Febrero: mes de los enamorados, de máscaras y disfraces y... también de los estudiantes universitarios. Por aquello de que es un mes reservado a los temidos exámenes
En este post trataré de ofrecer algunas claves para enfrentarnos con éxito a los exámenes. Así que si eres universitario, o estudiante en general, si te estás preparando unas opos, o pronto te examinarás para el carnet del coche, este artículo te interesa.
Si no... También. Porque exámenes tenemos todos con bastante frecuencia a lo largo de nuestra vida: una entrevista de trabajo, un nuevo reto profesional, una nueva experiencia personal como ser padres, una cita romántica con un desconocido... ¡y precisamente el día de San Valentín, qué horror!
Todas estas situaciones tienen algo en común: es una demanda proveniente del entorno que exige una respuesta por nuestra parte.
Y... sí, ya sé lo que estáis pensando. Son situaciones que pueden llegar a estresarnos. Mucho. ¡Incluso a paralizarnos! (más de uno se habrá quedado congelado cuando le dieron la noticia de que iba a ser padre).
La clave para no llegar a ese nivel de estrés desadaptativo radica principalmente en la evaluación que hacemos de la situación: si hacemos una evaluación negativa, y pensamos que la demanda del entorno desborda nuestros propios recursos, nos estresaremos. Así que partiendo de esta premisa, aquí van una serie de orientaciones para enfrentar con éxito este tipo de eventos:
- En primer lugar, has de saber que un poco de estrés no es malo, al contrario, es necesario para obtener un nivel de activación adecuado a la demanda. Si los nervios no te permiten concentrarte, malo; pero si estás tan relajado que en lugar de estudiar te dedicas a mirar las musarañas... también malo, ¿no?
- Para no llegar al punto de evaluar la demanda como algo que excede nuestros recursos, lo mejor es obtener una autoconfianza y autoestima alta. Creer en nosotros. Un ejercicio imprescindible para hacerlo es revisar nuestros logros pasados: ¿qué situaciones similares o equivalentes a la actual logré superar con éxito? ¿He aprobado otros exámenes? Bien. ¿He sido padre anteriormente? No. Vale, pero, ¿me he enfrentado a otras situaciones de responsabilidad y he obtenido resultados positivos? Sí, ¿verdad? Pues en ésta, ¡seguro que también lo haces!
- Prepárate. La confianza en uno mismo está bien, pero, ¡cuidado con los excesos de confianza! Si tienes exámenes, estudia. Si tienes una entrevista prepáratela. Si vas a ser padre primerizo, mírate vídeos, lee, pide consejo. Si vas a una cita arréglate y no vayas hecho un trapo. Un poco de esfuerzo, ¡no lo dejes todo en mano de la Buenaventura!
- Sin embargo, un consejo: no te esfuerces demasiado. Mmm, polémica esta sentencia, ¿verdad? Me explico: te puedes estresar porque te agobies al pensar que la demanda excede tus recursos, o te puedes estresar y "quemar" porque finalmente inviertas excesivo tiempo y esfuerzo en una demanda. El estudio y el trabajo tienen que ir acompañados de descanso y ocio, porque nos revitalizan y nos permiten además rendir con mayor éxito. Es decir, que cuando estás descansando, ¡también te estás preparando para trabajar mejor! En este sentido, una buena dieta, ejercicio, sexo y risa son hábitos que limpian, refrescan y oxigenan nuestro cerebro.
- Además de la evaluación de la situación, otro factor clave a tener en cuenta es: la magnitud subjetiva de las consecuencias. Es decir, ¿cómo de grave valoro yo que serán las consecuencias de no obtener mis objetivos? Si las valoramos como un drama, como una tragedia, ¡como un tsunami!, nos preocuparemos de más. Si suspendo el examen, ¿no tengo otra posibilidad en Septiembre? Si no me cogen para este puesto, ¿no quedan más empresas a las que acudir? Si se me da mal cambiar pañales, ¿no tengo a mi santa mujer que con paciencia infinita va a enseñarme de nuevo a hacerlo?
- Y relacionado con esto último y la evaluación de la situación: hay personas que cada vez que se enfrentan a una demanda ven la misma como un problema/marrón/faena, y otras en cambio que la ven como retos y desafíos, como una oportunidad para poner a pruebas sus talentos. ¿Adivinas cuáles sufren menos y son más exitosas!
Si te gustó el post y quieres aprender más sobre el estrés y cómo prevenirlo y afrontarlo eficazmente en cualquier ámbito, aquí a la derecha estás viendo la portada de mi libro, y aquí en este enlace puedes obtenerlo. Y recuerda, no digas: "¡a mí que no me estresen!", di: "¡ja, a mí me van a estresar!".
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