miércoles, 6 de marzo de 2019

OBSERVA, ACEPTA, DIRIGE

El Mindfulness o Atención Plena es la capacidad de la mente para observar el momento presente libre de juicios y por tanto de sesgos.

Porque esos juicios y sesgos, es decir, nuestra manera de interpretar (o malinterpretar) los estímulos, tienen aún mayor impacto sobre nuestro bienestar psicoemocional que los propios estímulos.

Así, si me pasa algo malo y me digo "¡Es horrible!", casi seguro me sentiré horrible... y no simplemente mal.

Un claro ejemplo lo veo en mi madre, que es una mujer que lleva mal los calores. En cuanto hace algo de calor, enseguida empieza a verbalizar que hace mucho calor, y en un tono que deja patente su indignación por que haga tanto calor. Resultado: su atención se centra en que hace calor y además magnífica el impacto de ese evento. Resultado: va a sentir más calor, durante más tiempo.

Imaginemos que hiciera lo contrario, que se dijera: "No hace calor, no hace calor..." El cerebro no es tonto, no va a dejar que se le engañe tan fácilmente. Y al decirle que no hace calor va a detectar que está tratando de ignorar un estímulo que es relevante y, como es relevante, le va a prestar más atención. Resultado: va a sentir más calor, durante más tiempo.

¿Qué podría hacer la pobre de mi madre entonces para no sentir calor? Nada. Si hace calor, hace calor. Si siente calor, siente calor. Lo único que puede hacer es observar esos fenómenos, aceptarlos, y redirigir su atención hacia otros fenómenos que forman parte de su aquí y ahora. Resultado: al menos no sentirá más calor, durante más tiempo.

Pues bien, las emociones también son fenómenos. Estímulos susceptibles de ser interpretados (o mal interpretados) y que pueden acaparar nuestra atención, y que podemos magnificar, endiosar y terribilizar.

Y si siento tristeza y me digo que es horrible puedo llegar a la depresión, y si siento miedo y me digo que no debería mi miedo se puede volver incapacitante, y si siento ira y le hago caso a mi ira me puedo meter en un grave problema.

Sin embargo, si simplemente observo, acepto y luego (tras el tiempo que me haga falta) focalizo mi atención en otro tipo de estímulos, quizá la tristeza, el miedo o la ira no se vayan y permanezcan conmigo:

Pero no me habrán robado toda mi atención ni toda mi energía.
Y donde ponga la atención estará mi vida.
Y donde ponga mi energía crearé la vida que quiero ser.

Pero no es tan fácil, porque tenemos una mente que tiende a evaluar y enjuiciarlo todo, incluido a nosotros mismos y nuestras emociones. Por eso, para entrenar nuestra capacidad de observar y observarnos libres de juicios, hago este sábado 9 de Marzo el Taller de Mindfulness en Emociones I. Para ser más libres... de nuestra propia mente.

Si estás en Málaga te espero. Si no, recibe como siempre, ¡este abrazo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario