martes, 8 de noviembre de 2016

EL TRAUMA GOLPEA DOS VECES

Desde hace 3 años que vengo haciendo el Taller "¡Soy infeliz y me alegro!".

Sin duda un expresión difícil de entender. ¿¿¿Cómo puede nadie ser infeliz y alegrarse por ello???

A lo largo del taller ofrezco varias claves que justifican el sentido de dicha frase, y aunque para conocerlas hay que asistir al taller, en el post de esta semana voy a hablar de un tema muy relacionado: el trauma.

Existen diferentes definiciones para el trauma psicológico, pero para resumir, lo podríamos delimitar como la herida emocional que se produce como consecuencia a la exposición ante una adversidad o un fracaso.

Un trauma se produce al sufrir una violación, los efectos de una guerra, o tras un accidente de tráfico. Sin embargo, no es tan importante la magnitud o gravedad del suceso, como la percepción, interpretación y valoración del mismo. Así, un trauma también pueden ser: una ruptura sentimental, una discusión, o la perdida de empleo.

Todo depende de cómo se vivencien los acontecimientos.

Por esto, los psicoanalistas dicen que el trauma golpea dos veces. Una cuando se vive, cuando pasa. La otra, cuando le damos significado a lo que nos pasa.

Puede ser que no le demos significado, y nos quedemos sólo en el impacto emocional, por lo que la herida quedará abierta. O que le demos un significado tan exagerado e irreal, que la herida mal cicatrizará. Es cuando conseguirmos integrar el trauma como una experiencia de vida más, cuando sanamos.

Sin embargo, para ello es fundamental el entorno del sujeto. El entorno, con sus sucesos positivos y negativos, forja nuestra personalidad y estilos de afrontamiento, nuestra identidad. Pero no lo hace solo...

Forjamos nuestra identidad frente a la mirada de los otros.

Los otros: la familia, el grupo de iguales, la comunidad, las Redes Sociales... Están siempre presente en los sucesos que nos pasan, incluso cuando no lo están.

"Me han despedido. Dios mío, ¿qué pasará cuando se enteren?"

Lo sé. Te has sentido muy identificada con ese "qué pasará cuando se enteren". Yo también.

La respuesta de nuestro entorno a nuestros propios traumas, o la importancia que yo dé a la respuesta del entorno a mi propio trauma, puede ser determinante, en la proyección que hago de mí mismo y de mi historia personal, de mi identidad, a partir del suceso traumático.

Y... Como sociedad, estamos tan preparados para compartir la alegría, ¿verdad? Enseñarles a nuestros amigos las fotos de nuestro último viaje, brindar por un éxito reciente, montar una fiesta para celebrar cualquier buena nueva.

Sin embargo, la adversidad y el fracaso, es mejor taparlas, ocultarlas, porque lo que dicen de mí... Lo que dicen de mí aquellas dos perras es que...

Soy un infeliz.

Si me pasan cosas malas, soy un infeliz.

¿Realmente... lo crees? ¿Crees que esto es así? ¿Crees que debe ser así? ¿Crees que tu identidad se debe basar en lo que te pasa y como tu entorno lo interprete y valore? ¿O existe una alternativa?

Yo creo que existe una alternativa. Y por eso llevo 3 años haciendo el taller, con irónico título (¡y no daré más pistas que ya estoy hablando demasiado!) "¡Soy infeliz y me alegro!". El próximo será este sábado 12/11 por la mañana en el centro de Málaga. Si estás por allí, te espero. Si no, como siempre...

Fuertes abrazos.

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