Desde entonces, una gran cantidad de trabajo, más de 150 consultas publicadas, y una enorme
experiencia de aprendizaje que me llevo y que quiero compartir contigo,
publicando algunas de las consultas más destacadas que he tenido la oportunidad de contestar.
Esta semana: La culpa me mata tras haberme separado de mi pareja. Creo que es un fenómeno bastante habitual y por eso espero que este caso ayude a muchas personas. Un abrazo.
CONSULTA
Poco antes de que mi tercer hijo cumpliera su primer año, no sé por qué,
la vida, el destino. ... se me cruza en el camino alguien y al poco
tiempo ya estaba totalmente enamorado. Me separo, comienzo esta relación
y a día de hoy estamos muy enamorados y con muchos proyectos. El
problema que tengo es con mi ex y los niños: no me quieren más, ni
quieren verme, la madre les llena la cabeza de ideas en mi contra, ni sé
si con razón o no. Yo amo con toda mi alma a mis hijos y no quiero
perderlos por nada del mundo. No sé si lo que me pasó o la decisión que
tomé de separarme está bien o mal, el tiempo lo dirá, pero hay veces en
que la culpa me mata por no haberme quedado quieto y dejar las cosas
como estaban. Tengo sentimientos encontrados que me están destruyendo...
Vamos a empezar por esos sentimientos de culpa
que tanto daño te están haciendo. Hazte la siguiente pregunta: ¿qué
decisión fue la que tomaste tú, la de no volver a ver a tus hijos, o la
de unirte a una persona de la que te has enamorado? ¿Es posible entonces
que te estés echando la culpa por una decisión que no has tomado tú? Y:
¿está la culpa solucionando el problema, haciendo posible el
acercamiento con tus hijos, o al contrario mantiene focalizada tu
atención sobre el problema o carencia, sin hacer posible de este modo
una búsqueda efectiva de soluciones?
La culpa es una emoción y como tal, no es buena ni mala, es humana.
Las emociones cumplen una función, y en el caso de la culpa, facilita la
empatía, el darnos cuenta del daño hecho, y por tanto, facilita también
el llevar a cabo una conducta reparadora para compensar o corregir ese
daño. Precisamente la facilitación emocional es uno de los componentes
de la Inteligencia Emocional
y se refiere a cuando nuestras emociones nos facilitan procesos
cognitivos de mayor calidad, como un mejor proceso de toma de
decisiones.
Un fenómeno cognitivo que nos demuestra que la culpa está siendo
disfuncional, es el pensamiento rumiativo: darle vueltas y vueltas a un
problema o suceso sin buscar una solución. Y es precisamente la búsqueda
de soluciones la que nos puede sacar de ese proceso rumiativo. Así que
en lugar de preguntarte si hiciste bien, si deberías haber actuado de
otra forma, o por qué lo hiciste, asume que tomaste una decisión, que
esa decisión no implica necesariamente separarte de tus hijos, y
pregúntate qué puedes hacer en el aquí y ahora para conseguir lo que
quieres, que no es otra cosa que recuperarles. Ánimo, un abrazo.
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