Desde 2015 tengo el orgullo de formar parte del APOL: el
servicio de Apoyo Psicológico On Line de la Fundación Punset. Una selección de
psicólogos de toda España que contestamos consultas en torno a problemas de
depresión, ansiedad, estrés, pareja, desamor, y muchos otros.
Desde entonces, una gran cantidad de trabajo, más de 150
consultas publicadas, y una enorme experiencia de aprendizaje que me llevo y
que quiero compartir contigo, publicando algunas de las consultas más
destacadas que he tenido la oportunidad de contestar.
Esta semana: Ansiedad ante los cambios. ¿Quién no la ha
sufrido? A través del siguiente caso real te propongo algunas claves para
superarla.
CONSULTA
Hace cuatro meses me mudé de ciudad esperando cambiar mi
vida. Tengo 28 años y decidí estudiar una nueva carrera, si bien estoy contenta
con mi elección, siento mucho miedo de no poder estar a la altura, además de
muchísima inseguridad al momento de buscar trabajo (ya que mis padres me ayudan
económicamente ahora). Tengo episodios donde mi autoestima está por los suelos y
no soy capaz de cumplir con los objetivos que me gustaría alcanzar, es una
especie de auto sabotaje que no me deja vivir.
RESPUESTA
El autosabotaje del que hablas se puede dar de diversas
maneras. Una a través del pensamiento anticipatorio: anticipar lo malo cuando
no tenemos evidencias ciertas de que vaya a ocurrir. “No voy a estar a la
altura, no voy a encontrar trabajo…”. Puede provocar el efecto de la profecía
autocumplida: si pienso que mis posibilidades de encontrar trabajo son
mínimas, no me esforzaré mucho por encontrarlo y… finalmente, no encontraré
trabajo.
Este pesimismo boicoteador se contrarresta con una actitud
optimista. Se ha demostrado que el optimismo actúa
como una fuerza que nos acerca a los objetivos porque se produce un ajuste
entre las expectativas y el esfuerzo. Pero optimismo no es pensar que las cosas
me saldrán bien porque el universo se va a alinear a favor mía. Es enfrentarte a
los retos siendo consciente de que tienes los recursos personales necesarios
para superarlos. Por eso nuestra autoconfianza y, asociada a ésta, nuestra autoestima, es decir, la valoración que hacemos de
nosotros mismo, influye directamente sobre nuestra capacidad para ser
optimistas.
¿Conoces cuáles son tus recursos personales, tus fortalezas y virtudes?
Un ejercicio que te puede ayudar en este autoconocimiento es hacer una lista de
tus logros: las cosas que has conseguido, que has superado, que has aprendido…
o incluso aquellas veces en las que fracasaste pero te sientes orgullosa por
haberlo intentado. En la sociedad actual se tiende a sobrevalorar el fracaso,
pero la verdad es que cada fracaso es una lección de aprendizaje que nos ayuda
a mejorar. El fracaso es imprescindible para el crecimiento.
Por último, ajusta
tus objetivos a tus capacidades, es decir: proponte metas que sean realistas,
claras y concretas. Y date tiempo para alcanzarlas, y margen para equivocarte y
rectificar sobre la marcha. Ánimo, un abrazo.
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