miércoles, 25 de marzo de 2020

IDEAS PARA CONVERTIR UNA CUARENTENA EN UNA OPORTUNIDAD

En mi último post, Manual de supervivencia psicológica para una cuarentena, subrayaba lo importante que es trata de ver este difícil periodo, en lugar de como una faena o un castigo, como una especie de desafío o reto personal. Un reto que puede representar una oportunidad de crecimiento, para aprender a valorar más la vida y sacarle más provecho a esta y a nosotros mismos en nuestro propio camino de autorrealización.

En este segundo post con la crisis del coronavirus de fondo te doy algunas ideas que te pueden servir para ese propósito de crecer a través de la adversidad, además de algunos nuevos consejos para hacerte la cuarentena un poco más fácil. ¡Espero que te ayuden! ¡Allá vamos!

IDEAS PARA CONVERTIR UNA CUARENTENA EN UNA OPORTUNIDAD 

1. Una de las cosas que más está diciendo la gente en esta cuarentena (generalmente, con más sentido del humor que pesimismo, lo cual me parece genial), es que cuando salgamos todos de esta (que vamos a salir, y más pronto que tarde, ¡ánimo!), vamos a estar como focas (con perdón a las focas). Ciertamente, estar mucho tiempo en casa es un peligro porque tenemos más acceso a comida todo el tiempo y, por otra parte, la vida se puede volver más sedentaria aun. Pero, de nosotros depende convertir este problema o amenaza en una oportunidad: ahora, que tenemos más tiempo, puede ser el momento de diseñar dietas que sean más saludables, aprender a hacer nuevas recetas (en Internet debe haber miles de tutoriales) y comprar esos alimentos que antes, por prisas, siempre sustituíamos por comida basura. Y, por supuesto, como te dije en el anterior post, no te olvides de hacer ejercicio, que en casa se pueden hacer montones de cosas para mover nuestro cuerpo y mantenernos en forma. Y un último consejo relacionado: vístete. No te quedes en bata y pijama, sigue vistiéndote y arreglándote. Cómo nos vemos tiene un impacto sobre nuestro bienestar psicoemocional, así que, ¡sigue poniéndote guapo y guapa!

2. En el anterior post también hablaba de la importancia del juego para seguir cultivando las relaciones interpersonales (ya sea en casa o de manera online) con nuestros seres queridos, puesto que el momento de interacción puede ser mucho más significativo (y divertido) que un simple "Hola, ¿cómo estás?" "Pues ya ves, aquí, aburrido, con el coronavirus este". ¡Juega, que te servirá para abstraerte de tanto coronavirus y para vivir momentos más valiosos con los tuyos! Aquí van algunas ideas: haz un karaoke por videollamadas o mensajes de voz (yo lo hice este sábado pasado y nos lo pasamos pipa); haz concursos de preguntas y respuesta online, al estilo trivial; organizaos todos a la vez para ver la misma película y haced un cinefórum posterior; proponed temas para debatir y generad un coloquio; cread algún tipo de reto viral e id pasándolo en cadena a vuestros amigos... ¡Sobran cosas que hacer, lo que faltan son ideas! Y aquí tenéis ya unas cuantas. Esta cuarentena os puede servir para descubrir nuevas formas de divertiros y para estimular tanto vuestra creatividad como la capacidad de disfrutar del juego y reconectaros con vuestro niño interior.

3. Diario de Gratitud. Esta es una herramienta que aconsejo usar siempre, pero seguramente, ahora más que nunca, podremos hacer mejor uso de ella. Si hay un consenso respecto a uno de los frutos que podemos extraer de este periodo, es sobre nuestra capacidad para valorar más las pequeñas cosas. Y esto es lo que se fomenta a través de este diario: apunta en un cuaderno aquellas actividades o eventos que te pasen a lo largo del día y te hagan sentir bien (una taza de café, unas risas con un amigo, un capítulo de una serie que te ha gustado mucho). Además de registrarlas, anota cómo te has sentido y por qué ha sido valioso ese momento para ti. Expresa tu gratitud. Gracias a este ejercicio desplazamos nuestro foco de atención de lo negativo hacia lo positivo y, al mismo tiempo, desarrollamos una de las fortalezas más importantes para nuestra felicidad: la gratitud.

4. En el anterior post hablaba de lo saludable que puede ser hacer una lista de tareas pendientes a cumplir en esta cuarentena, para mantenerte lo más activo posible, y también ponerte un regalo para cuando termine el confinamiento y así automotivarte a pasarlo. Bien, ahora, lo que te propongo es hacer una lista de tareas pendientes ¡para una vez termine la cuarentena! ¿Cuánto hace que no ves a esa persona que quieres, o que no vas a ese sitio que te encanta, o qué actividad dejaste aparcada en tu vida y te gustaría recuperar? Empieza a diseñar cómo va a ser tu vida "después de". Ahora bien, un consejo: no te satures. Esto es un confinamiento, no el fin del mundo.

5. ¿Te gusta crear? ¡Pues crea! Ahora es el momento... o no. Hace poco escuchaba a Coque Malla decir que son tiempos complicados para la creatividad porque él la encontraba en la vida, a través de la calle y sus vivencias personales y las relaciones con los demás. Tiene bastante razón, es complicado. Pero, ¿acaso no está siendo esta una gran vivencia nunca antes vivida por nosotros? ¿Y acaso no está esto conectándonos más con los demás, haciendo que nos lancemos videollamadas, que queramos compartir más tiempo con los nuestros? Le podemos dar la vuelta a este problema y convertirlo en una oportunidad de lujo para crear. De hecho, ya está pasando, y son muchos los artistas (profesionales y no profesionales) que están aprovechando estos días no solo para crear nuevas obras sino para compartirlas, de manera altruista, con la gente. Si te gusta pintar, pinta algo y cuélgalo. Si te apasiona escribir, escribe y compártelo. Si te expresas a través de la música, ¡hazlo!, estamos deseando poder verte y escucharte.

6. Haz introspección. Lo comentaba hace poco con mi amiga Helen (en realidad, ella me dio la idea, ¡gracias Helen!), este parón nos puede servir para pararnos, cosa tan difícil de hacer cuando estamos sumergidos en la vorágine de la celeridad de nuestras vidas corrientes, pararse, y pensar, y preguntarse: ¿cómo estoy yo en mi vida?, ¿me falta algo, el qué?, ¿necesito un cambio o reforzar alguna cosa? El pararse y analizarse un poco y valorar el momento de vida en el que nos encontramos puede ser un motor muy potente para el crecimiento. El mundo se ha parado así que, ahora, párate tú, deja de hacer tantas y tantas cosas y párate y piensa, piénsate.

7. Si tienes pareja y, sobre todo, no tienes niños o, igualmente, si los tienes pero podéis encontrar momentos de intimidad, esta es una oportunidad para vosotros y para crecer, no solo individualmente, sino como equipo. Las mismas preguntas de antes valen para las parejas: "¿Cómo estamos, qué nos falta, qué cambios o refuerzos necesitamos?". Hablad, comunicaros, sentiros. Y, por otra parte, haced el amor. Esta es también, para los afortunados que puedan (ejem), una oportunidad para explorar nuevas formas de disfrutar del sexo en pareja. Vaya, que si yo la tuviera, no me lo pensaba mucho ahora: ¡me aprendía todo el kamasutra con ella! Bueno, los solteros también tenemos la alternativa de la autosatisfacción, así que no nos quejemos tanto. ;)

8. Aprende de tus niños. Sí, si eres padre de niños, sé que convencerte de que este periodo de confinamiento no es lo más parecido a un infierno (sentido del humor, siempre sentido del humor) va a ser difícil, pero, aparte de estar bregando siempre con ellos, hay otra cosa que puedes hacer y es: observarles. Los niños aprenden mucho de nosotros, por aprendizaje vicario, nos observan y nos imitan. Nosotros podemos hacer lo mismo, para recuperar parte de esa capacidad para ilusionarse y disfrutar de tantas cosas que para ellos son muy especiales porque es como si las vivieran por primera vez. ¡Empápate de su capacidad de sorprenderse!

9. ¿Conoces cuáles son tus fortalezas? ¿Y tus debilidades? Existen muchas herramientas para el autoconocimiento. Una de las que yo uso es la Lista de Orgullos: haz una revisión autobiográfica en clave positiva y apunta aquellas cosas que hayas conseguido o aprendido o que superaste y te sientes orgulloso u orgullosa, o aquellas cosas que no conseguiste pero igualmente sientes orgullo por haberlo intentado (nuestros fracasos, sin duda, son un motivo más que válido para sentir orgullo). Tras cada ítem de esa lista, escribe las virtudes que crees que esconde (sabiduría, constancia, creatividad, humor, amor, disciplina, coraje, honestidad, paciencia, templanza...) y ahí tendrás una buena lista de fortalezas potenciales. ¿Cuáles crees que necesitas trabajar más, cuáles no tienes y por tanto son defectos (por ejemplo, impaciencia) que puedes pulir? ¿En qué te puede ayudar esta crisis (o la post-crisis) a mejorarte? En definitiva, revísate un poco y diseña tu propio programa de crecimiento personal.

10. Esta la idea la acabo de tener ahora por mi TOC de llegar a diez en las listas y convertirlas así en decálogos: escribe cartas de amor. Siempre que hablamos de rasgos del desarrollo personal nombramos el esfuerzo, la constancia, el trabajo en equipo, el liderazgo, la asertividad, etc. Pero, sin duda, nuestra capacidad de amor es, posiblemente, la fortaleza más grande que tiene el ser humano. Y se puede desarrollar. Esta iniciativa de escribir cartas de amor la puse yo mismo en práctica para expresarle mi amor a mis padres y a mis hermanos y... ahí me quedé (exceptuando una carta póstuma que le escribí a mi muy querido Padrino). ¡Tengo un montón de familia más! ¡Y muchos amigos a los que escribir para decirles que son especiales para mí y que GRACIAS por estar ahí! ¿Y tú, me vas a decir que no? Ahora es el momento, que mañana, quizá, puede ser tarde. Y esto, además de tener un impacto positivo en ellos, te aseguro que también lo tendrá sobre ti y tu nivel de desarrollo.

Te digo una cosa... yo acabo de escribir el post y me acaban de entrar unas ganas de que esta cuarentena no se acabe nunca, ¡increíble!

Increíble como, cuando cambiamos el significado de las cosas, cambiamos nosotros.

¡Ahora a ponerse las pilas!

¿Y tú, tienes alguna idea para convertir esta cuarentena en una oportunidad de crecimiento? ¡Compártela con nosotros en los comentarios de aquí abajo!

Os recuerdo que he habilitado, de manera gratuita, el correo info@elgabinetededavidsalinas.es para consultas psicológicas relacionadas con el COVID-19 (dificultades con el aislamiento, duelo, ansiedad, depresión, estrés) y que sigo haciendo terapia online y el precio de las sesiones de 1 hora es de solo 35€ y la primera gratis pagando la segunda antes. Así mismo, el Colegio de Psicólogos de Andalucía Oriental (el de Málaga) ha puesto a disposición del personal sanitario un teléfono gratuito para consultas psicológicas: 851 000 520.

Y si te gustó el post, por favor, no dejes de compartirlo, ahora más que nunca mucha gente lo necesita.

Esta ha sido mi particular carta de amor hoy para ti. Muchas gracias por leerme, ¡y un fuerte abrazo!

viernes, 20 de marzo de 2020

MANUAL DE SUPERVIVENCIA PSICOLÓGICA PARA UNA CUARENTENA

El mundo se ha parado.

Un pequeño virus al que hace poco veíamos muy de lejos (una cosa de los chinos) se ha instalado de repente en la normalidad de nuestras vidas para cambiarlas por completo. Las escuelas han cerrado, muchos trabajos han dejado de funcionar, muchos negocios han bajado la persiana, y durante varias semanas apenas podremos salir de casa...

Esta situación va a traer muchas consecuencias, tanto en lo económico como en nuestra manera de pensar y vivir la vida. Pero, este post voy a dedicarlo exclusivamente al impacto psicológico que conlleva la medida de cuarentena impuesta en España y que se va a extender por todo el mundo.

No es fácil quedarse en casa durante tanto tiempo, conviviendo además con el miedo al contagio, a la propagación, a los síntomas... el miedo a la muerte. Un miedo, además, potenciado por el exceso de información sobre el coronavirus. Por tanto, son muchas las personas que van a sentir emociones difíciles durante esta cuarentena, como el estrés, la ansiedad y la incertidumbre, o el aburrimiento y la propia sensación de aislamiento.

Sirva este post para ayudaros (para ayudarnos) a gestionar estas emociones difíciles y hacernos la cuarentena más fácil. ¡Va por nosotros! Comenzamos:

MANUAL DE SUPERVIVENCIA PSICOLÓGICA PARA UNA CUARENTENA

1. En primer lugar, deja de contar. Ya, inmediatamente, por favor, deja de contar. Los medios de comunicación, por favor, dejad de contar. Me siento totalmente abrumado por los números, desesperado. Si enciendo la televisión, no paran de decir cuántos contagiados hay, cuántos muertos, cuántos va a haber mañana. ¡Es exasperante! Basta ya. No hemos alcanzado el pico ni lo vamos a alcanzar en varias semanas. A partir de ahí, las cifras se estabilizarán y empezarán a bajar, pero, mientras tanto, va a seguir subiendo el número de contagiados y, por tanto, de muertes. No es ninguna novedad, entonces, ¿por qué nos lo tienen que estar recordando constantemente? No puedes controlar lo que hacen los medios de comunicación, pero intenta, en la medida de lo posible, abstraerte de todo esto. No es bueno para tu salud mental y emocional tener siempre el mismo monotema en la cabeza. Evádete, aíslate de tanto exceso de información negativa. Y recuerda una cosa: en el peor de los escenarios va a morir el 2 o 3% de los contagiados y no nos vamos a contagiar todos, las peores cifras hablan de ochenta mil y pico de fallecidos en España, la mayoría personas que sobrepasan los ochenta años de edad o gente con enfermedades severas. Son muchas muertes y para evitar todas las posibles estamos haciendo, entre todos, este esfuerzo. Pero NO vamos a morir todos ni todos nos vamos a contagiar, ni mucho menos, la gran mayoría no. Mantén la calma y, una manera de hacerlo, es protegiéndote de tanta información excesiva y negativa.

2. Tómatelo como un reto personal. Nos gusta ponernos retos, desafíos. Resulta motivante. Si, por el contrario, te tomas esta cuarentena como un marrón y empiezas a inundarte de pensamientos negativos, va a ser como echarte más carga encima. Sin embargo, si te lo propones como un reto que consiste en ponerte a prueba y medir tu fortaleza personal, al finalizar, te sentirás así, más fortalecido. Orgulloso de ti mismo. Y no es para menos, ya que nos enfrentamos a una situación nunca vista. Piensa que es como una especie de entrenamiento vital para desarrollar tu paciencia, tu entereza, tu resiliencia. Los héroes, en las películas, demuestran su heroicidad a través de desafíos que los van poniendo a prueba. Hoy, el héroe eres tú. ¡Adelante, saldrás fortalecido después de esto!

3. Date un regalo para cuando todo esto acabe. Todo reto personal, todo desafío, conlleva una meta, un objetivo a alcanzar. El nuestro es colectivo: acabar con el virus. Pero, además, si te pones un regalo para ti, para cuando hagas tu parte, cada día más, será un día menos que te acerque a ese regalo. ¿No resulta estimulante? Puede ser un viaje, puede ser un capricho que nunca has podido darte, una gran fiesta con familiares y amigos... Depende de cada uno, de sus posibilidades, claro, pero también de sus preferencias. Hazlo, te lo mereces, piensa ya en el pedazo de regalo que vas a darte cuando todo esto acabe y cada día más, será un día menos.

4. Usa la imaginación para hacer juegos en familia y online con amigos. Como he dicho antes, podemos valorar esta cuarentena como una desgracia, y nos cargamos de negatividad, o como un reto, como una oportunidad para poner a prueba nuestras fortalezas y desarrollarlas. Y, sin duda, una de las fortalezas más importantes que existen es la creatividad, y ahora vamos a tener tiempo de sobra para desarrollarla. Pon tu ingenio a trabajar para generar juegos y dinámicas divertidas que impliquen a los familiares (sobre todo a los niños, claro) que vivan contigo y a los que no a través de internet. Yo, por ejemplo, voy a proponerles a mis amigos una velada de karaoke (nos ponemos canciones y nos mandamos audios de voz cantándolas, ¡nos vamos a pegar una de reír!). Estimula tu imaginación y tu capacidad de juego. Recuerdo que, cuando era niño, jugábamos en familia a juegos de mesa y que eso, por culpa de las tecnologías, se ha perdido. ¡Ahora es el momento de recuperarlo, sobre todo por nuestros niños, que son los que más de menos van a echar la calle (junto con nuestro propio niño interior). Mantente conectado con los demás, sí, pero haz porque esas conexiones sean más significativas a través del juego o dinámicas participativas.

5. Créate una rutina. Imprescindible. Sobre todo si no trabajas y pasas mucho tiempo en casa, el aburrimiento y la sensación de aislamiento pueden hacer mucha mella en ti si no te generas una rutina en la que te mantengas ocupado y distraído la mayor parte del tiempo. Ahora, además, es el momento de hacer todas esas cosas que sueles procrastinar por falta de tiempo (o de ganas). Limpiar a fondo la cocina, ordenar ese cuarto, clasificar ropa para donar... Haz una lista de tareas pendientes y hazlas antes de que acabe esta cuarentena. ¡Otro motivo más que tendrás al final para sentirte muy orgulloso de ti mismo!

6. Leer y hacer ejercicio. Lo pongo al margen de actividades que podrían formar parte de esa rutina imprescindible porque, valga la redundancia, considero estas dos actividades imprescindibles para nuestra salud mental y emocional. Mens sana in corporem sano. Leer estimula la mente, amplia el conocimiento, hacer trabajar el intelecto, ¡y es muy relajante y divertido! Hacer ejercicio estimula el cuerpo, y vamos a necesitar estimularlo, moverlo mucho, sobre todo si no trabajamos y vamos a estar muchas horas del día inactivos. Pero, ¿cómo hago ejercicio si estoy en casa? ¡Hay muchas cosas que se pueden hacer en casa para ejercitarte! Andar, correr (sobre tus propios pies, sin avanzar), hacer yoga, pilates, abdominales, flexiones, sentadillas, estiramientos... Incluso te puedes poner vídeos tutoriales en internet para hacer una clase en diferido. Y ya, si te pones música para motivarte, ¡te aseguro que será una de las horas del día que más adorarás! Otras actividades que puedes hacer y también están muy bien, son: ver películas y series, hacer meditación, cocinar... Cosas que hacer te aseguro que sobran, lo que faltan son ideas, ¡pues no hay más que poner a trabajar el coco para producirlas! ¡Vamos!

7. Para los que sois padres: buscad la colaboración de vuestros niños a través del trabajo en equipo y el juego. ¿Recordáis el peliculón "La vida es bella", en la que un padre convence a su hijo de que las situaciones de un campo de concentración nazi forman parte de un juego en el que finalmente ganará un tanque si sigue las normas del concurso? ¡Pues la casa no es un campo de concentración! Pero puede parecerlo, depende de vuestra actitud. Y la de ellos. Es necesario que impliquéis a vuestros hijos para que sigan ciertas normas de convivencia, que colaboren con las responsabilidades del hogar y cumplan con rutinas de estudio que es bueno que sigan teniendo, y podéis alcanzar ese compromiso de colaboración a través del juego. Hacedles ver que sois un equipo y que todos necesitáis de la colaboración de todos para superar este reto: "Mamá es la generala, yo el capitán, Pablito el cabo primero... la misión es sobrevivir al estado de alarma decretado por el presidente el pasado sábado 14 de marzo, y los pasos y objetivos para cumplir esta misión van a ser los siguientes..." No les obliguéis, no les forcéis, no uséis la hostilidad, pues se rebelarán frente a ella. Hacédselo atractivo, ¡motivadles! Saldrán ganando ellos... y vosotros ganaréis también mucho descanso. Ánimo... no me gustaría estar en vuestro pellejo. XD

8. ¡Sentido del humor! Por favor, es fundamental, es el comodín, el sentido del humor es bueno para todo en esta vida. Y, si algo ha puesto de manifiesto esta crisis del coronavirus, además de nuestra solidaridad, ya que las muestras de la misma son inagotables, es también nuestro infinito sentido del humor. Es, verdaderamente, increíble. Los españoles, permitidme la expresión, somos la polla. Somos campeones del mundo en reírnos de la adversidad y de nosotros mismos. ¡Ole, ole y ole! Desde el primer minuto, qué digo, desde antes de empezar el estado de alarma, las píldoras humorísticas en redes sociales, en forma de memes, vídeos o chistes, han sido potentísimas. Cuánto ingenio, qué arte, qué impresionante capacidad para reírnos y hacer reír. Ahora, también os digo, un consejo: que no todo sea sobre el coronavirus y el confinamiento, por favor, que nos saturamos. Vamos a buscar reírnos de otras cosas, para evadirnos del jodio COVID-19. No sé, ríete de tu cuñado, vuelve a mirarte todos los capítulos de Friends, gastaros bromas en vuestro grupo de whatsap. Con coronavirus y sin él, ¡hay tantas cosas de las que podemos reírnos!

9. No pienses en las consecuencias negativas del mañana: vive el presente, focaliza en el aquí y ahora. De nuevo, esta puede ser una consecuencia negativa más de estar continuamente expuestos a tanta información. Y conste que pienso que los medios de comunicación hacen, en general, una buena labor de información y entretenimiento, hoy quizá más que nunca muy necesaria. Pero estamos sobre expuestos. Demasiada información, demasiada negatividad, demasiado futurible: que si los autónomos se van a arruinar, que si se va a a caer el turismo, que si tantos trabajadores a la calle... Cuando pase, ya sabremos cómo reaccionar y seguro, ¡segurísimo!, que reaccionamos bien y tiramos para delante. Ya lo hemos hecho otras veces, ha sido duro, ha sido difícil, ¡pero lo hemos hecho, cagüendiez ya! No sirve de nada anticipar, no sirve de nada preocuparse. Cuando toque, nos ocuparemos, ¡todos juntos! Ahora, simplemente, ocúpate de "sobrevivir" (desde un punto de vista psicológico y emocional) a esta cuarentena, que eso no es tan tan difícil y, con estos consejos, mucho menos.

10. Y me queda el último: hazte a la idea de que esto va a ser largo, pero que pasará. Esta crisis va a pasar. Va a ser algo muy transitorio. Como todo en la vida, pasa. Nos gustaría que pasara muy rápido, pero ten paciencia, ten confianza, ten esperanza: va a pasar. Cuando te inunde el desánimo, la angustia, la frustración, acuérdate de estas sabias palabras, cierra los ojos, respira profundo, sonríe y dite: "Esto va a pasar y voy a estar bien". ¿Qué ganas pensando algo distinto? Nada. ¿Qué ganas diciéndote "Esto va a pasar y voy a estar bien"? PAZ INTERIOR.

Y con paz interior también se vence al virus. Un virus que no ha llegado para quedarse y al que vamos a echar, al que vamos a vencer, entre todos, y desde cada uno.

Antes de despedirme, te recuerdo que he generado una iniciativa solidaria y que atiendo, durante todo lo que dure este estado de alarma, y de forma totalmente gratuita, a través del correo info@elgabinetededavidsalinas.es, cualquier consulta psicológica relacionada con el COVID-19. Si sientes ansiedad o depresión o cualquier tipo de problemática relacionada con esta situación que estamos viviendo y en la que necesites asesoramiento psicológico, cuenta conmigo para ayudarte.

Así mismo, te informo de que yo también soy uno de los autónomos duramente golpeados por esta crisis, pero que aquí sigo, tratando de mantenerme en pie, y continuo pasando consulta de manera online. El precio de mis sesiones online es de solo 35€ cada sesión de una hora y la primera es gratuita, pagando antes de la primera la segunda.

Espero haberte ayudado con estos consejos. Si te gustó el post y piensas que es útil, por favor, ahora más que nunca el acto de compartir con los demás se hace imprescindible, ¡hazlo, comparte, puede ayudar a mucha gente!

Deja tus comentarios aquí abajo si crees que pueden aportar y construir. O si quieres agradecerme, que nunca viene mal un extra de motivación. Por lo menos, saber que estás ahí, al otro lado, leyéndome.

Y, como siempre me gusta terminar, te mando desde la distancia, pero hoy seguramente, un poco más cerca de ti, ¡este sincero y enorme abrazo! ¡Vamos, sí se puede!   

lunes, 16 de marzo de 2020

ASESORAMIENTO PSICOLÓGICO GRATIS DURANTE EL ESTADO DE EMERGENCIA

Estamos viviendo días difíciles para todos, y entre todos, y desde cada uno, podemos hacer por pasar esta crisis antes y con menos coste.

Por eso, siendo consciente de las repercusiones psicoemocionales que puede provocarnos a cualquiera de nosotros el estado de emergencia, habilito, de manera totalmente gratuita, el correo electrónico info@elgabinetededavidsalinas.es para dar respuesta a consultas psicológicas que estén relacionadas con el COVID-19.

Si tienes síntomas de estrés, ansiedad, angustia o depresión, si no sabes cómo gestionar el aislamiento, si te puedo ayudar en la resolución de cualquier conflicto interpersonal  con familiares confinados contigo, si tienes dudas acerca de cómo actuar con tus hijos, etc., puedes escribirme al correo electrónico, dejarme tu consulta, y trataré de responderla lo antes posible.

Poniendo un poco de nuestra parte, venceremos al virus y saldremos fortalecidos de esta crisis. Estoy convencido de ello. Hoy, más que nunca:

HUMOR, PAZ Y AMOR.


jueves, 12 de marzo de 2020

EL YO PERCIBIDO, EL YO IDEAL Y EL YO REAL

A lo largo de la historia, las disciplinas de estudio, las corrientes y los autores, el yo ha admitido muy diversas acepciones. En este post me referiré a él como el resultado de nuestra autoconsciencia.

La consciencia es la capacidad del ser humano de conocerse a sí mismo y la realidad que lo rodea. Dado que esta capacidad tiene una doble funcionalidad, por eso uso el término autoconsciencia, para referirme en exclusiva al conocimiento de sí mismo. Aunque, tanto un conocimiento como otro están estrechamente relacionados, ya que todos nosotros somos individuos que forman parte de una realidad social, por lo que mi consciencia de mí mismo siempre será de mí mismo en el mundo.

A partir de mi autoconsciencia se genera el yo, el ego, que es mi identidad, cómo me concibo a mí mismo, qué imagen tengo de mí, qué atributos de personalidad me otorgo, etc. Para diferenciar este yo de los otros yoes de este post, lo llamaré el Yo Percibido, dado que esta identidad tiene que ver con cómo me percibo y, por tanto, pienso y valoro a mí mismo.

Cuando mi yo percibido es negativo, las consecuencias son malas para mi autoconfianza y autoestima. Además, esa identidad negativa de uno mismo suele ser fruto de pensamientos sesgados o polarizados (minusvalorarse, exagerar lo malo...), ya que todos tenemos, en realidad, atributos positivos y negativos.

Pero no solo provoca un impacto negativo sobre mi autoestima el tener una autoconsciencia errónea y, por ende, un yo percibido negativo (aunque también puede pasar al contrario: tener un yo extremadamente positivo por sobrevalorar los rasgos de mi identidad). También lo es el tener un yo ideal que sea irreal.

El Yo Ideal es lo que pienso que debería ser para cumplir las exigencias de mi entorno y llegar a ser aceptado, amado... feliz. Entonces, cuando pienso y valoro que esa identidad deseada contiene unos atributos exageradamente positivos y, por tanto, difíciles de alcanzar, mi nivel de frustración con mi yo percibido va a ser muy alto, y mi autoestima se va a resentir. Cuando mi yo ideal es irreal, siempre pensaré que "no soy lo suficiente", al no alcanzar ese ideal que me he planteado y que es fruto de una autoexigencia excesiva (perfeccionismo) y de una sobrevaloración de las expectativas de los demás.

Si, además, percibo y valoro los atributos de mi identidad como muy negativos, la diferencia entre mi yo percibido y mi yo ideal va a ser más amplia y mayor mi nivel de frustración, y aun más negativa mi percepción de mí mismo, por verme tan lejos de lo que "debería" ser.

Y, por otra parte, el entorno juega, por supuesto, su papel en esta relación. De tal manera que hay gente que se cohíbe para no mostrar su yo percibido o gente que se exagera y falsea para reducir la diferencia que creen que existe entre su yo percibido y el ideal (el que le demandan los demás). Esa actitud y los comportamientos asociados hacen que esta gente se sienta mal consigo misma porque sienten inseguridad y ansiedad si los otros "descubren" su yo percibido y piensan que están "obligados" a esconderse o mostrase diferentes a quienes son, por lo que sus relaciones no son auténticas.

Para llegar a la solución o convivencia con todos estos conflictos internos, necesitamos al Yo Real, al que a mí, particularmente, me gusta llamar el Ser, porque es una entidad que existe y que, sabiendo que existe, trasciende la mente, la autoconsciencia y, por tanto, se libera de pensamientos sesgados, creencias erróneas y exigencias exageradas. El yo real soy yo libre de condicionamientos. Es mi ser más genuino, auténtico, y nos acercamos a él a través de la vía de la autorrealización.

La autorrealización no es la búsqueda de nuestro mejor yo (eso suena a perfeccionismo, a, precisamente, búsqueda del yo ideal, lo que pienso que debería ser), es búsqueda de quien soy de verdad, de mi yo más auténtico, mi yo real. Por tanto, unos elementos imprescindibles para la puesta en marcha de esa búsqueda, son:

1. Autoexploración y autoconocimiento, para anular los sesgos que conforman mi yo percibido y que este se parezca, cada vez más, a mi yo real, es decir, que lo que pienso que soy este cada vez más cerca de quien soy.

2. Aceptación y autovaloración positiva, para renunciar de una vez al yo ideal irreal y liberarme así de exigencias absurdas e innecesarias que solo provocan frustración y merma de la autoestima.

3. Seguir un proceso vital de autorrealización, que significa vivir una vida más acorde a quien, gracias a la aceptación y al autoconocimiento, estoy descubriendo que soy. Sin ponerme metas ajenas ni compararme con nadie más que conmigo mismo. Vivir una vida auténtica y genuina.

Al fin y al cabo, recuerda: tú no eres quien piensas que eres ni quien piensas que debes ser. Tú, simplemente, eres.

Y eso ya está muy muy bien.

Cuestiona todo lo que digo, la duda nos acerca más a la verdad.

Si te gustó este post, no te lo quedes solo para ti, porfa, compártelo.

Y te mando, desde aquí, ¡un fuerte abrazo!

jueves, 5 de marzo de 2020

COMPRO, LUEGO SIENTO

"Pienso, luego existo", dijo el famoso filósofo René Descartes.

En psicología, nos hemos ocupado mucho de investigar el impacto que tiene en nuestro bienestar psicoemocional los diferentes fenómenos psicológicos provocados por nuestro pensamiento, emociones, conducta, la interacción con los demás y con nosotros mismos.

Y, por supuesto, la interacción con el entorno. No solo somos mente y pensamiento. También cuerpo y sistema nervioso (conjunto de células que regulan el funcionamiento del organismo). A través de los órganos sensoriales del cuerpo, la información del ambiente llega hasta el sistema nervioso y provoca  alteraciones en la actividad eléctrica de las células que dirigen nuestras funciones motoras e impulsan nuestras capacidades cognitivas.

Esos cambios en la actividad eléctrica del sistema nervioso no necesitan ser pensados para existir. Se producen por la continua exposición a estímulos susceptibles de ser vistos, olidos, saboreados, escuchados o sentidos y que modifican procesos químicos muy influyentes para la psique y emociones. Todo lo que comemos, respiramos, tocamos y hacemos tiene cierto impacto sobre nuestro bienestar psicoemocional.

Y, por supuesto, en una sociedad en la que el rol de consumidor es muy muy activo, todo lo que compramos. La comida que hay en nuestra nevera, la ropa que nos ponemos, los químicos que nos echamos en el cuerpos (geles, colonias, maquillaje) e incluso los dispositivos eléctricos que usamos.

Con esta información no pretendo generar un sentimiento de paranoia en ti. Estamos expuestos a los estímulos y sustancias del ambiente y esa exposición es inevitable e, inevitablemente, a veces tendrá consecuencias más positivas o negativas, dependiendo de las características de la interacción. No podemos, simplemente, aislarnos en un búnker para así evitar sentirnos mal. Pero, lo que, quizá, sí que podemos empezar a hacer es, a la hora de comprar determinados productos, preguntarnos: "¿qué estoy comprando exactamente?".

¿Cuáles son las características del producto? ¿Es sano, es ecológico, tiene unos mínimos de calidad? Contestar a estas preguntas a veces puede llevar tiempo por requerir de un proceso de búsqueda de información. Y vivimos en la época de la vorágine de la celeridad: queremos hacer muchas cosas en muy poco tiempo. Cada uno ha de tomar consciencia de cuáles son sus prioridades y si prefiere vivir rápido... o vivir más.

Hablando de conciencia... Es posible que la pregunta que podamos hacernos a la hora de comprar no sea solo "qué" sino también "¿a quién?". Es decir: la empresa a la que estoy comprando este producto, ¿respeta los derechos humanos? ¿Y los de los animales? ¿Los del planeta? ¿Los de los trabajadores?

Es evidente el impacto positivo que puede tener para nuestro entorno (nuestro mundo) que cada vez haya más consumidores que, antes de comprar, se hagan estas preguntas, pero, ¿puede llegar a tener un impacto positivo sobre nuestro bienestar psicoemocional?

Eres más que consciencia, más que mente. Pero también eres mente. No solo eres un cuerpo y unas células que provocan electricidad y cambios químicos. Gracias a la información recibida por el ambiente y los efectos sobre tu sistema nervioso, tu cerebro funciona, y aparecen capacidades cognitivas como la percepción, atención, memoria, comprensión y resolución de problemas. No solo somos un organismo que recibe información del ambiente. La interpretamos.

Y, gracias a eso y a nuestra capacidad de inventiva, las sociedad avanza. Entonces, hoy día, hay muchas personas que son capaces de reflexionar y empatizar con el sufrimiento colectivo, lo cual les permite actuar para tratar de paliar ese sufrimiento, de muy diversas maneras. Hoy día, cada vez hay más personas conscientes del impacto negativo que nuestro tipo de consumo provoca en los demás y en el mundo.

En psicología existe un concepto conocido como disonancia cognitiva y que se refiere a una tensión psicológica o pérdida de armonía interna, debido a que una conducta choca con una creencia del sistema de valores del individuo. Cuando actuamos conforme a lo que pensamos que está bien, nos sentimos bien, y cuando no actuamos conforme a lo que pensamos que está bien, no nos sentimos tan bien.

Si me considero ecologista pero pongo la calefacción a tope en invierno...

Si estoy en contra de la explotación laboral pero compro ropa fabricada en el Tercer Mundo bajo regímenes esclavistas...

Si soy amante de los animales pero compro comida hecha por empresas cárnicas que los maltratan hasta niveles de crueldad inimaginables...

No pretendo atormentar tu conciencia con este post. Todos vamos a hacer siempre algo que va a tener un impacto más o menos negativo sobre nuestro entorno, no somos perfectos ni podemos aspirar a ello. Pero, si empezamos a preguntarnos "¿a quién le estoy comprando?" y, una última pregunta: "¿necesito comprar esto?" (ya que el consumo desaforado también tiene un fuerte impacto negativo), y actuamos en consonancia con nuestro sistema de creencias y valores, entonces, quizá, consigamos reducir buena parte de ese impacto.

En definitiva:

CONSUMO CONSCIENTE Y RESPONSABLE

No solo porque sea bueno para el planeta y los demás sino, por todo lo explicado, porque también puede ser muy bueno para nosotros mismos, para nuestro bienestar, para nuestra felicidad.

Escribo un post cada semana para ayudarte (y ayudarme a mí mismo) a empoderarte en tu propio proceso de crecimiento personal. Y nada otorga más poder que la información. Por ello, aquí te dejo algunos enlaces de guías y empresas en Málaga (de donde soy y trabajo), y del resto de España, que se dedican a la agricultura ecológica, a la moda sostenible o a la banca ética. Pero, solo son algunos ejemplos. Te animo a iniciar y desarrollar tu propio proceso de investigación e información y, por tanto, de empoderamiento, para encontrar aquellas tiendas, negocios y empresas que se ocupan en tu comunidad (o fuera de ella, gracias a la venta online) a ofrecerte productos más sanos, justos y sostenibles.











Y, si tienes más tiempo, no dejes de ver esta charla. De esas cosas que pueden cambiarte la vida:




Nosotros, los consumidores, tenemos el poder. El poder de decidir qué comemos, qué vestimos, qué usamos... para gobernar nuestro bienestar y ayudar, cada uno desde su pequeña parcela, a hacer un mundo mejor y más colectivamente feliz.

Qué bonito término ese. Felicidad colectiva. No por nada, no somos solo cuerpo, sistema nervioso, mente... sino organismos que forman parte de un sistema, de una colectividad en continua interacción...

... ¡y transformación!

Cuestiona, como siempre, todo lo que digo, la duda nos acerca más a la verdad.

Si te gustó el post, por favor, no te lo quedes solo para ti, compártelo con tu colectividad. ;)

Y recibe, cómo no, ¡este abrazo!