En España en torno al 15% de los trabajadores afirma sufrir o haber sufrido mobbing (acoso u hostigamiento laboral). Una cifra demasiado alta para silenciarla. Hay que hablar, y hay que hablar bien alto de lo qué es el mobbing, sus consecuencias y las posibles soluciones o alternativas.
Conociendo al monstruo
El mobbing o acoso laboral consiste en un conjunto de conductas repetidas y prolongadas en el tiempo que son hostiles hacia un trabajador y que provocan consecuencias negativas en su salud (ya sea a nivel físico, mental o emocional). Es fruto de un desequilibrio de poder que el acosador aprovecha para hacer daño a la víctima, ya que ésta no dispone de los recursos necesarios para hacer frente al acosador.
Algunas de las conductas más frecuentes que forman parte del repertorio del mobbing son: designar tareas por debajo de su cualificación o habilidades, degradando a la víctima; asignar exceso de trabajo o establecer plazos o tiempos imposibles de cumplir o que son incompatibles con la vida familiar; tácticas de desestabilización: cambios de puesto, de turnos o de horarios sin antelación suficiente; ignorar a la persona o marginarle; ataques a la vida privada de la persona, como difamaciones; agresiones verbales, físicas o sexuales.
El perfil del acosador suele ser el de una persona mentirosa, agresiva, resentida y frustrada, necesitada de reconocimiento por su complejo de inferioridad, narcisista, poco empática y excesivamente crítica. Por su parte, el perfil de la víctima suele ser el de una persona auténtica, honrada y transparente, con un alto sentido ético y de la justicia, con carisma y popularidad, inteligente y competente, empática, abierta y comunicativa. Todos estos rasgos le convierten en una "amenaza" para el acosador dentro de la organización, y por ese motivo éste suele iniciar la conducta de hostigamiento.
Las consecuencias para la víctima son personales: ansiedad, depresión, rabia e impotencia, miedo, insomnio, pérdida de autoestima... y también puede llegar a afectar a su vida social y familiar. Por su parte, la organización también se ve afectada: disminución del rendimiento, aumento del absentismo, mal clima laboral, pérdida de producción.
Hay que aclarar que el mobbing puede darse de forma descendente (de un superior a un inferior) y es lo más común, pero también entre trabajadores de mismo rango o incluso en dirección ascendente, desde un subordinado a un superior.
Por todo ello, por las consecuencias que tiene, no sólo en lo personal para la víctima de mobbing sino para la sociedad en su conjunto, porque todos podemos llegar a sufrir este hostigamiento, es importante hablar del mobbing y de qué se puede hacer para manejar y superar este problema.
Enfrentándonos con el monstruo
1. En primer lugar, no lo permitas, no te calles, denuncia. El acoso laboral es inmoral e ilegal, no tienes derecho a ser tratado así, por lo tanto, ampárate en la ley para denunciarlo. Puedes primero ponerlo en conocimiento de la Organización, pero sí ellos relativizan o ignoran la problemática, busca un abogado y denuncia.
2. En segundo lugar, apóyate en toda la gente que puedas. Compañeros, familiares, amigos. Busca su apoyo emocional y también instrumental: testigos, pruebas, etc. Muchas veces esto no es posible, el resto de los trabajadores, o apoyan al acosador porque éste es un manipulador, o simplemente tienen miedo y no se atreven a ir contra él, por tanto la víctima se ve muy sola. No lo está. Sigue teniendo el apoyo de gente cercana, sigue teniendo el amparo de la ley. Es importante que reúna todas las pruebas posibles que le ayuden en su proceso laboral o legal contra el acosador.
3. No te culpabilices. Tú no tienes la culpa de lo que te están haciendo, tú no te lo mereces. Tienes todo el derecho del mundo a ser tratado de otra manera y a lucha por ello. La culpa inmoviliza, y necesitas ponerte en acción.
4. No pierdas el tiempo pensando en lo injusta que es la situación. Sí, lo es, ¿y qué ganas pensando en ello? ¿Qué ganas metiéndote en la psique del acosador, tratando de entender por qué estás actuando como lo hace? Está pasando, acéptalo, asúmelo, y ponte en acción para que deje de pasar.
5. Mejora tus Habilidades Sociales. Un buen nivel de asertividad te permitirá no adoptar una actitud pasiva y enfrentarte a tu acosador sin entrar en un conflicto agresivo, como él pretende.
6. Dadas todas las consecuencias que hemos visto anteriormente, date de baja si lo necesitas. Si sufres de ansiedad, si tu salud se está viendo mermada, ¿de qué te sirve adoptar una actitud de resistencia? Como cuando enfermamos por otros motivos, en esta situación también tienes todo el derecho del mundo a solicitar una baja.
7. Pon el foco en otras cosas. No centres toda tu atención en el trabajo, en el acosador, en lo que va mal. No le des ese poder. ¿Qué hay de lo que funciona, de lo que sí va bien, de lo que tiene más valor para ti en este mundo: familia, amigos, actividades que te hacen sentir bien...?
8. Pide ayuda psicológica. Todos las podemos necesitar en algún o algunos momentos de nuestra vida. Eso no es malo. Eso no nos hace débiles. Todo lo contrario: nos hace fuertes, porque hay que ser muy fuerte para tener el coraje de pedir ayuda y afrontar tus problemas.
En definitiva, el monstruo del mobbing es amenazante y preocupante, pero no estás solo o sola. No lo estás. Juntos, podemos hacerle frente.
¡Un abrazo!
La verdad es que es una situación muy complicada. Leyendo este artículo soy consciente de que lo he sufrido. Es muy difícil enfrentarse a este tipo de situaciones cuando quien te lo hace es tu jefe, y al final el equipo entero le apoya. Debería haber más información sobre estas situaciones y facilidad para denunciarlo.
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