jueves, 19 de mayo de 2016

LA OPRESIÓN DEL TODOBIENISMO

"Átate bien los zapatos, saca buenas notas, pórtate correctamente, habla bien, come bien, lávate bien..." Bien, BIEN, BIEN.

Hemos sido bombardeados con mensajes como éstos desde pequeño. Día tras días, a través de nuestros padres, profesores, curas, amigos y compañeros, los anuncios, Barrio Sésamo... Y se han pasado un poquito de rosca.

Esta bien hacer las cosas bien. Bien en cuanto a su ejecución y resultado, bien desde una perspectiva ética y moral. Es deseable, es agradable, y es bueno para los individuos y colectivos.

El problema aparece cuando me creo que DEBO hacer SIEMPRE bien TODO lo que me proponga. Porque si no es así, seré un GRAN FRACASADO y lo único que me mereceré será sentirme muy, muy desgraciado por ello.

Vale... ¿Y si te propusiera hacer justo lo contrario? ¿Y si durante una semana te permitieras... no, te empeñaras en hacerlo todo mal?
  • Comer con las manos.
  • No llamar a tus padres.
  • Dejar la cama sin hacer.
  • Ducharte lo justo.
  • Vestirte con ropa que no combine, o sucia, o arrugada.
  • No cumplir con tus rutinas ni tareas domésticas.
  • Pasar de tus compromisos sociales.
  • Escupir en la calle, sacarte mocos delante de todo el mundo, e infringir otras reglas de decoro.
  • Hacer chistes o bromas de mal gusto.
  • Mandar a tomar por culo al de Jazztel.
  • Llegar tarde.
  • No terminar tu trabajo ni quedarte haciendo horas.
  • Atreverte a hacer cosas que no sabes o no sabes si sabes hacerlas.
  • SALTARTE TODAS LAS NORMAS QUE TE APETEZCA SALTARTE.
La única norma que no puedes saltarte es ésta: no te sientas culpable por hacer o no hacer nada de aquéllo.

No te alarmes. Es un experimento de sólo una semana. Por supuesto, hacer o no hacer este tipo de cosas durante toda la vida no es lo más deseable, ni para ti ni para los demás. Tus padres podrían deshederarte, tus amigos acabarían pasando de ti, y el de Jazztel terminaría por coger una fuerte depresión (y el pobre no se lo merece, que también es persona).

Pero... ¿y darte el gusto durante una semana? ¿Qué pasaría?

¿Qué pasaría?

Pues así pensando, veo un posible riesgo y un posible beneficio.

El posible riesgo es que le acabes cogiendo demasiado gusto y te conviertas en un guarro, un maleducado y un tirano egoista. Aunque, ¿de verdad piensas que una semana te va a transformar tanto?

El posible beneficio es que quizá, sólo quizá, aprendas que...

Hacer las cosas bien es importante y nos gusta.
Sentirnos bien es más importante y nos gusta más.

Si en tu vida sacrificas mucha felicidad por obtener un rendimiento excelente en tu trabajo, estudios o proyectos, por caer bien a los demás o por mantener un comportamiento ético y estético intachable, quizá no sea mala idea empezar esa semana.

Porque quizá descubras que el sentimiento de libertad que aparece cuando nos libramos de la opresión del "todobienismo" es mucho más grande y positivo que la satisfacción de hacer algo bien.

Y que no necesitamos hacer todo bien, para sentirnos bien, porque sentirse bien, ya está bien.

Un abrazo.        

2 comentarios:

  1. Ayy qué bien, gracias. Llevo toda la mañana.sin hacer mis.tareas domésticas, porque estoy cansada. Peo ahora, después de leer tu reflexión...no me importa. Gracias, me siento bien. Un abrazo, David.

    ResponderEliminar
  2. Me alegro Amparo, gracias por tu comentario, ¡un abrazo!

    ResponderEliminar