De 2015 a 2017 tuve el orgullo de formar parte del APOL: el servicio de Apoyo Psicológico On Line de la Fundación Punset. Una selección de psicólogos de toda España que contestábamos consultas en torno a problemas de depresión, ansiedad, estrés, pareja, desamor, y muchos otros.
Fue una gran cantidad de trabajo, más de 150 consultas publicadas, y una enorme experiencia de aprendizaje que me llevé y que quiero compartir con vosotros, publicando algunas de las consultas más destacadas que tuve la oportunidad de contestar.
Esta semana: Frustración y Culpa al Emigrar. Un caso real que nos demuestra lo difícil que es salir de un país para mejorar profesionalmente, las repercusiones psicológicas y emocionales que conlleva, y cómo podemos sobrellevarlas y ser felices a pesar de estar alejados de las personas a las que más queremos.
CONSULTA
Por lo que cuentas, ese sentimiento de culpa que expresas es porque percibes, entiendo, que has sacrificado tu tiempo de
vida con los que más quieres, por una decisión centrada en tu futuro profesional. Sin
embargo, ese pensamiento puede ser muy polarizado: no has sacrificado, has
tomado una decisión, que tiene unos costes, para obtener unas ganancias
personales, y eso no te convierte en una persona egoísta, sino en responsable
de tu vida. Esta decisión no implica que pierdas el contacto absoluto con tu
familia y amigos. Y esta decisión no es irreversible: puedes volver. De ti
depende valorar si los costes son mayores que los beneficios en función de tu
propio bienestar personal, asumiendo que no hay ninguna decisión perfecta, es
decir, no hay decisión que no implique un coste. Ánimo, un abrazo.
CONSULTA
Soy uno de esos jóvenes que ha tenido que dejar su casa para
buscar trabajo en países con mayores oportunidades laborales. Ésta es la
situación real y nada idealista de los jóvenes españoles, en una gran mayoría,
sobre todo de los titulados superiores universitarios. Ahora bien, mi consulta
es acerca de la sensación de frustración y culpabilidad al dejar mi casa. Es
decir, abandonar tu hogar implica dejar a tu familia, el tiempo que puedes pasar con
ellos, con tus amigos, con tu pareja si la tienes, y algunas veces nos damos
cuenta de que podremos tener trabajo fuera, pero nos falta todo lo demás, y eso
me deja con un sentimiento de culpa muy grande, por no estar pasando este
tiempo tan valioso con las personas que de verdad queremos, y me hace ver como
un egoísta que sólo ha pensado en su carrera profesional.
RESPUESTA
Emigrar es una experiencia dura: precisa de un periodo de
adaptación, que en muchos casos se convierte en una fuente de estrés
importante, además que se echa de menos a familiares, amigos, el clima, la
gastronomía… Sin embargo, que sea una experiencia dura, no implica que tenga
que ser negativa. Puede significar una oportunidad para desarrollarte en lo
profesional, pero también en lo personal: experiencias nuevas, conoces a gente que
vas incorporando a tu vida, aprendes un idioma.
Normalmente, todo beneficio, implica costes. Es una de las
cosas que más miedo nos da y que más nos dificulta salir de nuestra zona de confort: pensar que si me muevo de ella, perderé lo que tengo. Sin embargo,
normalmente, cuando salimos de nuestra zona de confort, ésta se extiende: ahora
puedes ampliar tu red social y afectiva, hacer más amigos. Y tu familia y
amigos de siempre, seguirán estando ahí: en vacaciones, a través de los
distintos canales de comunicación, etc.
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