Cuatro ojos, gorda, cabezón, puta, marica...
El bullying se puede expresar de diversas maneras: a través de insultos o motes, desprecios, exclusión, amenazas, agresiones... Para la víctima sólo se percibe de una manera: terror. El niño o adolescente se adentra en un contexto de terror perpetuo. Una cita con el diablo a la que está obligado a acudir todos los días.
El bullying se puede expresar de diversas maneras: a través de insultos o motes, desprecios, exclusión, amenazas, agresiones... Para la víctima sólo se percibe de una manera: terror. El niño o adolescente se adentra en un contexto de terror perpetuo. Una cita con el diablo a la que está obligado a acudir todos los días.
CONSECUENCIAS DEL BULLYING
Algunas, tristemente, ya las conocemos a través de los medios. Hay quien no sobrevive. Imagínate exponerte día tras día a tus agresores, sin poder defenderte. Porque la víctima suele estar inundada por un sentimiento de indefensión absoluto. "No puedo hacer nada, sólo aguantar". Si se enfrenta a su agresor o agresores, le matarán. Si dice algo, será un chivato, un cobarde, un marginado. Si escapa... Quién le dice que en otro lugar no le espera lo mismo.
Los supervivientes: la personalidad se forja en los primeros años de vida. Pasar por una experiencia de bullying temprana puede ser determinante por tanto a la hora de adquirir un déficit de autoestima o patrones cognitivos y conductuales disfuncionales. La adolescencia es una época de cambios y desequilibrios que podemos afrontar de forma adaptativa, y un ambiente hostil continuado está claro que no va a ayudar a ello. Por tanto, las personas que pasan por una experiencia de bullying que luego no son capaces de integrar en sus vidas, pueden desarrollar problemas psicológicos como depresión, ansiedad, déficit de autocontrol de la ira...
Luego están los que terminan pareciéndose a sus agresores. Es bastante común. Un niño empieza criándose, por regla general, en un ambiente de amor, ternura y comprensión. Y de repente, sin saber muy bien cómo, lo sueltan en medio de una jungla llena de depredadores. Para sobrevivir, decide volverse un depredador más. Su corazón se vuelve oscuro, su visión del mundo ha cambiado: "el mundo es malo, necesito ser más malo que él o si no acabará conmigo". Y ésa es la visión de muchos de los grandes hostigadores de hoy día: políticos insensibles, empresarios tiranos, banqueros ladrones, etc. Quién sabe si no fueron también en su día niños víctimas de bullying.
¿POR QUÉ EXISTE EL BULLYING?
El hombre es bueno por naturaleza. Fijaos en un niño de pocos meses, es una criaturita incapaz de hacerle daño a nadie. De hecho, ni siquiera sabe lo que es el bien y el mal. Lo va a aprender, nosotros le vamos a enseñar. Y los niños aprenden sobre todo a través del aprendizaje vicario: observan y copian. ¿Y qué van a copiar si tienen padres que discuten frente a ellos gritándose y faltándose el respeto, qué van a copiar si su padre se sienta ante el televisor para ver un partido de fútbol y lo primero que hace es llamar hijo de puta al árbitro, qué van a copiar si su madre les regaña amenazándoles con que les van a arrancar la cabeza?
¿CÓMO SOLUCIONAR EL BULLYING?
¿Cómo hacer un mundo mejor? Con Inteligencia Emocional, con empatía, con respeto, educando en valores y tolerancia.
Informando y sensibilizando a padres, profesores y alumnos sobre esta problemática y cómo prevenirla y atajarla.
¿Y cómo prevenirla y atajarla? Hablando. El niño tiene que tener la seguridad de que cuando tenga un problema puede llegar a casa y contárselo a sus padres y que recibirá el apoyo incondicional de éstos, de que puede pedir ayuda a un profesor y que la obtendrá sin que haya consecuencias negativas. El niño tiene que saber que no está solo.
Porque el bullying no es un problema individual, es social, es de todos. Por eso que ya he explicado sobre los supervivientes que acaban pareciéndose a sus agresores, el hostigador de ayer, o incluso la víctima, puede ser el hostigador del mañana. A todos nos corresponde erradicar el bullying.
Yo fuí víctima de bullying en el pasado. Hoy a veces me encuentro con alguno de mis hostigadores y siento ganas de insultarle, despreciarle, escupirle, golpearle... Siento ganas de parecerme a él. Con este escrito siento que me alejo de él, y me acerco más a mí.
Siento que hoy estoy un pasito más cerca del cielo y más lejos del infierno.
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