lunes, 21 de enero de 2019

CÓMO SOBREVIVIR AL BLUE MONDAY

Desde hace unos años se ha vuelto popular llamar al tercer lunes de Enero Blue Monday o Día más triste del año.

El motivo no es tan científico como publicitario. Sí, fue un científico el que creó una ecuación que estimaba este día como el más triste del año dado que recientemente se han acabado las fiestas, hace mucho frío, la mayoría de la gente empieza a darse cuenta de que no va a cumplir sus propósitos de Año Nuevo, la cuesta de Enero se empieza a pronunciar hacia lo alto...

Pero detrás del Blue Monday se esconde en realidad una agencia de viajes que, debido las escasas compras de billetes de avión que se hacen en estas fechas, decidió incentivar las ventas lanzando un mensaje parecido a "¿Estás triste? ¡Hazte un viaje!" Lo puedes comprobar aquí.

¡No hay un día más triste del año porque cada día puede ser muy distinto para las más de siete mil millones de personas diferentes que habitamos el planeta! Hoy puede que yo tenga un día de mierda y tu un día maravilloso, habrá muchos que odien el frío y muchos a los que les encante, y aunque ninguno de vosotros haya cumplido sus propósitos, ¡joe, daros tiempo, que aún queda año!

Por otra parte, se nos empieza a presentar este lunes como un día para el que hay que prepararse. ¡Otro más! Como si no tuviéramos suficiente con la Navidad, que hay que ser feliz por narices, o con San Valentín, que si no estás enamorado y eres correspondido "eres la persona más sola del mundo". ¡Anda ya! Sin embargo, el Blue Monday tiene una diferencia con respecto a esos dos días: no se nos exige estar tristes... ¡se nos exige hacer algo para no estar tristes!

Y ese mensaje es tan, tan peligroso. Porque la tristeza es una emoción y como tal humana, necesaria, ¡e incluso maravillosa!, por muchos de los beneficios que nos aporta y que ya resumí en este post anterior. De hecho la tristeza es una emoción tan imprescindible (como nos muestra la genial película Inside Out, "Del revés" en español), que me encantaría que este día en lugar del Blue Monday o Día más triste de año, se recordara como el Día Internacional de la Tristeza.

La significación entre una cosa y otra es muy distinta: cuando te dicen que hoy es el día más triste del año parece que hay que estar triste por obligación o, lo que es casi peor, hacer algo (como por ejemplo viajar, lo que le vendría genial a las agencias de viajes) para evitar caer en las "horribles garras" de la tristeza. Sin embargo, dedicarle un día a la tristeza es honorarla, recordarnos que la tristeza es importante, y que no hay que repudiarla ni tenerle miedo, sino amar la tristeza.

El significado que le damos a las experiencias que vivimos, y las emociones son experiencias que vivimos, va a determinar de qué manera y en qué medida me influyen. Así:

- Si siento culpa o vergüenza por sentir tristeza...

- Si la terribilizo...

- Si me identifico con la tristeza: "si me siento triste significa que soy un triste"...

No me sentiré triste... me sentiré peor.

Pero si acepto mis tristeza, la expreso, y trato de extraer un significado positivo de esa experiencia emocional, la tristeza puede ser una sabia compañera. Por eso podemos llegar incluso a amarla. No es bueno casarse con la tristeza, eso desde luego no, pero el acto de amar la tristeza puede servirnos como vehículo transformador del significado de la tristeza que nos ayude a vivirla de manera más natural y positiva.

Por tanto, si has caído en la trampa del tonto título de este post y aún te estás preguntando cómo sobrevivir al Blue Monday: ¡nada, no tienes que hacer una mierda!

O lo de siempre: ríe, llora, ama, goza, aprende, crece, vive... Hoy. Todos los días del año. Todos los días de tu vida. Se feliz. Y si algo sé sobre la felicidad es que no se puede ser feliz sin tristeza...

... sino con ella.

¡Un abrazo!

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