miércoles, 13 de abril de 2016

LOS 4 JINETES DE LA INTOLERANCIA

Sentir miedo, ira o tristeza no es malo, ya que estas emociones son naturales y básicas, y por tanto completamente normales. Pueden ser desagradables, incómodas, no deseadas... Pero en el momento en el que las valoramos como algo malo que no debería estar pasando, engrandecemos la emoción.

La sociedad hedonista en la que vivimos sumergidos nos empuja a ello: perseguimos constantemente el placer y huimos, rechazamos o evitamos cualquier atisbo de dolor. Si bajo esa premisa es de donde partimos en nuestra búsqueda de la felicidad... no podríamos andar más perdidos.

Pero además de no acertar en la dirección... nos estamos ablandando:

Cada vez sufrimos más por menos,
y somos menos felices con más.

Claro: si interpreto que sentirme mal no es tolerable, porque debo sentirme bien todo el tiempo, cuando me sienta mal, no lo soportaré. Ése es el rasgo esencial de la intolerancia: no poder soportar algo. Y la verdad es que los seres humanos podemos soportar más cosas de las que pensamos.

Hoy día, encuentro 4 grandes intolerancias que provocan que los estímulos, tanto externos (eventos), como internos (emociones y pensamientos) sean valorados como "no soportables". Conocerlas y saber cómo podemos manejarlas, puede suponer una importante diferencia en nuestro bienestar personal.

Éstos son los 4 Jinetes de la Intolerancia:
  1. Intolerancia al estrés. Es imposible no sentir estrés en nuestras vidas, e incluso se ha demostrado que niveles moderados de estrés son buenos para el rendimiento. Pero hay personas que se sienten desbordadas y huyen del estrés a través de las adicciones, sobre todo. Antídotos: planificar, delegar, evitar sobrecargas de tareas, relajación, mindfulness, y una interpretación más realista y menos catastrófica del estresor = a decir que: "Soy capaz de hacerlo, y si no, no será el fin del mundo".
  2. Intolerancia a la frustración. Nos gustaría que siempre las cosas salieran como teniamos pensado que salieran... pero el mundo no funciona así. Hay personas que por no sentir esa sensación de fracaso o de decepción, prefieren no hacer nada, no intentarlo. Lo que en realidad acarrea más frustración e insatisfacción. Antídotos: autocompasión positiva (sé amable contigo, permítete/perdónate el fallo) y hacer una reevaluación del fracaso: no es una desgracia, es una oportunidad de aprendizaje. 
  3. Intolerancia a la incertidumbre. Hay personas a las que le cuesta mucho tomar decisiones porque no soportan no saber qué va a pasar. Sin embargo, por lo general, no sabemos qué va a pasar. Pero a veces nos imponemos un grado de control sobre los resultados de nuestras decisiones y nuestras acciones que simplemente no tenemos. Antídotos: toma decisiones en base a riesgos calculados; y el optimismo: pudiendo ir bien y pudiendo ir mal, ¿por qué necesariamente tiene que ir mal?
  4. Intolerancia a la diferencia. Por lo general nos gusta cuando los demás piensan, opinan o se comportan como nosotros, pero, ¡qué aburrido sería el mundo si todos fuéramos iguales! Hay personas que no entienden las diferencias y se desesperan o irritan enormemente ante ellas, llegando a exclamar al cielo: "¡Pero por qué!" Muy sencilo: porque el otro, no eres tú. Es así de simple. Por lo tanto, antídotos: la empatía, ponerse en lugar del otro; y la asertividad para resolver los conflictos que puedan surgir.
Pero no podremos aplicar la empatía, el optimismo, la autocopasión positiva o la Atención Plena sin valernos antes del mayor antídoto contra estos Jinetes de la Intolerancia: la Aceptación. Aceptar implica no resistirse, dejar de pensar "esto no deberías ser así" o "no debería encontrarme estas piedras en mi camino".

Cuando aceptamos que el camino es como es, que los estresores, los fracasos, las decepciones y las diferencias forman parte del camino de la vida, todo fluye de manera más fácil.

Porque a través de la aceptación decimos adiós a los 4 Jinetes de la Intolerancia, y hola a nuestro miedo, a nuestra ira y a nuestra tristeza, y les cogemos de la mano, y le decimos que nos acompañen en nuestro camino hacia la felicidad. 

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