jueves, 29 de mayo de 2014

DISEÑANDO NUESTRA DIETA CULTURAL (I): LA MÚSICA

En el último post propuse crear un nuevo mantra: diseñar una dieta cultural rica en positividad, Inteligencia Emocional y modelos de fortalezas y virtudes humanas, con el fin de alimentar nuestros pensamientos, sentimientos, autoestima... Alimentar nuestro bienestar, al fin y al cabo.

Aunque esta dieta puede estar formada por cualquiera de las disciplinas artísticas que nos enriquecen de cultura (arte, fotografía, cómic, teatro, pintura, ficción televisiva...) vamos a centrarnos en tres elementos que van a ser los pilares básicos de la dieta: música, literatura y cine.

Y vamos a empezar con la música,  ya que de los tres seguramente fue el que surgió antes. No es difícil imaginarse a nuestros ancestros los primates golpeando los huesos de las piezas de animales que cazaban y provocando con ello sonidos rítmicos. Y es que con cualquier objeto físico se puede hacer música. Prueba si no a golpear tus nudillos contra una estructura sólida que tengas al alcance: una mesa, una pared, el cabecero de la cama... Haz que ese golpeteo no sea constante y repetido, cambia los tempos, la velocidad, la intensidad... ¿Ves? Acabas de hacer música.

Dime, con sinceridad: si te sentías algo alicaída, ¿te sientes un poco mejor después de este sencillo ejercicio? La creación artística, ya sea musical o de cualquier otra disciplina, es altamente terapéutica. Incluso la musicoterapia, que consiste en el manejo de la música para trabajar con personas en diferentes ámbitos (se utiliza por ejemplo para trabajar con autistas), ha demostrado ser un proceso que sirve para promover la comunicación, mejorar las relaciones, facilitar la expresión y el movimiento...

Pero en esta ocasión, aunque animo a todo ser humano a que practique cualquier disciplina artística, sólo nos vamos a fijar en la cultura como receptores y, centrándonos en la música, vamos a hacernos una lista de canciones que nos hagan sentir emociones positivas, como la alegría o la serenidad, o que contengan mensajes positivos, o lo que en el post anterior llamaba lecciones de vida: pequeñas historias, ideas o frases que nos aportan sabiduría para la gestión de nuestro bienestar y crecimiento personal.

Para hacer esa lista simplemente habrá que poner oído. Y esa ya es una tarea muy interesante, porque muchas veces pasamos por la vida embutidos completamente en nuestros pensamientos y preocupaciones, y no escuchamos las maravillas que pasan a nuestro alrededor:


Fabricando sonrisas... Precisamente cuando nos sentimos tristes o melancólicos solemos hacer lo contrario, creamos las condiciones idóneas para que esa tristeza no nos abandone. La tristeza, al igual que otras emociones "poco agradables", como la ira, el miedo o la vergüenza, no son malas, son humanas, y tenemos todo el derecho del mundo, como humanos que somos, a sentirlas, pero es mucho mejor si transitamos por aquellas que no nos hacen sentir bien que si decidimos quedarnos ahí. Y sin embargo, no es difícil imaginarse a un adolescente escuchando canciones de desamor una y otra vez una y otra vez... precisamente después de haber sufrido un desamor. A un adolescente... o a un adulto. Si te sientes mal, acéptalo, sin críticas ni reproches, y después haz algo que te haga sentirte mejor. Hay comportamientos que son incompatibles con la tristeza, como gritar, saltar, cantar:


Desde luego hay canciones que no tienen por qué tener la fuerza y la garra que Luz Casal imprime a sus temas, sino un tinte más melancólico, y no por ello hacernos sentir decaídos. La carga emocional de una pieza musical depende en gran medida del receptor: de su interpretación, de lo que le evoquen ciertas melodías o instrumentos, y de dónde ponga su foco de atención, que puede ser en el ritmo, en la letra, en la voz... A continuación expongo dos ejemplos para entenderlo: el primero es una canción de musicalidad alegre pero historia trágica; y el segundo una canción de melodía triste pero mensaje muy positivo.



Lo normal es que se despierten emociones positivas y te entren ganas de bailar con el Pedro Navaja a pesar de contarte una historia que acaba con dos muertes. Y muchas son las personas que percibirían la canción de Louis Amstrong como una canción triste si no conocieran su letra o no vieran la luz de su sonrisa al interpretarla.

La carga emocional pues, de una canción, puede estar influenciada por muchos factores y depende sobre todo de la subjetividad del receptor. La misma subjetividad que deberá determinar tus lista de canciones positivas. 

Pero a parte de las emociones que nos despierten, está claro que hay canciones que son auténticas lecciones de vida, y en sus letras encontramos mensajes que nos llenas, nos motivan y nos enriquecen de saber. Aquí te dejo una lista de algunos ejemplos. Espero que tú te animes a encontrar los tuyos. Recibe por ello, mi más sincero aplauso.
  • "Ojalá me hubiera dado cuenta antes, no siempre lo urgente es lo importante". Fito y fitipaldis.
  • "Sin miedo sientes que la suerte está contigo, jugando con los duendes, abrigándote el camino, haciendo a cada paso lo mejor de lo vivido, mejor vivir sin miedo" Rosana.
  • "Hace tiempo alguien me dijo cual era el mejor remedio, cuando sin motivo alguno se te iba el mundo al suelo, y si quieres yo te explico en qué consiste el misterio, que no hay cielo, mar ni tierra, que la vida es un sueño". Jarabe de Palo.
  • "Este pez ya no muere por tu boca, este loco se va con otra loca, estos ojos no lloran más por ti". Joaquín Sabina. 
  • "Puedo joder, puedo encantar, puedo llamarte sin hablar, puedo vencer, puedo palmar, puedo saber que sin vosotros duele más". Vetusta Morla.
  • "Hoy puede ser un gran día, duro con él". Joan Manuel Serrat.
  • "Sin preocuparse, es como hay que vivir, a vivir así, yo aquí aprendí, Hakuna Matata". El Rey León.

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