martes, 23 de septiembre de 2025

LO OPUESTO AL MIEDO

 ¿Qué es lo opuesto al miedo?


Según la teoría que revisemos, o a la persona que le preguntemos, podemos encontrar distintas respuestas: la ira, el odio, la alegría, el amor, la confianza...


Como respuesta popular, encontramos mucho el amor. Aunque surgen dudas, ¿no es el amor lo opuesto al odio?


Según el modelo de la Rueda de emociones de Robert Plutchik, es la ira lo opuesto al miedo, porque mientras que la función de este es la de evitar peligros, la ira nos empuja a enfrentarlos y superarlos. Pero, quizá antes, cuando el peligro era un animal salvaje o un enemigo, sí que era útil enrabiarse para enfrentarlo, y hoy no necesitemos siempre la ira para superar los obstáculos, ¿verdad?


Neurológicamente, en la actualidad sabemos que las partes del cerebro que se activan cuando tenemos miedo son las mismas que cuando sentimos confianza. Esto no significa que confianza y miedo sean lo mismo, obvio. Significa que cuando sentimos miedo, no sentimos confianza... y a la inversa.


Y ahí es dónde el amor y la confianza, desde mi punto de vista, se unen para contrarrestar la respuesta de miedo y ser su gran opositor o, incluso, su anulador.


La oxitocina es la famosamente conocida "hormona del amor". Pero también es la hormona de la confianza. ¿Cuándo libera nuestro organismo oxitocina? Cuando sentimos atracción sexual y afectiva hacia otra persona. ¿Y qué provoca en nosotros esta hormona? Apego, empatía, sensación de vínculo... y confianza.


Dejando a un lado lo puramente biológico, y dándole un toque más psicológico o hasta social a este razonamiento, tiene todo el sentido: cuando nos enamoramos, y es recíproco, nos sentimos como Leonardo DiCaprio con Kate Winslet en la proa del Titanic, "¡Soy el rey del mundo!". Confianza a tope.


Esta confianza, además, no es unidimensional, sino que tiene tres dimensiones: es confianza en el otro, claro, pero también confianza en uno mismo (la autoestima sube), y en la vida (nos volvemos más optimistas, ¿verdad?, aunque alguno se pasa: tienes el guapo subido, se dice mucho ahora). 


Por lo tanto, si quisiéramos dejar de sentir miedo, la solución sería bastante sencilla: ¡enamórate! No, es broma. Además de que esto puede ser contraproducente (enamorarse, pienso, es malo para la salud mental, aunque de eso ya hablaré en otra ocasión), en realidad no resulta tan sencillo. Ni siquiera si, atendiendo a las otras dimensiones de la confianza, nos intentamos enamorar de nosotros mismos o de la vida.


Estudios desvelan (por cierto, he de agradecer a David Pastor Vico y su libro Era de idiotas por descubrirme este dato) que los niveles de confianza interpersonal pueden estar bajando. En países como México y Estados Unidos así está sucediendo ya, y en Europa, entre 2017 y 2020, se sitúa el dato en que solo una de cada tres personas confía en la mayoría de sus conciudadanos. Que la confianza interpersonal esté decreciendo no es ninguna sorpresa en un mundo cada más individualista y competitivo.


¿Enamorarse de uno mismo? Sí, claro. Si consigues no compararte constantemente con la actividad social, la riqueza material o el cuerpo y el rostro que tienen otros y que exhiben sin complejos en sus RRSS, como poder, puedes.


¿Y de la vida? Quizá confiar en la vida tras el 2020 (COVID, volcanes, Danas, guerras, cambio climático...) sea un poquito más difícil, ¿verdad?


Quizá, que viviendo en sociedades bastante seguras y teniendo todo lo que necesitamos, cada vez tengamos más miedo (más trastornos de ansiedad), tenga sentido, ¿verdad?


Lo opuesto al miedo es construir vínculos significativos y seguros entre las personas y las comunidades. Lo opuesto al miedo es sentir que puedes contar con tu vecino. Lo opuesto al miedo es confiar en tus habilidades pero no porque necesites de estas para sobrevivir en una jungla de "sálvese quien pueda", sino porque aportarán a tu comunidad para que esta sea mejor y te beneficies tú y los demás. Lo opuesto al miedo es confiar en la vida porque cuando esta, de manera natural, te golpee, habrá una tribu que te sostenga para que no te caigas.


Lo opuesto al miedo es el amor. Y para amar necesitamos confiar.


Y la verdad es que para poder confiar más... necesitamos volvernos "un poquito" más confiables.


Mejores personas construyendo mejores tribus.


Cuestiona lo que te digo, la duda nos acerca más a la verdad.


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Si te gusté yo, hago terapia psicológica en consulta en Málaga y online para el resto del mundo. También tengo un par de libros.


Ah, y si estás en Málaga el viernes 17 de octubre, estaré a las 18h en La Polivalente haciendo un evento de Cuento Terapia, con recaudación "paga lo que quieras" que irá destinada a ayuda a Gaza.


Como siempre, ¡recibe este abrazo!