miércoles, 2 de mayo de 2018

TU ISLA DESIERTA

Me he inspirado para hacer este post en un viaje que he hecho en este puente de 1 de Mayo con tres amigas.

A muchísima personas les encanta viajar. De hecho es una de las cosas que más les gusta hacer. Yo me lo he pasado genial en este viaje. El destino ha estado bien (Manchester y Liverpool) y la compañía ha sido adorable.

¡Pero he acabado agotado! Agotado de visitar lugares, agotado de hacer actividades, agotado de hablar... Agotado de no estar solo.

Soy de esas personas que necesita estar solo de vez en cuando para descansar de la gente. Por eso, después del viaje, me dediqué a estar un día solo conmigo mismo. Hice otro viaje: lo que yo llamo escaparme a mi isla desierta.

Me quedé en casa todo el día, leyendo, viendo series y escuchando música. Y comiendo (me encanta comer). Y fue absolutamente reparador. Fue absolutamente terapéutico. ¡Fue un viaje genial!

Cuando volvimos al aeropuerto tenía ganas de estrangular a mis amigas y no porque lo hubiera pasado mal con ellas, ¡al revés, lo había pasado en grande! Pero estaba demasiado agotado como para sentir amor hacia ellas. Y ahora, después de mi pequeña escapada a mi isla desierta, ¡estoy deseando volver a verlas!

Por eso pienso que a todos nos puede venir bien irnos a nuestra particular isla desierta para mejorar en nuestras relaciones. Con nuestra pareja, familia, compañeros, amigos... Que queramos no verles por un tiempo no significa que no los amemos o no lo pasemos bien con ellos, sólo significa que las relaciones desgastan, y por eso a veces es bueno escaparse a la isla desierta, recuperar la conexión con uno mismo, y volver regenerado.

Sobre todo en una relación de pareja, en la que se pasa tanto tiempo juntos, creo que esto es importantísimo. ¡Y qué decir del trabajo! ¡Cuántas veces deseamos escaparnos a una isla desierta cuando estamos en el trabajo, ¿verdad?! Lamentablemente no siempre se puede. Y que desees hacerlo no significa que no te guste tu trabajo. Insisto: las personas cansan, las actividades también.

Estar siempre con la misma gente y hacer el mismo tipo de actividad durante mucho tiempo continuado desgasta mental, emocional y físicamente. Por eso, ¡escápate a tu isla desierta! ¡Hay muchas! Mira:

- Un libro.

- Una peli o serie.

- Un disco o lista de reproducción.

- Correr o pasear.

- Meditar.

- Videojuegos.

- Alguna actividad creativa: escribir, pintar, componer.

- Cocinar.

- Un baño laaaargo y relajado.

- Una taza de café o de chocolate.

- ... ¿qué más se te ocurre?

Hay muchas, muchas islas. Son maneras de viajar también, de desconectar, sólo que más económicas. La única condición es que las hagas tú solo. Son actividades que también puedes hacer en pareja o en grupo, ¡pero ya no serían islas desiertas! Prueba a hacerlas tú solo, de vez en cuando. El tiempo es muy variable, dependiendo de las circunstancias y de lo que tú quieras, tu estancia en la isla puede durar minutos, horas, ¡o incluso días!

Y cuando vuelvas de tu isla, te sentirás descansado, renovado, y con mejor predisposición a seguir tu relación (ya se trate de pareja, familiares, amigos o compañeros) o continuar con tu actividad.

Porque a veces, no siempre, pero sí a veces, tu mejor compañero de viaje, eres tú mismo.

Y es con quien te encuentras en tu isla desierta. ¡Un abrazo!

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