jueves, 22 de abril de 2021

NINGUNA GARANTÍA; TODAS LAS POSIBILIDADES

Hay personas que por mal autoconcepto y/o experiencias negativas previas tienen poca confianza en sí mismas y tratan de suplirla con una necesidad excesiva de control que buscan saciar, fundamentalmente, de dos maneras: a través del perfeccionismo (no fallar nunca, hacerlo todo bien y no solo bien, perfecto), y a través de la certeza, lo que les lleva a la neurosis-obsesiva (rumiaciones, pensamiento anticipatorio). 


La alternativa pasa por renunciar de manera pro-activa a ese control y comprometerse con creer más en uno mismo: en nuestras fortalezas y posibilidades, que no nos garantizan el éxito, porque esa garantía no existe, pero sí nos acerca a él en tanto en cuanto esa confianza en nosotros mismos nos va a alentar a la acción y persistencia de la respuesta y resistencia a la dificultades.


El único problema es que no hay garantía y la posibilidad (o amenaza) de fracaso existe, siempre está presente. Por eso es muy importante aceptar que el fracaso forma parte de la vida, hacernos amigos de él, relativizarlo, desdramatizarlo e incluso verlo como un aliado que nos ayuda a volvernos más fuertes, más sabios y mejores personas. 


Si puedo hacerlo y, cuando no pueda, tampoco pasa nada, no es tan grave e, incluso, puedo sacar algo positivo, ¿qué necesidad hay de controlar para que no haya fracaso (o rechazo, o juicio, o adversidad…)? 


Menos control, más confianza y más aceptar el fracaso sin demonizarlo. Ninguna garantía, todas las posibilidades. Confiar no es saber que va a ir bien; es saber que puedo hacerlo y que cuando lo haga mal, no pasa nada, porque seguiré adelante.


Por tanto, cuando hayas de enfrentar un reto, cualquiera, por pequeño que sea, da igual, autoinstrúyete. Es decir, recuérdate que:


1. No necesito control ni perfeccionismo ni certezas.


2. Puedo tener miedo y hacerlo.


3. Puedo hacerlo mal.


Porque cuando lo hagas bien, seguirás adelante. Y cuando lo hagas mal... ¡también! Así que confía.


Cuestiona todo lo que digo; la duda nos acerca más a la verdad.


Si te gustó el post, no te lo quedes solo para ti, porfa, compártelo. También puedes poner tus comentarios más abajo. ¡Ah!, y si estás en Málaga el 2 de mayo te esperamos en La Cochera Cabaret con Mis idas de olla. Un psicólogo al borde de una crisis existencial. Vente. Lo pasaremos bien. Y, quizá, hasta aprendamos algo.


¡Un abrazo!

1 comentario:

  1. Muy cierto. Como nos paraliza en muchas ocasiones esta situación del miedo al fracaso y a ser juzgados por ese fracaso.

    ResponderEliminar