miércoles, 4 de mayo de 2016

EMOCIONES QUE ESTRESAN

El estrés es una reacción psicofisiológica ante un estímulo, generada principalmente por la percepción subjetiva de que el estímulo sobrepasa los recursos que dispongo para afrontarlo.

Imagina a alguien que tiene que dar una charla en público, y... no es una tarea que le resulte muy cómoda. Piensa que no es particularmente bueno en eso, anticipa que va a aburrir o que se va a equivocar, y que es seguro que verá algún bostezo u oíra alguna risa entre el público. Lo normal es que se estrese. Pero se está estresando más por lo que piensa sobre la situación que por la situación en sí.

Además, si esta persona imagina que las consecuencias de no conseguir despertar el interés de todos los asistentes a su charla, o de equivocarse durante la misma, supondrá un tropiezo en su carrera del que no podrá sobreponerse jamás, es bastante probable que quede al borde del ataque de nervios.

El estrés es pensar que no puedo, pero no sólo eso, también:
si no puedo, será una catástrofe.

Imaginemos ahora que nuestro amigo o amiga va al psicólogo y éste le enseña a cambiar sus pensamientos, para ganar confianza en sus propios recursos personales, y no anticipar el fracaso ni dramatizar ante él. Y ahora sí se ve preparado para afrontar esa charla en público. Así que llega, y con determinación, se planta delante de todo el mundo, pero... Oh, de repente se da cuenta de que su corazón palpita más rápido que lo habitual, que las manos le sudan, que su respiración se ha vuelto algo agitada... ¡Y entonces sale huyendo de allí despavorido!

¿Qué es lo que ha pasado, qué ha fallado? Esto:

Las emociones también son estímulos, y como tales,
provocan una reacción psicofisiológica.

Alguien tendría que haber avisado a nuestro amigo o amiga de que sudar un poco o que tu corazón se acelere son signos de que está en tensión, pero que eso no es malo ni mucho menos trágico y, sobre todo, que no implica que no pueda relajarse. ¿Quién no se ha notado muy nervioso antes de empezar a hablar en público y luego con el paso del tiempo ha conseguido calmarse?

Es decir que podemos estresarnos (o deprimirnos, o irritarnos) simplemente por la interpretación y valoración que hacemos de nuestras propias emociones y de las sensaciones fisiológicas que las acompañan.

Hay dos herramientas psicológicas que nos permiten no hacer interpretaciones negativas ni valoraciones exageradas sobre nuestro propio mundo emocional:
  1. La Inteligencia Emocional. Nuestra capacidad de comprensión, expresión y regulación de las emociones.
  2. El Mindfulness o Atención Plena. Nuestra capacidad para atender el momento presente sin valorar ni reaccionar. Y nuestras emociones y pensamientos forman parte de ese momento presente.
Para que nos entendamos: nuestro mundo emocional es como un vasto océano que rara vez suele estar en calma. Pero en vez de dejarnos arrastrar por el oleaje, la Inteligencia Emocional y el Mindfulness son la tabla de surf que nos permite disfrutar de las olas.

Para ello... hay que saber surfear. Lo bueno es que se aprende a surfear. Tanto la Inteligencia Emocional como el Mindfulness son capacidades susceptibles de ser entrenadas y desarrolladas.

¿Cómo? Lo primero que habrá que hacer es poner interés en desarrollar ambas capacidades. A través de leer sobre ellas, investigar, asistir a talleres y conferencias... Y respecto a esto:

La semana del 9 al 13 de Mayo se celebra el evento On Line: "Semana de las Emociones". 5 expertos hablando sobre Gestión de las Emociones en 5 Conferencias On Line distintas. Empezaré yo el Lunes 9 de Mayo a las 20:00, con la Charla: "Inteligencia Emocional y Mindfulness para la Gestión del Estrés". El evento es totalmente gratuito. Disponéis de más información y de la posibilidad de reservar plaza en el siguiente enlace: http://jornadas2016d.terapiaconana.com/ 

Te esperamos... con nuestra tabla de surf, listos para bailar con las olas de las emociones.    

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