martes, 25 de octubre de 2016

LA FALSA NECESIDAD DE APROBACIÓN



Seamos honestos: nos gusta gustar.

Nos gustan los "Me gusta" de Facebook, los halagos sinceros, enterarnos de que lo que hacemos o lo que somos agrada a otras personas.

Y todo aquello que nos gusta, que nos produce placer, que es percibido por nuestro cerebro como una recompensa, tendemos a conseguirlo de nuevo. Lo deseamos, lo buscamos.

Y no pienso que haya nada malo en ello. Que cada uno busque lo que desee, mientras no haga daño a otros y a sí mismo.

Sin embargo... cuando uno cree que necesita la aprobación de los demás para vivir de una manera digna y obtener felicidad a cambio: lo más normal es que haga daños a otros y a sí mismo. Y que por tanto no consiga, para nada, felicidad.

Cuando abandonas tus principios y valores para recibir la aprobación del grupo.

Cuando agredes a otras personas porque los demás lo verán guay o cool.

Cuando sacrificas el tiempo de los que más te quieren para ganar dinero y comprar cosas con las que impresionar a gente que no conoces.

Cuando vives la vida que no tú sino otros han elegido por ti.

Cuando mostrar lo que se hace se ha vuelto más importante que vivir lo que se hace.

Cuando no te atreves a gritar de rabia, llorar por melancolía o reír como un loco, por miedo a ser juzgado.

Cuando priorizas el "qué dirán" antes que el "cómo me sentiré".

Cuando prefieres la compañía de gente con la que te sientes solo, antes que la soledad de tu propia compañía.

Cuando consigues la sonrisa de los demás, pero pierdes la sonrisa del espejo.

Todos estas situaciones se dan a través de comportamientos o actitudes dirigidas por una falsa necesidad de aprobación: la creencia errónea de pensar que si no gusto no seré feliz, y que lleva a generar dependencia o apego, que generan ansiedad y frustraciones, que finalmente provocan... Por supuesto: infelicidad.

No necesitas gustar a nadie, más que a ti mismo, 
y para gustarte a ti mismo, sólo necesitas aceptarte.

Y si te aceptas, no tendrás ningún inconveniente en ser tú misma, y siendo tú misma:

Te atreverás a equivocarte.

Te atreverás a fracasar.

Te atreverás a llevar la contraria.

Te atreverás a defender tus derechos, tu individualidad, tu libertad.

Te atreverás a hacer el ridículo.

Te atreverás a decir "te quiero" sin esperar que te lo devuelvan.

Te atreverás a exponerte ante el juicio de los demás.

Te atreverás a decepcionar, a desilusionar, a no estar a la altura.

Te atreverás a no ser siempre correcto, a nunca querer ser perfecto.

Te atreverás a ser más tú.

Y ser más uno mismo es, sin lugar a dudas, el camino del crecimiento personal. Y en ese camino encontrarás, estoy seguro de ello, muchos más momentos felices que en el camino de la falsa necesidad de aprobación.

¿Que no me crees? No me importa. No necesito tu puta aprobación de mierda.

No necesito nada de ti.

Sólo te quiero.

Abrazos. 


Nota del Autor: este post está inspirado en capítulo 1º de la 3ª temporada de Black Mirror, titulado Nosedive (Caída en Picado, en español), el cual os recomiendo mucho, mucho.

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