lunes, 20 de junio de 2022

MANTRAS PARA EL BIENESTAR

 A veces, simplemente, no nos damos cuenta.


No nos damos cuenta de que no nos sentimos mal (o no tan mal) por lo que nos está pasando, sino por lo que estamos pensando/diciéndonos.


Y entramos en bucle. Nos quedamos enganchados a nuestra mente. Recreamos aquello que la mente dice, lo repetimos, lo llevamos mucho más allá. Yo siempre digo que es una especie de secuestro. Nuestra mente nos absorbe. Y nuestro foco de atención queda atrapado por su discurso interior negativo, por sus rumiaciones y anticipaciones, por sus neuras y dramas.


Le damos mecha a todo eso, sin ser conscientes de ello.


Por eso, lo más importante es darse cuenta. Darse cuenta de que me siento mal por mi actividad mental y no por la realidad, o de que, aunque la realidad sea mala, si pienso de otra manera puedo encontrar aspectos positivos o soluciones.


Pero no entrando en bucle.


Entonces, una vez me he dado cuenta de que estoy dentro de ese bucle mental negativo, el siguiente paso es salirse. Hay varias llaves que abren la puerta a esa salida: respirar profundo, hacer algo físico (un chasquido de dedos, un parpadeo de ojos, un movimiento de cabeza, una sílaba o palabra, un saltito...), y los mantras.


Las frases nos ayudan a cortar el bucle y dirigir nuestra atención y pensamientos por otro lado. Por eso quiero compartir contigo, en este post, algunos de mis mantras favoritos. Verás que su contenido es, sobre todo, anti presión. ¿Por qué? Porque cuando la mente entra en modo obsesión es porque está tratando controlar de más una realidad que se merece que fluya (y más lo mereces tú), y esto nos provoca presión, tensión y desgaste.


Así que, espero que estos mantras te ayuden a fluir:


- No pasa nada.

- De poquito a poco.

- Si va bien, bien, y si no, algo aprenderé.

- Lo que tenga que ser, será.

- Agradece.

- El futuro no existe. El presente es nuestro regalo.

- No te preocupes, ocúpate.

- Hoy, con hacer acto de presencia, es suficiente (Brené Brown).

- No intentes ser perfecto, intenta ser humano.

- La vida es demasiado importante como para tomársela en serio (Oscar Wilde).

- Don´t worry, be happy y hakuna matata.

- La salida del dolor es a través del mismo dolor (frase budista).

- Todo pasa.

- Menos yo (ego) y más ser (vida).

- Nothing really matters ("Nada importa demasiado", de una canción de Queen).

- Come, folla, ríe y ama.

- Es lo que hay.

- Primero uno, luego dos (primero lo que toca, luego lo siguiente).

- Todo tiene solución... o aceptación.

- ¿Y si somos felices porque sí?

- Humor, amor y paz.


Hay muchas más, pero creo que es una buena selección. ¿Y tú, tienes las tuyas?
¡Compártelas en comentarios!


Y recuerda:


Cuestiona todo lo que digo, la duda nos acerca más a la verdad.


Si te gustó el post, no te lo quedes solo para ti, compártelo porfa.


Si te gusté yo, hago terapia psicológica en consulta en Málaga y online para el resto del mundo. Tengo un libro del que puedes saber más pinchando en el enlace, La Dictadura de la Felicidad, con muchas frases que espero que, como las de este post, te inspiren y ayuden si estás pasando por un mal momento.


Y, como siempre, ¡recibe este abrazo!

miércoles, 1 de junio de 2022

EL ARTE DE PENSAR BIEN

No elegimos muchas de las cosas que nos pasan.


Pero sí que podemos elegir nuestros pensamientos sobre lo que nos pasa.


Bueno, pues, siendo esto así... ¿¿¿por qué se usa tanta pedagogía para el hacer cosas y tan poca para el pensar cosas??? Y encima quieren quitarnos la filosofía, uf...


Algo en lo que incidimos mucho los psicólogos, sobre todo los cognitivos conductuales como yo, es en el arte de pensar bien. Sí, porque se puede considerar todo un arte, ya que pensar bien es una habilidad susceptible de ser entrenada y mejorada hasta la excelencia.


En terapia nos encontramos muchos pacientes con sesgos cognitivos, es decir, fallos a la hora de interpretar la información que llevan a conclusiones erróneas. Muchos de los problemas de ansiedad y depresión que observamos tienen su base en creencias irracionales germinadas en el pasado y cuyo frutos hoy son estos sesgos cognitivos que son la vitamina de los miedos y la baja autoestima.


¿Cómo te hablas? ¿Cómo narices te hablas? Resulta que te han enseñado a hablar con los demás, ¿y no te han enseñado a hablar contigo que eres la persona que te va a acompañar durante toda la vida?


Necesitamos aprender a hablarnos bien y el lenguaje del diálogo interior son los pensamientos. Por eso es importante detectar las creencias y sesgos negativos, para transformar la manera en la que interpretamos las cosas que nos pasan y cómo nos hablamos.


Creo que a la hora de pensar y hablarnos deberíamos usar estos tres criterios para potenciar nuestra "capacidad artística":


- Ser realistas. No caer en la exageración ni en la negatividad.


- Ser facilitadores. Que lo que me digo me ayude en algo, si no, mejor no decirme nada.


- Ser amables. Fuera culpas y automachaques.


Así, siguiendo esos tres criterios, el arte de pensar bien incluiría actividades talentosas como relativizar, buscar alternativas y, si no las hay, aceptar, y, por supuesto, el noble arte de tratarse bien, siendo comprensivos y pacientes con nosotros mismos.


Hay que estar atento a los vicios que nos alejan del virtuosismo de este arte de pensar bien. Cuando te sientas mal, toma consciencia del por qué: "¿Qué me estoy diciendo? ¿Estoy exagerando o dramatizando? ¿Estoy anticipando algo que no tiene por qué suceder? ¿Estoy dándole vueltas a un pasado que ya no se puede cambiar? ¿Me estoy autoexigiendo de forma perfeccionista y poco amable? ¿Me estoy culpando y machacando por algo de lo que ya solo puedo aprender?".


Siempre se ha creído que hablar solos es de locos. Bien, pues yo soy psicólogo, y aunque eso no me exime de estar loco, te hago la siguiente prescripción terapéutica: habla más contigo mismo y, sobre todo, habla mejor.


Y si no sabes, aprende. Entre otros, los libros, la filosofía y, cómo no, los
psicólogos, te echamos una mano con eso.


Y créeme que aunque no sufras ni de depresión ni de ansiedad u otra problemática, si vas al psicólogo solo para mejorar tu manera de pensar, ganarás mucha calidad de vida.


Así que, dale, ¡a practicar el arte de pensar bien!


Cuestiona lo que digo, la duda nos acerca más a la verdad.


Si te gustó el post, comenta y comparte, no te lo quedes solo para ti, porfa.


Si te gusté yo, hago terapia psicológica en consulta en Málaga y online para el resto del mundo. ¡Ah!, y tengo un libro muy chulo llamado La Dictadura de la Felicidad.


Y, con muy buenos pensamientos, ¡recibe este abrazo!