miércoles, 29 de agosto de 2018

LOS 7 AUTOS DEL YO

Durante este mes de Agosto estaré de vacas en el blog y, aún así, el blog no parará: cada semana revisaremos algunos de mis posts más antiguos y populares. Esta semana:


LOS 7 AUTOS DEL YO

Se nos enseña de pequeños a relacionarnos con los demás. A decir "hola" y "buenos días", a no interrumpir las conversaciones ajenas, a dar las gracias, a pedir perdón.

También se nos enseña a relacionarnos con el medio ambiente: a que no se debe tirar basura al suelo, a que hay que respetar la vida animal y vegetal, a cuidar y organizar nuestras cosas y la de los demás.

Pero, ¿y qué pasa con la relación con uno mismo? ¿Se nos ha enseñado algo de éso o más bien... se ha dado por sabido? La persona con la que más nos relacionamos a lo largo del día es: uno mismo. Pero eso no significa que sepamos tratarnos. Ni mucho menos...

En la relación que entablamos con nuestro Yo, hay 7 autos, 7 "con uno mismo" que hay que tener en cuenta, y cuidar, para que esa relación sea sana y nos proporcione más bienestar personal. Éstos son los 7 Autos del Yo:

  1. Autoexploración. El acto de conocerse a uno mismo. Pregúntate qué te gusta de veras. Analiza cuál es tu escala de valores. ¿Y tus fortalezas, tus defectos, tus miedos, tus sueños?
  2. Autoconocimiento. Es el conocimiento de uno mismo, al que se llega a través de la autoexploración. Si sabes realmente quién eres, podrás relacionarte mejor contigo mismo. Cuando sabes qué quieres llegar a ser, ése es el principio del viaje.
  3. Autoconfianza. Conocer nuestros recursos personales, saber que nuestros defectos son mejorables, localizar una meta y tener la convicción de que podemos alcanzarla... Todo éso nos devuelve información sobre nosotros mismos que nos aporta confianza para superar nuevos retos.
  4. Autoeficacia. Y cuando nos ponemos a ello, cuando nos enfrentamos a los retos, adquirimos percepción de autoeficacia: confirmamos que con nuestros propios recursos, podemos lograrlo, y eso redunda en más autoconfianza. Autoeficacia y autoconfianza se retroalimentan entre sí.
  5. Autocompasión. Pero no siempre se puede. Y en esos casos es importante permitirnos y perdonarnos el fallo, el fracaso. Autocompasión es ser amable con uno mismo, es decirse cuando se falla: "Uy, la cagué, no pasa nada, la próxima vez mejor".
  6. Autoestima. Es la valoración de uno mismo. Quererse a uno mismo. Con sus defectos y virtudes, sus miedos y sus sueños, sus fracasos y sus éxitos. Todos los autos anteriores son imprescindible para alcanzar una buena autoestima. Y quererse a uno mismo es:
  7. Autorrealización: querer ser mejor persona. Desde una perspectiva moral,  intelectual y emocional. Querer ser más bueno, más sabio y más feliz. La actitud de autorrealización nos acerca a nuestro mejor Yo, que nunca será un Yo perfecto, sino un Yo más auténtico, más libre de condicionamientos y malos aprendizajes. Más cercano al Ser.
Y así se completa el círculo de los 7 Autos del Yo. Cuando me alejo de lo que pensaba que era... y me acerco a quien realmente soy.

¡Un abrazo!

jueves, 23 de agosto de 2018

ESA EMOCIÓN LLAMADA LIBERTAD

Durante este mes de Agosto estaré de vacas en el blog y, aún así, el blog no parará: cada semana revisaremos algunos de mis posts más antiguos y populares. Esta semana:

ESA EMOCIÓN LLAMADA LIBERTAD

Emociones: tristeza, rabia, alegría, miedo, sorpresa, asco, paz... ¿Y la libertad, no es una emoción? Solemos apelar a ella como un valor objetivo: ser libres, porque no somos presos; tener libertad, porque tenemos capacidad de elección. ¿Y qué pasa con el sentirse libre?

¿Acaso no puede sentirse libre un preso cuando nota como el sol acaricia su rostro al iluminarse el alba por la ventana de su celda? ¿Acaso no puedes sentirte prisionero de tus dudas, de tu propia incertidumbre o del conflicto que surge en ti cuando tienes que decidir entre "lo que debo" y "lo que quiero"?

¿Acaso no vivimos en un sistema llamado democracia, cuyo valor máximo es la libertad, y nos sentimos muchas veces esclavos de los dictados autoritarios de los mercados, la publicidad, la religión, el sistema educativo o la última tendencia?

¿Acaso sentirse libre no es librarse de esas cadenas y también de las de nuestro pasado, para afrontar el futuro con ilusión, esperanza y libertad? ¿Acaso sentirse libre no es decirse a uno mismo "PUEDO"? Puedo decidir cómo sentirme.

Por eso hoy yo quería sentirme libre, e invitarte a sentirte libre...

Libre para correr sin cronómetro.

Libre para lanzarle un guiño al espejo.

Libre para romper la báscula. Para comerme ese trozo de pastel hasta el final.

¡Libre para afeitarme cuando me salga del n... de las narices!

Libre para reír cuando lloro, para reír hasta las lágrimas.

Libre para salir de la pista de baile y bailar en la calle.

Libre para decir "No". Libre para decir "No lo sé".

Para decirte que te amo aunque tú no me ames.

Libre para tener miedo. Para no quedármelo. ¡Para soltarlo!

Libre para sacar de vez en cuando al gilipollas que llevo dentro, al niño que llevo dentro... A mi mejor versión.

Libre para apagar el móvil.

Libre para dejar la cama sin hacer.

Libre para errar.

Libre para rectificar, para cambiar de dirección, para dar vuelta atrás, para volver a empezar.

Libre para hacer 1.000 cosas en la vida aunque 999 no estén del todo hechas.

Libre para sentir tu odio, admiración o indiferencia. Tu amor.

Libre para crear. Para que mi arte sea libre fuera de mí.

Libre para abandonar ese cuarto donde me pegaron, esa clase donde se burlaron de mí, el patio donde me negaron mi primer beso.

Libre de horarios, libre del reloj.

Libre de las expectativas de otros.

Libre para proponerme lo imposible. Libre para fracasar. Libre para que el fracaso no me detenga.

Libre para desearte, para soñarte, para acariciarte con la mirada.

Libre para regalarme amor. A mi cuerpo. A mi alma.

Libre para poner cien veces la misma canción.

Libre para saltar aunque no haya nada que coger, para andar hacia ningún sitio en particular, para pensar en lo que no tiene sentido.

Para morder el polvo.

¡¡¡LIBRE PARA GRITAR!!!

Libre para quedarme. Para irme. Para volver.

Libre para decirte que repetiré.

Libre para hablar con entusiasmo de las cosas que me gustan sin esperar tu aprobación.

Libre para desafinar. Para perder el control de la voz. Para inventarme la letra de esta canción.

Libre para no ducharme hoy.

Libre para cerrar los ojos cuando abro el armario.

Libre para atreverme.

Libre para jugar. Para invitarte a este juego. ¿Juegas?

Libre para no pensarlo más.

Libre para olvidarme, para no tenerlo en cuenta, para mirar hacia delante.

Libre para escribir LIBERTAD.


jueves, 16 de agosto de 2018

¿ERES AMABLE CONTIGO?

Durante este mes de Agosto estaré de vacas en el blog y, aún así, el blog no parará: cada semana revisaremos algunos de mis posts más antiguos y populares. Esta semana:


¿ERES AMABLE CONTIGO?

Durante nuestro aprendizaje evolutivo se nos enseña de manera intencionada a relacionarnos con los demás: "no mires fijamente, no chilles, dile gracias, pídele perdón..." Sin embargo, se ha descuidado mucho la manera en la que nos relacionamos con nosotros mismos.

Y resulta que la persona con la que más se relaciona uno, es precisamente, uno mismo. O como decía Zig Ziglar:


Esa relación con uno mismo está formada por un sistema de "autos": autoestima-cómo me valoro a mí mismo; autoconocimiento-el saber sobre uno mismo; autoconfianza-cuánto confío en mí mismo y en mis propios recursos personales...

Y también podríamos incluir, claro está, la autoexigencia: exigirse a uno mismo. Pero, ¿es esto bueno?

Como suele suceder con muchos recursos, la respuesta no depende tanto del qué, sino del cómo. ¿El dinero es malo? Si lo utilizo para adquirir cosas que necesito y me generan bienestar, y de paso no hago daño a nadie, no. Si soy un consejero de banca que se gasta millones y deja a una caja arruinada que para recuperar sus pérdidas va a quedarse con las casas de la gente, no he hecho un muy buen uso del dinero.

Al hacer por tanto un uso de un recurso, ya sea externo como el dinero, o interno como la motivación o la creatividad, es importante tener en cuenta las consecuencias que puede tener ese uso. Si uso mi creatividad para inventar la bomba atómica, pues...

Autoexigirse es bueno en cuanto el resultado de esa exigencia es el aprendizaje, la mejora continua, una meta u objetivo propuesto, la constancia, el afán de superación... En definitiva, autoexigirnos puede ser un buen vehículo para el crecimiento personal. Pero cuidado:

¿Cuándo es mala la autoexigencia?
  • Cuando es excesiva. ¿Y cuándo es excesiva? Hay que aprender dónde están tus límites. Si enfermas, es excesiva. Si acabas tan fatigado que no puedes cumplir en otras áreas de tu vida, es excesiva. Si no es autoexigencia sino búsqueda de la perfección, es excesiva.
    • Cuando va aparejada al automachaque o a la culpa. ¿Machacarías a tus empleados? ¿Harías sentir culpable a tu pareja para conseguir lo que quieres? Empieza a tratarte como tratas a los demás (siempre que los trates bien, claro).
        • Cuando la autoexigencia no va unida a la autocompasión.
          Este último punto es muy importante. Y quiero hacer un inciso: a mí tampoco me gusta la expresión "autocompasión". Suena a compadecernos de nosotros mismos, a regodearnos en nuestra propia miseria. Pero no es eso. Para nada. En la Psicología Positiva se utiliza este término para referirnos a la capacidad de ser amables con nosotros mismos.

          Autocompasión es:
          • Reconocer nuestros defectos, vicios, y claro, nuestros límites.
          • Perdornarnos por nuestros errores, fracasos, meteduras de pata y malos momentos (o temporadas).
          • Y, Y, aceptar que, a pesar de tooodos tus defectos y fracasos, tú, SÍ, TÚ, eres una persona merecedora de lo mejor.


            O dicho en una sola frase, autocompasión es decirte: "La cagué, no pasa nada, la próxima vez mejor". Así de fácil, así de difícil a veces, pero siempre, siempre ÚTIL. 


            martes, 7 de agosto de 2018

            UNO QUE LLEGA Y DICE

            Durante este mes de Agosto estaré de vacas en el blog y, aún así, el blog no parará: cada semana revisaremos algunos de mis posts más antiguos y populares. Esta semana, posiblemente también uno de los más divertidos:


            UNO QUE LLEGA Y DICE

            En la vida a veces andamos perdidos.
            Estos dos sí que están perdidos.

            Esto se traduce básicamente en que: NO SABEMOS. No sabemos cómo reaccionar, no sabemos qué decisión tomar, no sabemos cómo gestionar nuestro propio mundo interior, no sabemos cómo afrontar las adversidades...

            Buscamos entonces, muchas veces desesperadamente, respuestas en el entorno, sin saber, que la respuesta principal a nuestras dudas e incertidumbre, se encuentra en nosotros mismos.

            ¿Son los chistes más útiles que las ecuaciones?
            Pero es en el entorno donde encontramos a menudo fuentes de inspiración que nos ayudan a facilitar el encuentro con nosotros. Así, la cultura está repleta de lecciones de vida, de historias y cuentos, metáforas y mensajes, contenedores de modelos, ejemplos e ideas que nos ayudan a conectar de manera más positiva con nuestros pensamientos y emociones y a gestionar, por ende, nuestro bienestar de manera más eficaz

            Así, el chiste, además de ser un canalizador de la risa, que por sí sola ya es bienestar, es también cultura, es también lecciones de vida:

            ¿Te sabes el chiste del Súper Ratón? Un ratón se come sin saberlo una seta alucinógena y entonces empieza a creerse que es Súper Ratón. Para convencerse de sus súper poderes se lanza a la carretera dispuesto a parar al primer camión que se encuentre. A lo lejos aparece un camión cisterna grandísimo y el "Súper Ratón" se planta en medio de la carretera con la mano extendida por delante, muy confiado en que lo detendrá. Casualmente, el camión pincha un neumático y empieza a detenerse lentamente, lentamente... ¡Hasta pararse justo delante del Súper Ratón, que sonríe victorioso! Entonces, el camionero se baja del camión, observa el neumático pinchado, y grita: "¡Maldita sea, ahora voy a tener que sacar el gato!" Y dice el ratón: "¡Eh, que como saques al gato te vuelco el camión, canalla!"

            Eso es AUTOCONFIANZA.

            Van dos aceitunas por la calle y una se cae y dice: "Creo que me he roto un hueso". Y la otra replica: "Pero qué dices, si eres de anchoas..."

            Cómo vas a conocer el origen de tu dolor, y mucho menos su solución, si no te conoces antes a ti mismo. AUTOCONOCIMIENTO.

            Va conduciendo el marido y la mujer a su lado empieza a decirle: "Tengo que contarte algo... Voy a pedir el divorcio (él no hace ningún gesto y sólo acelera a 90 km/h), y no sólo eso: me he enamorado de tu jefe y me voy a ir a vivir con él (él acelera a 110), y voy a pedir para mí nuestra casa, el chalet en la playa, este coche... (él acelera a 140) ¡Pero bueno, ¿es que vas a seguir acelerando sin más y no me vas a decir nada?! A lo que él replica tranquilo: "Yo sólo sé que tengo lo único que me hace falta" Ella le mira confusa y él sentencia: "El airbag".

            Hay momentos en los que lo mejor es mantener la CALMA.

            Un hombre va a visitar a su amigo a su casa y le pide una cerveza. El amigo le dice que la coja él mismo, así que va, abre la nevera, y descubre que su amigo es un psicópata que guarda en el interior de su nevera sangre, restos humanos, vísceras... El amigo grita espantado: "¡Esto es un horror!, ¿se puede saber dónde tienes la cerveza?"

            CÉNTRATE en tu objetivo y no dejes que nada te distraiga.

            "Mamá, tengo dos noticias, una buena y otra mala". "Primero la buena, hija". "Que he pasado una prueba". "¡Muy bien! ¿Y la mala?" "Que era un test de embarazo".

            Toda realidad tiene su LADO POSITIVO.

            Uno que ya he contado otras veces: El hombre que va al psicólogo y le dice: "Doctor, cuando estoy en mi casa veo a un monstruo de dos cabezas, cuatro metros de altura y garras enormes. ¿Tiene solución?" Contesta el doctor: "Claro, pero el tratamiento durará un año y le costará 6.000 euros". Y dice el hombre: "Pues déjelo doctor que ya voy yo a mi casa y me hago amigo del monstruo".

            ENFRÉNTATE  a tus miedos. Nota importante: un psicólogo te puede ayudar a ello.

            Y para terminar, una pregunta: ¿Qué hace una vaca con los ojos cerrados? ... Leche concentrada.

            Hay ocasiones en las que la mejor lección que podemos extraer de la vida, ES UNA SONRISA. :)



            miércoles, 1 de agosto de 2018

            EL PODER TERAPEUTICO DE LA MÚSICA

            Durante este mes de Agosto estaré de vacas en el blog y, aún así, el blog no parará: cada semana revisaremos algunos de mis posts más antiguos y populares. Esta semana, aprovechando que, ¡os recuerdo!, el sábado 4 de Agosto hago en Málaga junto a la musicoterapeuta Maca Martínez el Taller de Musicoterapia y Psicología Positiva, os presento:

            EL PODER TERAPEUTICO DE LA MÚSICA

            La música amansa a las fieras. Es decir, nos relaja, ayudando a regular crisis emocionales. También nos inspira, favoreciendo estados de creatividad. Incluso puede proveernos de pasión en los momentos más románticos.

            Pero más allá de los usos comunes que encontremos de la música, es gracias a la Musicoterapia, disciplina que utiliza el recurso de la música para promover, prevenir y rehabilitar la salud, que hoy sabemos de los beneficios que tiene este noble arte frente a la vejez, los trastornos neurológicos y la discapacidad.

            Entre otros hallazgos, se ha encontrado que:
            • La Musicoterapia ayuda en el mantenimiento y mejora de procesos cognitivos tales como el aprendizaje, la atención y la concentración.
            • Reduce la agitación motriz (típica del Parkison) y disminuye los niveles de ansiedad.
            • Mejora las habilidades sociales y la autoestima.
            • Facilita entornos de tranquilidad y autocontrol en mujeres embarazadas que repercuten en la salud del bebé.
            • Potencia un equilibrio psicofísico y emocional saludable en personas con discapacidad.
            • Se ha demostrado su eficacia en el tratamiento de enfermedades como esquizofrenia, amnesia, demencia, Alzheimer, Parkinson, depresión, problemas conductuales, afasia, trastornos del habla y Síndrome de Tourette, entre otros.
            Un vídeo, que se ha convertido en viral y que nos demuestra en pocos minutos el poder terapéutico de la música, es el siguiente. Si no lo has visto aún, dedícate unos minutos a hacerlo, porque te aseguro que no tiene desperdicio:


            Los beneficios de la Musicoterapia en poblaciones vulnerables es evidente, pero... Desde la Psicología Positiva en general, y yo en el ejercicio de mi profesión y escribiendo en este blog en particular, venimos defendiendo un modelo de salud mental en el que se pone el énfasis en la promoción de la salud, y no sólo en la prevención y tratamiento.

            Es decir, así como vengo manteniendo desde hace tiempo que para nada es necesario tener una patología grave para acudir al psicólogo, sino que cualquiera que sienta que necesita hacerlo puede hacerlo, sin sentirse estigmatizado por ello, igualmente cualquier persona puede aprovecharse de los múltiples beneficios que alberga la Musicoterapia.

            El bienestar y el crecimiento personal suponen un bonito reto para todas las personas, independientemente de su edad, condición o estado de salud.

            Os dejo con una canción muy conocida, muy especial, y que utilizaremos en el taller. ¿Qué sientes al oírla? ¿Qué te transmite? ¿Qué te evoca? Sea lo que sea, espero que la recibas como el regalo que es:


            ¡Un abrazo y mucha música!