Desde 2015 tengo el orgullo de formar parte del APOL: el servicio de Apoyo Psicológico On Line de la Fundación Punset. Una selección de psicólogos de toda España que contestamos consultas en torno a problemas de depresión, ansiedad, estrés, pareja, desamor, y muchos otros.
Desde entonces, una gran cantidad de trabajo, más de 150 consultas publicadas, y una enorme experiencia de aprendizaje que me llevo y que quiero compartir contigo, publicando algunas de las consultas más destacadas que he tenido la oportunidad de contestar.
Esta semana: SISTEMA DEL MALESTAR. Un caso que nos enseña cómo la negatividad, el pesimismo y la autoexigencia excesiva conforman todo un sistema de malestar emocional, y con qué recursos podemos salir de él para diseñar nuestro propio Sistema del Bienestar.
CONSULTA
CONSULTA
Tengo 33 años y un expediente académico repleto de títulos que logré sacar mientras trabajaba. Tres quiebras y cierres de tres empresas distintas me han vapuleado. He tenido que deshacer mi hogar dos veces y volver a casa de mis padres, quienes me tratan como si tuviese 6 años. Decidí opositar para buscar una salida profesional que me sacase de las penurias económicas que he tenido que pasar y de las psicológicas que aquéllas han conllevado. Soy una persona de carácter fuerte, muy independiente, mi familia, mis amigos y mi novio me adoran, pero falta un pilar en mi vida que por más que persigo no llega: un empleo estable y no precario. Sin empleo no tengo independencia, ni proyecto de vida propio ni planes de tipo alguno. Me hago mayor y veo que metas como formar una familia se alejan cada día más por esta causa. Siento mucha rabia y odio hacia este sistema del malestar. Estoy absolutamente frustrada.
RESPUESTA
La
situación que nos comentas, por desgracia, es muy común en España, ya que en
este país existe una tasa de desempleo muy, que ronda el 50%
en la población juvenil. Es desolador y ante tal panorama no es raro que
sientas esa rabia, ese odio y esa frustración a las que te refieres. Sin embargo, el
problema, como casi siempre, no radica en tus emociones, sino en los
pensamientos que multiplican el impacto de estas emociones y las vuelven
incapacitantes. No puedes cambiar la situación de tu país, así que céntrate en
cambiar lo que sí controlas: tu negatividad y pesimismo.
Negatividad
porque pones foco de atención en los acontecimientos negativos
del pasado (cierre de las tres empresas) y en lo que no tienes: un empleo
estable. Empieza a dirigir la atención sobre lo que tienes y lo que puedes
hacer ahora: títulos, carácter fuerte, amigos, familia, novio, la posibilidad
de opositar o encontrar otro trabajo. Y pesimismo porque piensas que tu situación
no cambiará. El optimismo en cambio es una actitud mental que, lejos
de conseguir milagros, sí que nos predispone a dirigir mayores esfuerzos en pos
de los resultados que esperamos obtener.
Ni
la positividad ni el optimismo te van a dar, al menos no directamente, ese empleo
estable que tanto ansías. Pero plantéate si lo contrario, si quejarte y
lamentarte, te está ayudando, o si meterte presión a ti misma por tener 33 años, es decir: esa autoexigencia excesiva, te hace sentir mejor y te acerca a tus metas. ¿O te aleja? El sistema del
malestar externo es algo que depende de muchos factores que tú no controlas,
pero tu propio sistema del malestar sí que lo puedes cambiar. Un abrazo.
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