miércoles, 19 de julio de 2023

ALTO Y CLARO

Muchos, a estas alturas de campaña electoral, estaréis cansadísimos de oír hablar de política. Lo entiendo, pero es que la política también es una cuestión de salud mental, de bienestar, de felicidad. La política no es solo políticos peleándose entre ellos para ganar más votos. La política va (o debería ir) de la vida de la gente, de cómo nos organizamos en comunidad y tomamos decisiones que nos afectan a todos, y de manera importante además.


Por eso tu voto es decisivo, para ti, para los tuyos, para tu comunidad. Y no solo lo es votar, sino, sobre todo, votar bien. Para ello hay que conocer las propuestas de los distintos partidos que se presentan (no al dedillo, pero sí al menos las más importantes), y, antes de nada, conocerse bien a uno mismo: cuáles son mis valores y mis objetivos y cómo es mi escala de preferencias (lo explico un poquito mejor en este vídeo post). 


Y, hasta aquí, un psicólogo debería de mantenerse equidistante (o quizá es lo que creo yo que esperáis de mí). Pero no. Los que me conocen bien saben que muy equidistante no soy, que suelo tomar partido, que me suelo mojar. Y en este tema, dada su importancia, no podría ser distinto. Alguien tenía que dar un paso al frente y decirlo alto y claro:


Las políticas de izquierda son más favorables para la salud mental que las políticas de derecha.


¿Y en qué me baso para hacer tal afirmación? ¿En mi ideología, en mi subjetividad, en que tuve una novia de derecha y me rompió el corazón? No. Me baso para hacer esa afirmación únicamente en criterios clínicos.


Las políticas de derecha actuales (PP y Vox) se basan en el neoliberalismo, que es una teoría política y económica que tiende a reducir al mínimo la intervención del Estado​, apoya el libre mercado, y sus pilares básicos incluyen la privatización y la desregulación. Esta forma de entender la organización económica da lugar a lo que se suele llamar un capitalismo salvaje: las organizaciones económicas (empresas, bancos y otras entidades financieras) tienen la libertad y capacidad de abusar de sus trabajadores y clientes. Hoy hay cada vez más gente que, aunque no se encuentre en una situación de vulnerabilidad extrema, se siente más indefensa en la sociedad, ante la hostilidad de los mercados. Cada vez hay más trabajadores, autónomos y pymes que tienen que competir ferozmente por sobrevivir, lo que deriva en un estrés brutal. Y cada vez hay más crecimiento económico, sí, pero este crecimiento no se redistribuye de forma unitaria, por lo que las desigualdades económicas están creciendo, junto a la precariedad, lo cual provoca incertidumbre y vidas frustradas. Occimorons no lo podría decir mejor.




Frente a este modelo ferozmente competitivo y que genera estas tremendas desigualdades (no olvidemos que en la actualidad el 1% de la población posee el 38% de la riqueza global, el 10% el 76% de la riqueza y la mitad de la población posee solo el 2%, ¡datos indignantes!), nos encontramos con el modelo de la izquierda, que se basa en la socialdemocracia, que es una ideología política, social y económica que busca apoyar las intervenciones estatales, tanto económicas como sociales, para promover mayor equidad económica e igualdad social en el marco de una economía capitalista, e implica medidas para la redistribución del ingreso y regulación de la economía a favor del interés general y el mantenimiento de un Estado de bienestar. A simple vista, suena mucho más justo, proteccionista y amable que el modelo neoliberal, ¿no? 


Cierto es que no todos los políticos de izquierda, solo por ser de izquierda, lo hacen bien. Los hay que son chorizos, los hay que son incompetentes y los hay que dicen llamarse de izquierda y luego no hacen una mierda de políticas de izquierda. Pero, también es cierto que la política no la deberían hacer solo los políticos, sino TODOS, y hacerla todos no es solo votar cada cuatro años y que ese voto sea un cheque en blanco que le permita al político hacer lo que le dé la gana. El político ha de rendir cuentas de su gestión no solo cuando hay elecciones, sino siempre, y ahí es donde debemos estar las gentes, en los sindicatos, en las organizaciones, en las iniciativas populares, en las calles y en las redes sociales, exigiendo esa rendición de cuentas, exigiendo que se hagan las cosas bien y honestamente.


PERO... pero, el modelo, el paradigma, el sistema, es importante, es muy importante. Y yo quiero vivir en un mundo menos competitivo y más colaborativo, en un mundo menos hostil y más amable, en un mundo menos desigual y más redistributivo. Y el 23-J voy a ser coherente con lo que soy, con mis valores y con lo que quiero. Y voy a votar.


¿Y tú qué vas a hacer?


Cuestiona todo lo que digo; la duda nos acerca más a la verdad.


Si te gustó el post, comenta y comparte, no te lo quedes solo para ti, porfa.


Si te gusté yo, hago terapia psicológica en consulta en Málaga y online para el resto del mundo. También tengo un par de libros, puedes echar un vistazo aquí.


Que sea lo que tenga que ser y sea de una manera o sea de otra, ¡recibe este abrazo!
 

1 comentario:

  1. ¿Necesita un préstamo personal o comercial? Descubre si estás precalificado. Contáctenos en::::::petrbuzekloanfirm@gmail.com
    Whatsapp ahora: +639773415435

    ResponderEliminar