa española Monserrat Nebrera que hace referencia a los hijos de la generación X –los nacidos entre finales de los 60 y los 80– y que pueden rondar, actualmente, los 18 años de edad. Sin embargo, el autor, David Salinas, lo usa en este texto para la sociedad contemporánea en general, ya que se achaca a los más jóvenes el ser excesivamente frágiles por culpa de tenerlo todo, pero, en realidad, ¿quién hoy, en un país rico, no lo tiene prácticamente todo... y no le satisface nada? Por eso, seguramente, el término más acertado para el autor sea: Sociedad de Cristal.


---------------------------------


Cuestiona todo lo que digo, la duda nos acerca más a la verdad. 


Si te gustó el post, no te lo quedes solo para ti, compártelo, por favor.


Si te gusté yo, hago terapia psicológica en consulta en Málaga y online para todo el mundo.


Y recibe, sin romperte, este abrazo.