¿Vas de relación en relación de una manera involuntaria? ¿Siempre te queda la sensación de que te fijas en las personas inadecuadas? ¿Ya no sabes si el problema es tuyo, o de los demás que se han vuelto todos locos? ¿Es la solución meterse a un monasterio o convento?
Quizá no haya que ser tan radical y sólo la lectura de este post te ayude a entender un poco mejor lo que te pasa. Aunque si sientes la llamada de Dios, quién soy yo para distraerte...
Si no es así (que sinceramente, espero que no), lee con atención:
En primer lugar, lo que te pasa no es tan anormal. ¿Sabía por ejemplo que en España actualmente el 61% de los matrimonios termina en separación o divorcio (¡más de la mitad!), y en algunos países como Bélgica superan el 70% (¿tendrán la culpa los gofres?... con eso de que el chocolate es el sustitutivo del sexo). Es un dato que pone de manifiesto que hoy en día el "fueron felices para siempre"... ¡más que nunca es un cuento de hadas! Así que fuera culpas, fuera victimizaciones, y fuera estigmatizaciones. Sentirte especialmente rara o poco desenvuelta en el amor, no te va ayudar en nada.
En segundo lugar, como psicólogo, cuando trabajo el duelo romántico, me encuentro casi con una frecuencia del 100%, una sensación de fracaso en la persona que viene a verme. Y es algo que me deja desconcertado. ¿Realmente, cuando empiezas una relación, haya matrimonio de por medio o no lo haya, tu objetivo se centra en llegar a la tumba casado con esa persona, y si no lo consigues es un fracaso? Olvídate de eso, relájate, y disfruta dure lo que dure. Nuestro objetivo en la vida no creo que debiera ser lograr objetivos y mantenerlos, sino ser felices, en la medida de lo posible. Nos encontramos, estamos, y un día nos separamos y dejamos de estar. Puede ser doloroso, pero no crea que haya ningún fracaso ahí, sin embargo, la sensación de fracaso, multiplica el dolor.
En tercer lugar: sí es verdad que hoy aguantamos menos. Hace tan sólo unas décadas, las separaciones estaban muy mal vistas por el entorno familiar y social, así que nuestros abuelos o incluso padres aguantaban más. Hoy nos hemos liberado de esa presión social, y eso es bueno. Pero, vivimos en una sociedad hedonista, y eso no es bueno. Recuerdo: hedonismo = búsqueda constante del placer y huida permante del dolor = ¡eso es imposible! No se puede estar bien siempre, y cuando lo pretendemos y estamos inmersos en una relación de pareja, a la mínima que nos encontremos mal, vamos a cortar la relación. Ni tanto ni tan calvo. Ni aguantarlo todo, ni huir a las primeras de cambio. Comunicación, empatía, asertividad, resolución de conflictos, terapia de pareja (que también hago, por cierto), CAMBIOS... ¿Has probado algo de eso antes de terminar una relación?
Sin embargo, una vez visto esto tres puntos esenciales, vamos a detenernos en el tema principal de este post, y que considero una de las causas fundamentales de las separaciones de pareja: la mala elección. Si, desde el principio, elijo mal a mi compañero o compañera de viaje, resultará entonces mucho más fácil que no terminemos el viaje juntos.
Y hoy día elegimos mal, rematadamente mal. Alguno de los motivos que expongo a continuación explican el por qué de esa mala elección y, por tanto, qué podemos hacer diferente, para solucionarlo. Éstos son:
- El Efecto Halo. Muchos ya habréis oído hablar de él. Consiste en una generalización errónea a partir de una sola cualidad de un objeto o persona. En el tema que nos atañe: conozco a una persona con un físico imponente, y a partir de ahí pienso que también es inteligente, amable, cariñosa, con buen fondo, etc. A partir de una característica positiva deduzco otras muchas más, que pueden darse en la persona, o no... Algunas veces para cuando me doy cuenta de que esas otras cualidades positivas nunca existieron, ya es demasiado tarde. Por tanto: a todos nos entra una persona por la vista, eso es innegable, pero el físico es sólo lo principial, no lo principal, no te quedes ahí. Primero conócete bien a ti, qué te gusta, qué es lo que quieres de una persona. Estamos de acuerdo en que no existe la media naranja y no hay nadie que haya venido a este mundo a cumplir todas tus expectativas, ¿pero no será importante que la persona con la que compartas cama y fluidos, también tenga en común contigo intereses, ideales, metas...? Una relación no puede basarse única y exclusivamente en la atracción, porque el intensísimo deseo inicial acaba tranformándose en una fuerza mucho más poderosa: en AMOR. Y si no hay amor, muere el deseo, y no queda nada.
- Un mal procesamiento del duelo. Tras una ruptura sentimental las personas pasan por emociones dolorosas, que no nos gustan, que cuestan asumir... Sin embargo, como ya he explicado en otro post, es necesario pasar por esas emociones para curar las heridas del duelo, y para pasar por esas emociones, requieres de tiempo. Muchas personas no obstante muestran una intolerancia bastante grave a sus propias emociones dolorosas, y no las soportan, así que recurren a vías de escape para no pasar por ellas: juergas desenfranadas, adicciones... otro "amor". Y cuando el inicio de tu actual relación de pareja se basa en la huida, en lugar de en la búsqueda, en el miedo en vez de en la motivación, entonces, es muy sencillo que nada bueno salga de ahí.
- No soportar la soledad. Esta causa de mal elección es muy parecida a la anterior, sólo que no tiene por qué haber ruptura previa. Hay personas que en algún momento de sus vidas se sienten especialmente solas y, como pasaba con el duelo, no soportan esa emoción y acaban eligiendo por una necesidad de salir de ella. No soportar la soledad es en realidad no soportarse a uno mismo y, para elegir una pareja que te quiera y que te trate bien, es imprescindible que antes seas tú quien se quiera y se trate bien a sí mismo. Si te sientes bien contigo mismo y aprovechas la soledad para disfrutarte, tu elección de pareja ya no estará influenciada por la presión de la necesidad o el agobio de la ansiedad. Querrás a alguien que mejore lo que tengas. Tus criterios de elección serán más firmes.
Y básicamente, por eso elegimos mal en el amor. Así que nada de decir: "es que el mercado está muy mal". Conócete, quiérete, valórate, busca a personas que además de atraerte tengan cosas en común contigo, y si acabas de terminar una relación de pareja, date tiempo. Si sigues estas sencillas reglas, mejorarás tu capacidad de elección, aunque ninguna de ellas te garantiza que acabes conociendo al hombre o mujer de tu vida... ¡porque eso no existe! Como dice un dicho popular:
Así que coge tu vida,
ve al "mercado",
y abre bien los ojos,
con estas nuevas lentes que te he dado.
Suerte la próxima vez, un abrazo.
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