Empezaré siendo sincero: la verdad es que no sé si estoy escribiendo este post para ti... o para mí. O quizá para el gremio. Lo que sí espero es que acabe siendo útil para todos.
Y es que, como psicólogo, una de las herramientas terapéuticas más poderosas para el cambio y que suelo usar con mis pacientes, es la del "permítete". Permítete estar mal, permítete errar, permítete fracasar, permítete que te rechacen... Y sin embargo, es como si a nosotros, precisamente por ser psicólogos, no se nos permitiera (o no nos permitiéramos nosotros mismos) todo ese tipo de eventos que, aunque duros y dolorosos, son completamente normales.
Por ello, creía (y sentía) más que necesario escribir este
QUIÉN ES Y QUIÉN NO ES UN PSICÓLOGO
Quién no es:
- Un psicólogo no es alguien capaz de leerte la mente. Eso para empezar. Por si todavía había dudas. Vale.
- Un psicólogo no es alguien que no se deprime nunca ni tiene crisis de ansiedad ni estados de mal humor. No es alguien permanentemente en paz y contento.
- Un psicólogo no lo sabe todo sobre psicología.
- Un psicólogo no es siempre correcto en el trato hacia los demás y puede tener problemas interpersonales. No es alguien que no se enfada nunca y que siempre es capaz de ser asertivo.
- Un psicólogo no es alguien a quien no le afecta las cosas que le pasan.
- Un psicólogo no es un gurú que tiene o puede encontrar las claves para resolver todos los problemas de tu vida.
- Un psicólogo no es alguien que te va a hacer feliz.
- Un psicólogo no es una persona carente de vicios, defectos, limitaciones, carencias y malos hábitos.
- Un psicólogo no es alguien sin miedos.
- En definitiva, un psicólogo no es un Dios.
Qué sí es:
- Una persona normal. Con todas las rarezas que pueda llegar a tener una persona normal, por supuesto.
- Una persona que se ha formado en psicología, que es la ciencia que se ocupa del estudio de la conducta y los procesos mentales.
- Si hace terapia psicológica, es un profesional que se encarga de evaluar, diagnosticar y tratar problemas relacionados con la salud psicoemocional.
- Es alguien que te ayuda a detectar patrones de pensamiento y conducta que son tóxicos y a encontrar alternativas más saludables y funcionales.
- No es un amigo pero se puede convertir en un persona con la que tengas una relación muy amistosa, igual que eso puede pasar también con tu jefe o tu profesor de piano.
- No te hace feliz porque sólo tú te puedes hacer feliz. El psicólogo te echa una mano.
- Es una persona que, al igual que tú, tiene su propia mochila vital, cargada de, además de cosas buenas, condicionamientos, traumas, complejos y malos aprendizajes. Todas esas piedras pueden hacerle la vida más complicada en determinados aspectos, como te puede pasar a ti también, pero no tienen por qué ser determinantes en la calidad de su trabajo, donde seguramente pueda ser más racional, objetivo y útil que consigo mismo.
- Es alguien que tiene que aprender mucho, mucho de la vida y de los demás, y cuyos pacientes le suelen enseñar a ser mejor persona. Y que, por qué no, puede necesitar en algún momento (o en varios) de la ayuda de otro psicólogo.
- Es alguien que puede tener otras muchas facetas además de la de psicólogo: padre, madre, pareja, amante, amigo, hijo, hija, escritor, poeta, artista, profesor, capullo, torpe, vago, noble, generoso... SER HUMANO.
- Y es una persona que, como todos, no es 100% bueno ni 100% malo, sino potencialmente capaz de lo mejor y de lo peor, pero que, si es un buen psicólogo, tratará de sacar su mejor versión en terapia para ayudarte.
Termino este post y ahora sé para quién lo estaba escribiendo. Para mí, para ti, para los psicólogos, para los pacientes. ¡Va por vosotros compañeros! ¡Un abrazo!
- Una persona que se ha formado en psicología, que es la ciencia que se ocupa del estudio de la conducta y los procesos mentales.
- Si hace terapia psicológica, es un profesional que se encarga de evaluar, diagnosticar y tratar problemas relacionados con la salud psicoemocional.
- Es alguien que te ayuda a detectar patrones de pensamiento y conducta que son tóxicos y a encontrar alternativas más saludables y funcionales.
- No es un amigo pero se puede convertir en un persona con la que tengas una relación muy amistosa, igual que eso puede pasar también con tu jefe o tu profesor de piano.
- No te hace feliz porque sólo tú te puedes hacer feliz. El psicólogo te echa una mano.
- Es una persona que, al igual que tú, tiene su propia mochila vital, cargada de, además de cosas buenas, condicionamientos, traumas, complejos y malos aprendizajes. Todas esas piedras pueden hacerle la vida más complicada en determinados aspectos, como te puede pasar a ti también, pero no tienen por qué ser determinantes en la calidad de su trabajo, donde seguramente pueda ser más racional, objetivo y útil que consigo mismo.
- Es alguien que tiene que aprender mucho, mucho de la vida y de los demás, y cuyos pacientes le suelen enseñar a ser mejor persona. Y que, por qué no, puede necesitar en algún momento (o en varios) de la ayuda de otro psicólogo.
- Es alguien que puede tener otras muchas facetas además de la de psicólogo: padre, madre, pareja, amante, amigo, hijo, hija, escritor, poeta, artista, profesor, capullo, torpe, vago, noble, generoso... SER HUMANO.
- Y es una persona que, como todos, no es 100% bueno ni 100% malo, sino potencialmente capaz de lo mejor y de lo peor, pero que, si es un buen psicólogo, tratará de sacar su mejor versión en terapia para ayudarte.
Termino este post y ahora sé para quién lo estaba escribiendo. Para mí, para ti, para los psicólogos, para los pacientes. ¡Va por vosotros compañeros! ¡Un abrazo!
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