Desde 2015 tengo el orgullo de formar parte del APOL:
el servicio de Apoyo Psicológico On Line de la Fundación Punset. Una
selección de psicólogos de toda España que contestamos
consultas en torno a problemas de
depresión, ansiedad, estrés, pareja, desamor, y muchos otros.
Desde entonces, mucho trabajo, más de 120 consultas publicadas, y una enorme
experiencia de aprendizaje que me llevo y que quiero compartir contigo,
publicando en mi blog algunas de las consultas más destacadas que he tenido la oportunidad de contestar.
Esta semana: PENSAR QUE ESTORBO, un caso que nos ayuda a identificar cómo los pensamientos negativos polarizados pueden suponer una fuente de destrucción de la propia autoestima y, por ende, del bienestar personal.
CONSULTA
Esta es la historia de alguien que siempre buscó compañía, al que sus
amigos dejaron atrás, al que la ansiedad le resultaba extenuante y sólo
se mantenía si pensaba en una razón para seguir luchando. Pero se enteró
de que una enfermedad acabaría con lo único que lo motivaba y decidió
no volver a estorbar. Alguien que no logró nada en su vida, sin valor,
que nunca pudo dejar huella, alguien olvidado que aunque sabe que su
problema no es el mayor del mundo, es el mayor de su propio mundo. Un
inútil, una persona más con problemas no mayores a los de muchos pero
que ya no puede soportar. Si alguien realmente lee esto le pido perdón
por lo aburrido y tedioso.
RESPUESTA
La última frase de tu historia es quizás el reflejo más evidente de un importante déficit de autoestima,
y que es consecuencia del automachaque al que te sometes durante todo
el texto. Este automachaque aparece cuando nuestros pensamientos van
dirigidos casi exclusivamente al fallo, al error, a lo que se hizo mal,
lo que no se hizo e incluso a lo que nos sucedió y que no controlábamos.
Este automachaque suele estar asociado a sentimientos de culpa
irracionales, como por ejemplo sentirse culpable ante una enfermedad,
como si tú hubieras elegido tenerla. Este automachaque no es bueno y,
desde luego, no va a ayudarte en nada a resolver ese problema que
mencionas.
Tampoco van a ayudarte mucho los pensamientos polarizados. "Lo único que lo motivaba... no logró nada en su vida... nunca pudo
dejar huella". Palabras como "único, nada, nunca", reflejan una
clara tendencia a irte hacia los extremos, una peligrosa y
autodestructiva tendencia cuando además tiendes a irte al extremo
negativo. La realidad raramente es blanca o negra, sino que está llena
de matices, de grises, o de colores, si lo prefieres.
¿Qué es lo que sí puede ayudarte? Lo primero ponerte en manos de
un profesional. Te ayudará a acabar con ese automachaque y ese
pensamiento polarizado. Te ayudará a que empieces a autoexplorarte y
autoconocerte, a dirigir el foco de atención hacia tus virtudes, y hacia
tus logros, porque seguro que los tienes. Te ayudará encontrar nuevas
fuentes de motivación compatibles con tu enfermedad, y te ayudará a
recuperar la fuerza de voluntad necesaria para construir nuevas redes
sociales, importantísimas para ser feliz. Te ayudará en definitiva a
redescubrirte, y quién sabe si, cuando eso pase, hasta a que te rías del "inútil" de tu historia, porque tu nuevo concepto de ti mismo ya quedará
muy, muy lejos de él. Ánimo, un abrazo.
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