miércoles, 3 de octubre de 2018

ESE PEQUEÑO GRAN HIJO DE PUTA LLAMADO EGO

Igual que en las cajetillas de tabaco antes ponían que fumar puede ser perjudicial para su salud (ahora son menos políticamente correctas y más fieles a la realidad y por eso ponen "fumar mata"), allá por donde fuéramos deberíamos ver avisos que nos recordaran que el Ego puede ser tremendamente perjudicial para nuestro bienestar emocional.

Pero, ¿por qué? O antes de nada, ¿qué es el Ego?

Definiciones del Ego hay muchas, muchísimas, y te animo a investigar sobre el tema, porque es muy interesante, y para hacerte tu propia idea sobre qué el Ego. Yo me permitiré, humildemente, compartir la mía contigo:

El Ego es el producto de la consciencia.

Al ser seres pensantes, inevitablemente, tenemos consciencia, es decir, conocimiento de nuestra propia existencia, y ese conocimiento deriva en la proyección mental de nosotros mismos. Y ese "Yo mismo", es el Ego.

Es decir, el Ego es lo que piensas que piensas, que sientes, que dices y que haces. Lo que piensas que eres. Pero tú ERES, más allá de esa consciencia. Aunque no tuvieras mente y por tanto ni pensamientos ni consciencia.

Los perros son, por ejemplo. Pero los perros no tienen Ego. Y sin embargo un perro (al igual que un gato, al igual que un toro...) puede sufrir, ¡claro que puede sufrir! Porque lo que los animales sí tienen son emociones. Entonces pueden sentir tristeza, miedo, ansiedad, estrés, rabia... Si les maltratas, se estresan, sufren, y ese sufrimiento puede incluso derivar en una depresión.

Pero lo que no hará nunca un perro es decirse: "qué vida más perra tengo" o "vaya mierda de perro que soy".

Entonces, cuando sufrimos (porque nosotros también somos seres sintientes, por supuesto, lo seríamos incluso sin Ego), y el pequeño yo que hay en nosotros en forma de consciencia nos dice que lo que te ha hecho sufrir tú te lo has buscado, que lo que te ha hecho sufrir forma parte de ti mismo, que te define, y que has caído en vergüenza o desprestigio frente a los demás (porque el Ego al fin y al cabo es mi "Yo mismo" en el mundo, junto a los demás), añades sufrimiento al sufrimiento.

Cuando sufres y te identificas con el sufrimiento a través de la identidad que tu consciencia proyecta de ti mismo, tu identidad se ve resquebrajada, y al dolor propio del sufimiento, se le suma ese dolor: el del Ego herido.

La solución no pasa por matar a ese maldito bastardo. Pero tampoco pasa por sobreprotegerlo. Si nos centramos en cuidar nuestra propia imagen, nuestro "Yo mismo" en el mundo, sin duda encontraremos multitud de señales que amenazan su integridad.

Si en lugar de eso me oriento a no darle tanta importancia a lo que soy o lo que pueda ser para los demás, y me enfoco más en sentirme bien, puede que para muchos otros Egos mi "Yo mismo" no encaje en el perfil de un Ego feliz...

... y que a mí me dé igual, exactamente igual...

... porque me sienta bien,  muy, muy bien.

Este sábado 6 de Octubre haré en Málaga el Taller de Psicología Positiva, Bienestar y Crecimiento Personal: "¡Soy infeliz y me alegro!", en el que hablaremos, debatiremos e incluso jugaremos sobre el Ego, la mente, las emociones y la autoestima. Para aprender en grupo a ser cada uno de nosotros un poquito más felices... o no, ¡y no montar un drama por ello!

Si estás en Málaga allí te espero y si no, como siempre, recibe este enorme abrazo. 

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