Esta semana, en el Gabinete de Psicología Positiva, contamos con una firma
invitada, Ana Hidalgo, psicóloga
y magister en Intervención en la Ansiedad y el Estrés, quien ha escrito
este post para ayudarte a ser perseverante en la consecución de tus
objetivos. ¡Esperamos que te guste, un abrazo!
Me declaro culpable. En más de
una ocasión reconozco que he tirado la toalla antes incluso de empezar el
combate.
Afortunadamente, he ido
aprendiendo con los años y poco a poco voy alcanzando objetivos.
Pero, ¿sabes por qué nos sucede
esto?, ¿te preguntas qué puedes hacer para perseverar y conseguir lo que
quieres?
En mi caso, abandoné por un fallo de principiante: mi objetivo
estaba mal planteado.
Quería hacer algo de ejercicio
porque todo el mundo me decía que me vendría bien, pero lo cierto es que yo me
veía estupendamente y no lo sentía como algo necesario.
Mi objetivo era más bien banal:
aceptación social, complacencia… llámalo como quieras.
La cuestión es que no me enfoqué
en lo que realmente quería y era importante para mí y por eso abandoné en
seguida.
¿Te ha pasado alguna vez algo
parecido?
A veces olvidamos centrarnos en
nosotros, en lo que queremos, y cedemos a las presiones de otros: hay que saber
idiomas, hacer deporte, estar en el peso correcto… ¿te suena?
Para aprender a perseverar vas a necesitar saber definir bien
tus objetivos.
"¡Ostras!, ¿y eso cómo se hace?”
Tranquilo, que te explico a
continuación cómo hacerlo.
Cómo definir mis objetivos..
Todo objetivo busca un fin, algo que
queremos lograr. ¿Sabes cuál es tu fin
último con este objetivo?
Por ejemplo, no es lo mismo
querer dejar de fumar por querer agradar a tu pareja, que, porque el neumólogo
te ha dicho que tus pulmones están a punto de colapsar, y decides cuidar tu
salud para no morir tan joven.
En ambos casos, se pueden hacer
cosas muy distintas para lograr tu objetivo sólo tienes que decidir qué opción
te gusta más entre las posibles.
Por ejemplo, en el primer caso,
puedes comprar unas flores a tu pareja para agradarla, conseguirás lo mismo, pero
con mucho menos esfuerzo que dejando de fumar, por lo que probablemente el
dejar de fumar no te motive lo suficiente.
Sin embargo, en el segundo caso,
si sabes que o cuidas tus pulmones o el neumólogo te da un año de vida, dejar
de fumar se convierte en una muy buena opción.
En mi caso, con eso de hacer
ejercicio, debo decirte que finalmente sí conseguí hacerlo al enfocar mi
objetivo.
Hace ya varios años me di cuenta
que quería poder disfrutar más de los juegos con mi hija: montar en bici, jugar
al pilla, pilla … y aguantar su ritmo requería estar en forma sí o sí.
Así que cambié mi enfoque y lo
conseguí.
Mi hija fue mi gran motivación
para lograr mi objetivo, ¿cuál es la tuya?
Busca los motivos reales que te mueven a hacer lo que haces.
La presión, la deseabilidad
social o los motivos banales, no suelen ser buenos aliados de la perseverancia.
En
segundo lugar, expresa tu objetivo en
forma de conducta. Hazlo medible, alcanzable, limitado en el tiempo y,
sobre todo, específico.
Por ejemplo, no digas: “quiero
adelgazar tres kilos” ¿recuerdas que necesitabas un motivo?, trata de
incorporarlo en tu definición.
Podría ser algo así: “Para
mejorar mi salud y sentirme bien, he decidido seguir la dieta del nutricionista
durante tres semanas para perder 2 kg”.
Una vez que lo tengas definido
escríbelo en un papel y colócalo en un lugar visible para poder recordarlo con
facilidad.
¿Basta con definir bien los objetivos para
ganar perseverancia?
NO, ese es sólo el paso previo.
Estos son otros pasos que debes dar:
Ahora que comienzas a tener más claro lo que quieres, ya tienes tu objetivo, haz que sea posible realizarlo.
Divide tu meta en pequeños pasos
alcanzables, creando mini objetivos
que puedas controlar.
Continuando con el ejemplo
anterior, puedes ponerte tareas como contactar con el nutricionista, deshacerte
de la comida basura que acumulas en casa, ir a comprar los ingredientes del
menú …
Al igual que en el objetivo
general, haz que estas mini tareas sean igualmente medibles, alcanzables,
específicas y estén limitadas en el tiempo, esto te ayudará a cumplirlas dentro
del plazo deseado.
Revisa
con cierta frecuencia le cumplimiento de tus objetivos y felicítate por ello.
No olvides que conseguir tus
objetivos requiere esfuerzo, por lo que felicítate por tus avances, por
pequeños que sean.
Además, el revisar tu avance te
permitirá ajustar tus expectativas. A veces somos demasiado optimistas o
impacientes y queremos abarcar más de la cuenta.
Si tus objetivos no están bien
alineados con la realidad, ajústalos en el tiempo o divídelos en otros más
pequeños.
¿Y qué pasa con la actitud?
Es imprescindible también mantener una actitud positiva. Recuerda
el mantra: “quiero, puedo y voy a lograrlo”.
No te desanimes ante las adversidades, nadie dijo que fuera fácil,
pero puedes lograrlo.
Si algo sale mal un día, no te
rindas, busca la causa y evítalo en el futuro. Se cambia el plan si hace falta,
pero no el objetivo.
Si tu objetivo consiste en dejar
una adicción o un mal hábito, busca
actividades alternativas que te permitan distraerte.
Mantener tu cerebro activo te ayudará a hacerlo más flexible y
ajustarse a los nuevos hábitos que quieres lograr.
Finalmente, mantén tu cuerpo hidratado y bien alimentado, dado que la falta de
glucosa o hidratación perjudicará tu autocontrol.
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