¿Quién mejor que Albert Espinosa, que en su lucha con el cáncer perdió una pierna y varios órganos, y que por pasar buena parte de su vida en hospitales perdió a muchos amigos, para hablarnos de ello?
Si en la vida, inevitablemente, vamos a tener que afrontar varias pérdidas: la de tus padres y otros familiares, la de amigos, la de un trabajo o una casa, la de actividades que ya no podremos hacer o lugares a los que no podremos volver... ¿Qué sentido tiene vivir para no perder?
Muchas veces, a la hora de tomar decisiones, ponemos demasiado el foco de atención en lo que puedo perder, más que en lo que puedo ganar. Esto normalmente lleva al inmovilismo, es decir: a no tomar la decisión. Me quedo en mi zona de confort, donde siento que me falta algo, pero al menos sé que es lo que tengo, y no me permito la licencia de salir de esa zona por miedo a perder eso que ya tengo.
Sin embargo, hagas o no hagas, perderás en esta vida. ¿Y no has escuchado eso de que la gente se arrepiente más en su lecho de muerte de lo que no hizo que de lo que hizo?. Está basado en el libro de una enfermera de cuidados paliativos que se inspiró en los testimonios de muchos de los enfermos que cuidó (más información aquí).
Un inciso que considero muy importante: igual que debemos aceptar las pérdidas en nuestra vida, también debemos aceptar que nos iremos de ésta sin hacer muchas de las cosas que nos hubiera gustado hacer. Viajar a tal sitio, disfrutar de tal experiencia, pasar más tiempo con esa persona... No todos plantaremos un árbol, escribiremos un libro y tendremos un hijo. Pero es que esta vida no va, creo, de ser feliz con lo que no tienes o no haces, sino con lo que tienes, con lo que haces.
Lo que yo te propongo y aconsejo (y recordando a Jorge Bucay: los consejos no son para seguirlos, son para escucharlos) es que en la guía de tu hacer, en la guía de tu vida por tanto, no priorices las pérdidas por encima de las ganancias.
Claro que a la hora de decidir tendrás que tener en cuenta ambas, pero si le das más importancia a lo que puedes perder que a lo que puedes ganar... la mayoría de las veces te quedarás sin hacer nada.
Y haciendo nada, uno no se hace feliz.
El dolor, la adversidad, el fracaso y la pérdida, forman parte de la vida. Asúmelo. Si perdiste a alguien o algo, significa que lo tuviste o formó parte de tu vida durante un tiempo. ¡Agradece eso! Y que ese sentimiento de gratitud sea la palanca de cambio que te oriente, ahora, hacia lo que puedes ganar, lo que puedes llegar a ser.
Después de todo, todo pasa, incluso nosotros mismos. De ahí la importancia del desapego... Para no apegarnos a las cosas de la vida, y apegarnos sólo a la vida.
Así que si tienes que tomar una decisión importante que implicará pérdidas y ganancias (un cambio de trabajo, una ruptura sentimental, un traslado...), puedes seguir estos pasos:
1. Valora tanto las posibles pérdidas como las ganancias.
2. Pregúntate si puedes ser feliz con lo que pierdes.
3. Pregúntate si puedes ser feliz no dándote la oportunidad de optar a las posibles ganancias.
4. Seguramente puedas ser feliz tanto en un caso como en otro, pero ¿qué te provocaría mayor satisfacción, mantener lo que tienes u optar por lo que quieres?
5. ¡Decide!
6. Recuerda que prácticamente ninguna decisión es irreversible y tienes todo el derecho del mundo a cambiar de opinión pasado un tiempo o a tomar elecciones diferentes que te guíen hacia un rumbo distinto.
7. Y lo más importante: ¡se feliz con lo que tienes!
Porque simplemente, no se puede ser feliz con lo que fue ni con lo que podría haber sido. Después de todo, la ganancia más importante de nuestra vida no se encuentra en una decisión...
¡Se encuentra en el AHORA! ¡Un abrazo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario