Hace muy poquito, el 5 de julio, por fin salió a la venta mi segundo libro, La
Dictadura de la Felicidad. Pero no he venido a hablar en este post de mi libro.
Bueno, a ver, a lo mejor un poquito. Pero muy poquito, os lo prometo.
Porque de lo que de verdad he venido a hablaros es de la felicidad en el siglo XXI. Tiene sentido si leemos el título del post, ¿verdad?
Cabría preguntarse por qué es necesario hablar de la felicidad en el siglo XXI. ¿Acaso la felicidad ahora es diferente que en el siglo XX, el IXX, etc.? ¿Varía la felicidad en función de la época, la década o, incluso, la temporada? Imaginaros: "Es verano y no sé qué felicidad ponerme, ¿cuál es la que está de moda este año?"
Según mi punto de vista, que no es el único, pero es el que puedo dar, durante lo que llevamos de siglo han surgido varios cambios que han influido en nuestra manera de ver y entender la felicidad y, por tanto, en el cómo hacemos para ser felices. Y son los siguientes:
- La aparición de la Psicología Positiva a principios de siglo. La ciencia de la felicidad. Con esta corriente, dentro de la psicología, se puso el foco de estudio en las mal llamadas "emociones positivas" (las emociones no son ni positivas ni negativas; son, punto). Esto está bien, creo que es bueno que se estudie qué hábitos, rasgos de personalidad y actitudes favorecen los estados de bienestar. Pero, la consecuencia también fue que se demonizaron las "emociones negativas". Ser feliz pasó a ser muy importante. Y ser infeliz... ¡la peor desgracia del mundo!
- El auge de las nuevas tecnologías. Internet, redes sociales, móviles... Sin duda nos han facilitado y enriquecido la vida en muchos aspectos. Pero, sí, también tienen su lado oscuro. Generan adicción y dependencia, nos desconectan (estamos más conectados que nunca, pero, ¿más siempre es más?, ¿o un mayor número de interacciones hace que estas sean menos profundas y significativas?), y, sobre todo, para el tema que nos atañe, estas nuevas tecnologías se han convertido en Escaparates de felicidad. Hoy, a través de las redes sociales, mucha gente muestra ser muy feliz todo el tiempo. Pero... ¿es verdad? ¿Y cómo pensáis que afecta esto a nuestra percepción de la felicidad?
- La "crisis" económica. En 2008 estalló, pero ya se había estado gestando mucho antes esta crisis estafa. La llamo así porque los principales responsables de la misma fueron los entes del sector financiero (bancos, grupos de inversión, grandes empresas) y sin embargo la pagamos los ciudadanos y ellos siguen siendo tan ricos son más ricos aún de lo que ya eran. La consecuencia para nuestra felicidad es que, en un contexto en el que la felicidad ha pasado a ser importante, porque hemos tomado consciencia gracias a la Psicología Positiva u otras fuentes, ¿cuándo nos ocupamos de ella, si hoy, para poder vivir, tenemos que trabajar más, cobrando menos, para pagar recursos básicos que cada vez son más caros?
- El confinamiento. Y si teníamos poco en estas dos décadas con la crisis económica, va y en el 2020, ¡bum!, llega el coronavirus. ¡Ole! La pandemia, al menos en España, nos metió dos meses en casa. Un tiempo en el que el mundo se paró. Fueron muchos los que dijeron que esto cambiaría nuestra manera de ver las cosas y vivir. ¿Fue realmente así? ¿Paramos? ¿Cambiamos? Algunos, simplemente, no pudimos, porque seguimos teletrabajando, y otros se dedicaron a aprovechar esta "pausa" para hacer más cosas que nunca: aprender a hacer pan y pasteles, clases online de yoga, seminarios webs de cualquier tipo... ¿Tenemos miedo a detenernos y mirarnos... por lo que pudiéramos encontrar?
Fuera como fuese, estos cuatro fenómenos me sirven para extraer unas ideas que pueden ser importante para la generación y buen mantenimiento de nuestra felicidad:
- Ve al psicólogo. O a una conferencia. O a un taller. O lee. O escribe. O medita. En definitiva, haz actividades que te ayuden a hacer introspección, autoanálisis. Ya que este es el primer paso para avanzar: conocerse, para saber de donde se parte.
- Haz menos y más lento. No necesito explicar esta idea. Simplemente hazlo, quítate cargas, quítate prisas, y comprueba si tu vida mejora o no.
- El sistema competitivo en el que vivimos no beneficia nuestra salud mental y emocional. Para nada. La perjudica. Por tanto, necesitamos ayudarnos más, ser más cooperativos, colaborar.
- Conéctate mejor. No más; mejor. Da igual el canal que uses, si es con el móvil o in situ. Lo importante es que dediques tiempo y atención a otras personas, sobre todo a las personas que son más importantes para ti. Escucha. Ábrete. Compartid.
- Y, por supuesto, ya que nuestro concepto de la felicidad, por todo lo anterior expuesto, y por otros muchos factores, se ha podido desvirtuar bastante, habrá que redefinir qué es la felicidad. Y para eso podéis comprar mi libro (y para más cosas, ya que en él también hablo del amor, de la toma de decisiones, de la autoestima). Ahora sí, ahora sí que me tocaba hacer un poco de spam (sorry).
Tenéis más información acerca de La Dictadura de la Felicidad, un libro de
autoayuda diferente, aquí.
Cuestiona todo lo que digo; la duda nos acerca más a la verdad.
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Si te gusté yo, hago terapia psicológica en consulta en Málaga y online para el resto del mundo.
Y, cómo no, que además sale gratis, ¡recibe este abrazo!
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