jueves, 1 de junio de 2017

ANSIEDAD ANTE LOS CAMBIOS

Desde 2015 tengo el orgullo de formar parte del APOL: el servicio de Apoyo Psicológico On Line de la Fundación Punset. Una selección de psicólogos de toda España que contestamos consultas en torno a problemas de depresión, ansiedad, estrés, pareja, desamor, y muchos otros.

Desde entonces, una gran cantidad de trabajo, más de 150 consultas publicadas, y una enorme experiencia de aprendizaje que me llevo y que quiero compartir contigo, publicando algunas de las consultas más destacadas que he tenido la oportunidad de contestar.

Esta semana: Ansiedad ante los cambios. ¿Quién no la ha sufrido? A través del siguiente caso real  te propongo algunas claves para superarla.

CONSULTA

Hace cuatro meses me mudé de ciudad esperando cambiar mi vida. Tengo 28 años y decidí estudiar una nueva carrera, si bien estoy contenta con mi elección, siento mucho miedo de no poder estar a la altura, además de muchísima inseguridad al momento de buscar trabajo (ya que mis padres me ayudan económicamente ahora). Tengo episodios donde mi autoestima está por los suelos y no soy capaz de cumplir con los objetivos que me gustaría alcanzar, es una especie de auto sabotaje que no me deja vivir.

RESPUESTA

El autosabotaje del que hablas se puede dar de diversas maneras. Una a través del pensamiento anticipatorio: anticipar lo malo cuando no tenemos evidencias ciertas de que vaya a ocurrir. “No voy a estar a la altura, no voy a encontrar trabajo…”. Puede provocar el efecto de la profecía autocumplida: si pienso que mis posibilidades de encontrar trabajo son mínimas, no me esforzaré mucho por encontrarlo y… finalmente, no encontraré trabajo.

Este pesimismo boicoteador se contrarresta con una actitud optimista. Se ha demostrado que el optimismo actúa como una fuerza que nos acerca a los objetivos porque se produce un ajuste entre las expectativas y el esfuerzo. Pero optimismo no es pensar que las cosas me saldrán bien porque el universo se va a alinear a favor mía. Es enfrentarte a los retos siendo consciente de que tienes los recursos personales necesarios para superarlos. Por eso nuestra autoconfianza y, asociada a ésta, nuestra autoestima, es decir, la valoración que hacemos de nosotros mismo, influye directamente sobre nuestra capacidad para ser optimistas.

¿Conoces cuáles son tus recursos personales, tus fortalezas y virtudes? Un ejercicio que te puede ayudar en este autoconocimiento es hacer una lista de tus logros: las cosas que has conseguido, que has superado, que has aprendido… o incluso aquellas veces en las que fracasaste pero te sientes orgullosa por haberlo intentado. En la sociedad actual se tiende a sobrevalorar el fracaso, pero la verdad es que cada fracaso es una lección de aprendizaje que nos ayuda a mejorar. El fracaso es imprescindible para el crecimiento. 

Por último, ajusta tus objetivos a tus capacidades, es decir: proponte metas que sean realistas, claras y concretas. Y date tiempo para alcanzarlas, y margen para equivocarte y rectificar sobre la marcha. Ánimo, un abrazo.

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