martes, 4 de octubre de 2016

NO SÉ CÓMO HACERLO

De manera muy, muy resumida, la terapia psicológica se basa en: detectar patrones de pensamientos y comportamientos disfuncionales y dañinos para la persona, que se dé cuenta, y que los cambie.

Seré sincero: la primera y la segunda parte son bastante sencillas. La tercera parte, la de los cambios, es la más difícil, y sin embargo es donde más debe poner la persona de su parte y donde menos puede hacer el psicólogo.

Sí, cobramos por hacer lo fácil y el paciente paga por encargarse del trabajo duro. Es jodido, lo sé. Pero aún así os prometo que he recibido muchas muestras de gratitud por mi trabajo y en cambio... amenazas de muerte sólo dos o tres. Es broma.

Uno de los grandes problemas que nos encontramos en terapia, es que la persona no sabe cómo cambiar. No le falta voluntad, le faltan ideas, alternativas, imaginación... Para sustituir sus pensamientos y comportamientos tóxicos, por otros más sanos y útiles.

Y os aseguro que los psicólogos ponemos mucha (a veces mucha, mucha) voluntad, ideas, alternativas e imaginación para ser facilitadores del cambio. Porque eso es lo que finalmente somos en esta tercera parte del proceso terapéutico: facilitadores.

Los psicólogos no cambiamos a la persona.
Es la persona la que cambia.

Los pensamientos y comportamientos que una persona produce a lo largo de un día y que forman parte de un cuadro patológico pueden llegar a ser muy numerosos. El psicólogo no puede tener una idea o alternativa para cada uno de ellos, porque no vivimos la vida que vive la persona. Por eso,a  pesar de nuestro trabajo, hay veces que la persona sale de consulta con la sensación: "Él o ella tiene razón, pero no es suficiente".

Y es una verdad como un templo de grande. No, no es suficiente.

No es suficiente... si lo que quieres es salir de mi consulta "curado".

Pero es más que de sobra para que empieces. Para que tú empieces.

Para que si te tratas mal a ti misma, empieces a tratarte bien.

Para que si lo ves siempre todo negro, empieces a ser más realista.

Para que si eres incapaz de tolerar tus emociones dolorosas, empieces a manejarlas de otro modo.

Ya sea en la consulta de un psicólogo, o leyendo un libro, o hablando con un amigo, y te das cuenta de que hay un trabajo por hacer contigo mismo, será más fácil si sustituyes el "debo quitarme esto malo que tengo, ¡ya!" por el: "Ahora que me he dado cuenta, empiezo algo nuevo, bueno, y hermoso".

Algo nuevo que no tiene fin, porque la relación con uno mismo dura toda la vida. Y en esa relación nunca se deja de aprender y de crecer.

Pero todo proceso de aprendizaje y crecimiento empieza con un "No sé" o un "No sé si sé".

Repito, porque esto es importante: Todo proceso de aprendizaje empieza con un "No sé" o un "No sé si sé".

Por lo tanto: no hay ningún problema, ningún   problema, en que cuando estás aprendiendo y creciendo aparezca un "No sé" o un "No sé si sé".

Simplemente no permitas que esa sensación de "No es suficiente" te limite, ponte en marcha, equivócate, cómete errores, confía en tu capacidad para tener ideas y generar alternativas, aprende, crece...

Y cuando vuelva a aparecer ese maldito y tan molesto "No sé cómo hacerlo", entonces, sonríe... Porque no hay que tenerle miedo. Porque puede ser el principio de algo verdaderamente nuevo, bueno y hermoso.

Así que, simplemente empieza.

Un abrazo.

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