jueves, 11 de julio de 2019

PEDIR, DECIR QUE NO, ACEPTAR LOS "NOES"

Somos animales sociales.


Nos gusta relacionarnos, compartir nuestra vida con los demás, formar parte de un grupo, sentir que estamos conectados.

Sin embargo, esas relaciones, cuando no se llevan de manera sana, pueden significar el origen de conflictos y por tanto de malestar psicoemocional.

Por ello, trabajar la comunicación, la resolución de problemas, la empatía, la asertividad... En definitiva, las Habilidades Sociales, nos ayuda a mejorar en nuestra relación con nosotros mismos y, por ende, en nuestra relación con los otros.

Como psicólogo llevo años entrenando las Habilidades Sociales, en mí mismo (¡y lo que me queda por aprender!) y en los demás, ya sea de manera individual en psicoterapia o en grupo a través de mis talleres. Y me he dado cuenta de que hay tres actividades que son básicas y altamente funcionales en el contexto de las relaciones interpersonales, y que sin embargo no solemos usar demasiado.

En definitiva, hay tres cosas que, considero, son muy importantes que sepamos hacer y hagamos más a menudo, y son las siguientes:

- Pedir. Basta ya, por favor, de pensar que la otra persona (ya sea pareja, familiar, amigo, compañero de trabajo o un completo desconocido) ha de saber cómo me siento y qué espero yo que haga al respecto. El vecino no tiene por qué saber que te está molestando con su música, tu pareja no tiene por qué adivinar qué te apetece, tu compañero de trabajo no tiene por qué darse cuenta de que te está saturando. Pide, atrévete a pedir, atrévete a decir "quiero", "me gustaría", "¿puedes... por favor?" No es arrastrarse, no es ser egoísta. Cuando pedimos estamos defendiendo nuestros intereses, y pocos gestos mayores de autoestima existen que defender lo que quiero. Quizá sólo lo supere el siguiente.

- Decir que no. Si tienes derecho a pedir, también el otro lo tiene, pero igualmente tienes (tenéis) derecho a decir que no. Decir que no es defender tu interés, es decirte que sí a ti mismo. No siempre tienes que decir que no, pero desde luego, no estás obligado a decir que sí ni a satisfacer continuamente las demandas y expectativas de los demás. El equilibrio posiblemente se encuentre en ser inteligentemente egoísta, que significa pensar en mí, no siempre y única y exclusivamente en mí, pero sí siempre tenerme en cuenta: "¿puedo hacerlo, QUIERO hacerlo?" Habrá veces que sí, habrá veces que no, y todo tu derecho a expresar tu negativa.

- Aceptar los "noes". Por tanto, si tienes derecho a pedir y a decir que no, y el otro igual, tienes el deber de aceptar los "noes". Y no montar un drama cuando la otra persona no quiere quedar contigo, y no tomarte una negativa como algo personal. Entiendo que muchos "noes" consecutivos, pueden decepcionar, frustrar, cansar... Pero piensa en qué te está molestando verdaderamente de esa persona, ¿sus "noes" o tu incapacidad para aceptarlos? La aceptación dirige nuestra atención y conducta hacia lo que yo puedo hacer, no hacia lo que me gustaría que hiciera el otro y que no hace. Si tengo un amigo que repetidamente se niega a participar en los planes que yo le propongo, puedo aceptarlo y no hacer nada porque en definitiva me encanta mi amigo y sus planes tampoco están nada mal y los míos puedo hacerlos solo o con otras personas... o puedo cambiar de amigo. Pero no aceptar el "no" del otro significa pretender despojarle de un derecho que, al igual que tú, tiene.

Así que, ya sabéis, a ponerlo todos más en práctica: atrevernos a pedir y decir que no, y a tener la suficiente humildad como para aceptar los "noes". Este sábado 13 de Julio por la mañana hago en Málaga el Taller de Habilidades Sociales, donde abordaremos estos aspectos de las relaciones interpersonales y muchos más. Trabajarse a uno mismo por dentro, para mejorar nuestra forma de interactuar con nuestro entorno.

Si estás en Málaga y te apetece, ¡te espero! Si no, como siempre, ¡recibe este fuerte abrazo! 

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