miércoles, 12 de febrero de 2014

CREENCIAS TÓXICAS

Tengo una mala noticia para usted: está contaminado.

Como soy psicólogo positivista, trataré de terminar este post con una buena noticia. Hasta entonces, relájese y deje de buscar marcas o bultos sobre su cuerpo.

Me refería a que su pensamiento está contaminado, su sistema de creencias, el conjunto de juicios (y prejuicios) que definen su personalidad, marcan su actitud ante la vida y guían su comportamiento en el mundo.

En mayor o menor medida, su mente está contaminada, porque por muy grande y poderoso que sea el antivirus de su cerebro que le protege del spam externo, son tantas y tan diversas las fuentes de contaminación que nos lanzan  mensajes nocivos, que ese antivirus es incapaz de detectarlos y expulsarlos a todos: los padres, el colegio, la universidad, el cine, la música, la literatura, los medios de comunicación, la publicidad, los políticos, Internet...

Quién sabe, puede que hasta yo mismo ahora, sea uno de esos contaminantes.

El caso es que desde todas estas fuentes nos pueden llegar dos tipos de mensajes distorsionados: los mitos, que son invenciones que hemos asimilado como realidades; y las falacias, que son argumentos aparentemente verdaderos pero erróneos en su lógica. Tanto unos como otros provocan creencias tóxicas en los individuos, porque interactuamos con el medio y gestionamos nuestro bienestar partiendo de una base errónea que produce resultados tóxicos, dañinos

Un ejemplo de mito es, como ya expliqué en un anterior post, pensar que el dinero da la felicidad, cuando se ha demostrado que eso es cierto sólo cuando nuestro dinero sirve para cubrir ciertas necesidades básicas, pero a partir de ahí, tener más dinero no me garantiza mayor felicidad. Sin embargo, si lo creo, posiblemente me esfuerce por tener mucho dinero pensando que eso me hará más feliz, descuidaré otras áreas vitales igual o más importantes, y finalmente, no seré feliz.

Un ejemplo de falacia, también comentada en otro post es la llamada post hoc, ergo propter hoc ("después de esto, luego a consecuencia de esto"), es decir, argumentar que porque un hecho va seguido de otro, el segundo es consecuencia del primero, cuando no tiene por qué ser así: hago un mal pronóstico, éste se cumple, y ahora me acusan de haber causado el pronóstico y me llaman "boca cabra", pero en realidad, ¿qué relación causal hay entre mis palabras y el hecho pronosticado? Esta falacia conduce fácilmente a la superstición y a la manía, y colateralmente, a la sensación de que no somos dueños de nuestro destino.

Hay muchos otros tipos de falacia y en el área de la política se dan con más frecuencia de la deseada, ya que estos razonamientos, repito, aparentemente verdaderos pero falsos, sirven para la manipulación de las masas. Pero ese es otro tema.

Un área distinto e importantísimo para el bienestar personal, donde se dan multitud de mitos y falacias, es el del amor:  en este sentido, Disney, Hombres, Mujeres y Viceversa, las canciones de Álex Ubago o el mismo San Valentín, ya tan cerca, han hecho mucho daño. Por eso este viernes 14 de Febrero en Gabinete de Psicología Positiva de Málaga doy un taller llamado "Desarmando a Cupido", para, a través del análisis, la reflexión, la comparación con la evidencia empírica y el debate en grupo, eliminar esas creencias tóxicas que contaminan la relación sentimental de las parejas y la autoestima de los solteros.

Si no está en Málaga para la fecha y quiere cultivar un pensamiento libre, limpio y justo, aquí van unos consejos: no se deje llevar por lo que diga la mayoría; haga un ejercicio de autoconciencia y examine qué conjunto, dentro de su sistema de creencias, está formado por juicios (un conocimiento cuerdo y sensato) y qué conjunto está formado más bien por prejuicios (juicio tomado de antemano sin el conocimiento necesario); infórmese, estudie, aprenda, piense, sobre todo piense. Pero házlo tú, no dejes que sea una televisión o un escaño el que lo haga  por ti.

Y es que, y ésta es mi buena noticia: descontaminarse sólo depende de ti. Y los beneficios de hacerlo, pueden ser auténticamente maravillosos.

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